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Portada La Reclamación Final

Viejos Amigos[]

4 de Septiembre del 2576

UNSC Distant Star, Órbita de Palnarth, Sistema Qardiff

El Equipo Épsilon de Soldados de Choque de Descenso Orbital se estaba preparando mientras su capitán observaba la proyección holográfica. En las últimas horas se había detectado que el Covenant Tormenta había desencadenado un ataque a la Ciudad de Lamorg, acabando con civiles. Su misión consistía en tomar una bomba y detonarla en el súper transporte que sobrevolaba la ciudad. Una vez confirmado el objetivo de la misión, el Primero desactivó el panel holográfico y volteó a ver a su equipo.

Nathan Ellsworth: ¿Todos listos?

Anton Ivanoff: Afirmativo.

Todos fueron a sus capsulas con la excepción de aquel que conocían como el Sexto.

Nathan Ellsworth: ¿Pasa algo?

Wolf: No... No pasa nada.

Nathan Ellsworth: Escucha bien. Limítate a obedecer órdenes. Tenemos una misión que cumplir.

Wolf: ...

Nathan Ellsworth: ¿Alguna objeción?

Wolf: ...No, señor.

La actitud del Sexto había cambiado bastante desde lo sucedido en Drasov, donde fueron traicionados por el Cuarto. Ya era alguien bastante callado y serio, pero ahora era como si no estuviera atento a su alrededor.

El Sexto activó su armadura e imitó a sus compañeros de equipo. Las cápsulas se cerraron finalmente y rotaron sobre ellas. La cuenta atrás inició y, al llegar a cero, una serie de cápsulas salieron disparadas de la parte inferior del Crucero Pesado Clase-Marathon.

Sabrina Oxford (Radio): Creo que voy a vomitar...

Ben Etzel (Radio): Te acostumbrarás rápido.

Anton Ivanoff (Radio): ...¿Por qué el Covenant atacaría una colonia exterior?

Nathan Ellsworth (Radio): Depende... Si son los Simbiontes entonces deben estar buscando tecnología Elohim...

Anton Ivanoff (Radio): ¿Y si no?

Ben Etzel (Radio): Creo que eso da igual si intentan matarte.

Sabrina Oxford (Radio): No puedo argumentar nada contra esa lógica.

Anton Ivanoff (Radio): Pero igual pienso que es arriesgado que ataquen un planeta y no obtengan nada a cambio.

Ben Etzel (Radio): Según el informe ya eliminaron a todos los civiles de la ciudad ¿Por qué no atacar con armamento nuclear?

Nathan Ellsworth (Radio): Palnarth es una colonia exterior. Si atacamos con tal magnitud, se lo tomarán muy mal.

Sabrina Oxford (Radio): ¿No íbamos a detonar una bomba?

Nathan Ellsworth (Radio): Tuvimos suerte que el gobierno no estuviera controlado por el Frente. Contamos con autorización para ello.

Las cápsulas habían atravesado la atmósfera. Los Equipos Épsilon, Dseta y Eta ajustaron la trayectoria hacia el súper transporte identificado como The Last Breath. En ese instante fueron atacados por una figura misteriosa que sobrevolaba a altas velocidades.

Sabrina Oxford (Radio): ¡¿Qué fue eso?!

Wolf: ...Es Ridley.

El Dragón Espacial despedazó las cápsulas del Equipo Dseta provocando que las otras se desviaran.

Ben Etzel (Radio): ¡¿Cuándo no ha sido una vez que esa maldita lagartija aparece?!

Nathan Ellsworth (Radio): ¡Tranquilos! Ajusten la trayectoria. Vamos a caer en una zona alejada.


Las Afueras, Ciudad de Lamorg

Un último ataque hecho por Ridley provocó que el Equipo Épsilon y Eta se separaran cayendo en distintas locaciones. Las capsulas se abrieron en medio de una plazuela donde la milicia local hacía sus mejores esfuerzos para erradicar a un grupo de Kig-Yar.

Nathan Ellsworth: ¡Cúbranse! ¡Segundo, cárgatelos!

Ben Etzel: ¡Enseguida!

El soldado preparó su Rifle de Precisión y con un sólo cargador eliminó a los francotiradores. Wolf y Anton eliminaban a los Sangheili mientras que Sabrina les proporcionaba fuego de cobertura. En un par de minutos la zona se encontraba despejada.

Berthold Pérez: ¿UNSC? ¿Qué hacen aquí?

Nathan Ellsworth: Tenemos autorización.

Berthold Pérez: ¿Para qué y por quién?

Nathan Ellsworth: Volar esa cosa y por el gobernador. Evacúa a todos.

Berthold Pérez: Tch. Mándenlos al infierno.

Las naves de evacuación no tardaron en aparecer. Los soldados de la milicia local evacuaban a todos los civiles que se habían ocultado en los edificios anexos a la plazuela.

Anton Ivanoff: ¡Cuidado!

El primer transporte fue destruido por una bola de fuego. Ridley apareció para sembrar el terror. En ese momento llegaron los refuerzos aéreos y entre ellos el vehículo asignado especialmente al equipo.

Natalia Kristeva (Radio): ¡Trágate esto!

Del vehículo salieron Misiles cargados de plasma que dañaron de gravedad al Dragón Espacial haciendo que se retirara.

Natalia Kristeva (Radio): ¿Están bien?

Ben Etzel: Pues me gustaría hablar por todos, pero sí.

Natalia Kristeva: Espero levantarles la moral con esto.

El Pelican giró sobre su propio eje para dejar caer un modificado Tanque M820.

Nathan Ellsworth: Cuarta, llévate a los sobrevivientes lejos de aquí. Te llamaremos cuando necesitemos tu ayuda.

Natalia Kristeva (Radio): Entendido, señor.

Nathan Ellsworth: Bien. Segundo, tú pilotas. Tercero... Usa la torreta. El resto iremos de pasajeros. El objetivo está cruzando el puente.

El barrio antiguo de la ciudad estaba infestado de Yanme'e, Kig-Yar y Unggoy; por lo que no había problema en eliminarlos y menos ahora que estaba equipado con armas de energía dirigida. Los cuerpos de los enemigos salían volando, alcanzando alturas tales que en varias ocasiones a uno que otro se le escapaba una pequeña carcajada.

A las afueras se reunieron con el Equipo Eta. Mientras un Scorpion les era llevado, el Equipo Gamma apareció a bordo de Warthog. El convoy estaba listo para cruzar el puente lleno de vehículos aéreos. Tanto Banshee como Phantom se hicieron presentes con la intención de frenar su paso, pero la coordinación ejercida por Nathan facilitaba las cosas.


Centro Urbano Ocupado, Ciudad de Lamorg

Al fin llegaron al ojo de la tormenta. Sobre ellos era proyectada la gran sombra del The Last Breath. Las fuerzas del Covenant no se hicieron esperar. Estaban fuertemente defendidos con vehículos y torretas pesados que frenaron su avance en repetidas ocasiones.

El camino de destrucción dejado a su paso tenía el color púrpura de los Sangheili. Ya se encontraban cerca del ascensor gravitatorio cuando de entre unos nubarrones surgió un grupo de Banshee encabezado por Ridley que finalmente deformaron el convoy. El Equipo Épsilon se reagrupó en el Scorpion para usar su cañón contra el Dragón Espacial, pero este usó su cola como si fuera un arpón para destruirlo. Afortunadamente habían llegado más refuerzos aéreos que lograron su tarea de mantener ocupado al Dragón Espacial mientras que Épsilon se movía hacia uno de los Warthog.

Anton conducía en las destruidas calles mientras que Ben y Wolf cubrían sus espaldas. El Tercero hizo su mejor esfuerzo para eludir los cuerpos y Fossa destruidos. El Segundo disparaba la torreta contra los Banshee mientras que Wolf usaba sus Misiles para atrasar a sus Ghost perseguidores. Esa acción terminó por llamar la atención de Ridley.

El Dragón Espacial apareció una vez más decidido a frenar el camino de Épsilon. Exhaló el fuego para destruir el Warthog y hacer que la explosión de este sacara volando a todos sus pasajeros. Wolf resistió el ataque cayendo de pie junto con la bomba. La tomó y la colocó en su espalda para luego ver como Ridley sujetaba con sus brazos a Ben. El Sexto lleno de furia usó la Aceleración para asestar un golpe al rostro del Dragón Espacial con el que hizo que soltara a su compañero.

Ben Etzel: ¡Cuidado!

Ridley se reincorporó en el aire para sujetar a Wolf con su cola y estamparlo contra el edificio. La criatura volteó a ver al resto de Épsilon cuando Wolf volvió a surgir para atacar de forma similar al estampar a la criatura contra un edificio a punto de colapsar haciendo que todo cayera sobre él.

Nathan Ellsworth: ¡Démonos prisa!

Wolf seguía de pie esperando a que su enemigo se levantara de nuevo.

Nathan Ellsworth: ¡Sexto! ¡Te di una orden!

Forzado tuvo que dar la espalda. De los cimientos salió Ridley aparentemente herido. Si esa era la oportunidad para acabar con él entonces Wolf debía acabarlo cuanto antes. Ignorando las órdenes de su capitán de seguir avanzando, cayó en el engaño de Ridley, quién lo sujetó para arrastrarlo por los edificios. Wolf logró soltarse al disparar una serie de Misiles que bloquearon la vista del Dragón Espacial haciendo que chocara contra un muro.

Ambos cayeron al suelo. Tanto él como el Dragón Espacial se estaban poniendo de pie. Ridley estaba por escupir más fuego cuando las fuerzas del UNSC llegaron a dar apoyo. Ridley estaba tan herido que tuvo que limitarse a tomar un puño de rocas para arrojarla hacia sus enemigos y luego escapar.

Las rocas impactaron a todos los vehículos de refuerzo y estos cayeron cerca de donde estaban todos los miembros de Épsilon. Wolf despertó a los pocos minutos. Tanto él como su equipo habían quedado incapacitados con la excepción de su capitán. La batalla aún no había terminado.

Nathan Ellsworth: Todos (Agitado) ¿Están bien?

Wolf: (Agitado) La... Bomba... Yo... La... Nave...

Nathan Ellsworth: Hay un problema... La lucha con Ridley dañó su temporizador. Sólo queda detonarla manualmente.

Ben Etzel: Señor... ¿No está pensado en...?

El Sexto sujetó el brazo del Primero.

Wolf: (Agitado) Fue mi culpa... Tengo que ir...

Nathan Ellsworth: (Suspiro) Tenemos una misión. Y esta no será la primera que Épsilon falle.

Wolf: (Agitado) Yo puedo escapar a tiempo... Tengo que hacer esto.

Nathan Ellsworth: Sexto... Yo no soy un súper soldado. La UNSC puede permitirse perder a alguien como yo.

Anton Ivanoff: ¿Qué está diciendo...? (Tos)

Ben Etzel: Capitán ¿Está seguro?

El Primero observó a sus compañeros de equipo. Se le hacía difícil de creer que alguien como él, una persona estricta en el cumplimiento del deber, fuera alguien querido.

Nathan Ellsworth: Espero que lo lleguen a comprender.

Ben Etzel: ...

Wolf: ...Capitán...

Anton Ivanoff: (Agitado) ¡No! ¡Espere!

Nathan Ellsworth: ¿Alguna objeción?

El Primero avanzó hacia el ascensor gravitatorio. Detrás de él, Wolf se arrastraba al mismo tiempo que hacía lo posible por materializar su armadura. Pero todo ya había sido dejado claro. Las últimas palabras de Nathan quedaron grabadas en la memoria de cada uno de los miembros de Épsilon.

A los pocos minutos estalló el interior de la nave. La luz azulada proveniente de la energía interna del súper transporte deshizo la sombra que proyectaba. Mientras se realizaba la evacuación se veía como los enormes pedazos caían sobre la ciudad. Quedando únicamente las fuerzas terrestres del Covenant que no fueron rivales para el último esfuerzo en conjunto del UNSC Distant Star y la milicia local.

Desde ese día todo cambió en el Equipo Épsilon. Habían completado su misión, pero estaba claro que sin el Primero ya nada iba a ser igual. A los pocos días el Sexto desapareció.

Oficina de Inteligencia Naval[]

18 de Noviembre del 2579

Fragmento del Planeta-X, Sistema Fen

El Planeta-X, un exótico mundo ausente en todas las cartas galácticas y hogar de las especies más peligrosas de la galaxia: el Parásito-X y los Metroid, finalmente había sido hecho pedazos con la colisión de la Estación Naraka. Los fragmentos rocosos flotaban sin rumbo por el vacío del espacio.

Wolf se estacionó en un gran trozo de suelo. Una señal provenía de este. Antes de bajar se aseguró de preparar una cápsula para enviar a la manada de Lobos de Edelus a un lugar seguro. Las criaturas se mostraban confundidas ante las acciones del Cazarrecompensas. La cápsula despegó para entrar en el desliespacio mientras que Wolf observaba esperando que el aterrizaje en Reach no fuera duro.

El Cazarrecompensas caminó y se adentró por una cueva. El fragmento de planeta donde estaba pertenecía al Sector-388, el mismo donde exterminó a los Metroid.

Wolf: No queda nada...

Nathan: Tienes menos de media hora para averiguar lo que estaban buscando aquí.

Wolf: Al mal tiempo darle prisa...

Se detuvo en una gran fosa.

Wolf: ¿Es aquí?

Nathan: Afirmativo.

Wolf: Hagámoslo.

Se dejó caer y la oscuridad lo envolvió y no sintió el suelo hasta unos segundos después. Encendió la linterna, estar ahí le recordaba esas pocas veces donde visitaba una de las minas de Afloraltita donde trabajaba su padre. Respiró profundo y procedió.

Mientras más se adentraba podía sentir como toda la vida de ese planeta había desaparecido. Pensó en que ahora debía sumar todo un mundo a su lista de blancos eliminados. De cualquier modo, no se encontraba ahí por estar huyendo de la Oficina de Inteligencia Naval.

Después de la destrucción de Naraka, Wolf habló con Nathan. Contrario a lo que esperaba, la Inteligencia Artificial se mostró cooperativa, como si nunca hubiera estado afiliada a la Oficina de Inteligencia Naval. Los científicos enviados en la desaparecida UNSC Kusanagi no habían sido enviados únicamente con el objetivo de analizar el estado del planeta en ausencia de los Metroid, de hecho, esa fue la fachada. Su objetivo era rastrear una extraña señal proveniente de la instalación minera de Cordita.

La temperatura comenzó a fluctuar mientras más se adentraba. Más tarde una frecuencia energética fue interceptada por el comunicador.

Wolf: ¿Qué es eso?

Nathan: Imposible de decodificar.

No pasó otro rato hasta que el sonido de sus pisadas se volvió más metálico que rocoso. Como era de esperarse en un mundo habitado antiguamente por los Elohim, no se trataba de una formación natural. Con su linterna y lo que sabía de arquitectura Elohim supuso que se encontraba en un gran elevador.

Nathan: No hay energía. Es imposible seguir descendiendo.

Wolf: No para mí.

El Cazarrecompensas volvió a dejarse caer. Con los propulsores de su armadura suavizó la caída. Una puerta se encontraba completamente abierta y, dentro de este, un gran pasillo se alzaba. Wolf siguió aquel camino hecho con perfecta simetría. A la mitad del camino distinguió fragmentos pertenecientes a Prometeos.

Nathan: Colectivo de Aeion.

Wolf: ¿Cómo?

Nathan: Las expediciones posteriores a la Exterminación Metroid se vieron frenadas por este colectivo de Prometeos.

Wolf: Pero... Los Prometeos solo son usados para defensa.

Al otro lado del pasillo había una gran puerta sellada. Wolf activó una Bomba de Energía a pesar de que eso podía hacer que la Oficina de Inteligencia Naval lo localizara con mucha más facilidad. El explosivo derrumbó la decadente estructura revelando su interior. Los restos de un portal se alzaban sobre una serie de escalones.

Wolf: ¿Qué es esto?

Nathan: Esperaba que tú lo supieras. Esto es por lo que la ONI ha realizado varias expediciones en este planeta.

Wolf: Mándame la información una vez más.

Nathan: La ONI ya se encuentra en este fragmento...

Wolf: Hazlo.

La información y todos los secretos de la Oficina de Inteligencia Naval aparecieron ante sus ojos. Información de las armas biológicas, así como archivos del análisis de los Metroid, el Parásito-X y, recientemente, el Doppelgänger. Filtró la información acerca del Covenant Tormenta, donde se dejaba en claro que no existía ningún tipo de trato y/o alianza con ellos. Aunque Wolf, con lo ocurrido últimamente, no se fiaba de eso.

Los datos eran ciertamente confusos. Había seguros especiales a los que se relacionaban especialmente con los Simbiontes y con Ridley. La idea comenzó a tomar forma cuando recordó lo sucedido en el Sistema Kerkyra. Las actividades de los Simbiontes y el resto de las flotas del Covenant se habían distanciado desde la destrucción de Eclipson.

Wolf buscó los archivos anteriores a lo ocurrido en el Mundo Escudo. No tuvo mucha suerte. Más que nada encontró que la Oficina de Inteligencia Naval había establecido investigaciones y evaluaciones de Cordita, Cloratita, Gelignita y Afloraltita. Todos ellos minerales importantes tanto para la humanidad como para el Covenant y como para los mismos Elohim. Lo curioso es que esos minerales provenían del Planeta-X, Akira, Excelcion y Casiopea; mundos pertenecientes a los Elohim ya hace cientos de años. Todos ellos atacados por el Covenant Tormenta.

El Cazarrecompensas se concentró en esos lugares. No pudo dejar de apartar la vista del informe de Afloraltita, la cual provenía de Casiopea, su hogar. La información acerca del inicio del Conflicto de la Tormenta rezaba que las fuerzas del Covenant atacantes fueron diezmadas cuando el cargamento de Afloraltita de la Mina 9 fue detonada por un infiltrado. Aquella mina era en la que su padre estaba a cargo. Algo le decía que él tuvo que ver algo con lo sucedido, pero no lo recordaba como una persona propensa a hacer tales actos arriesgados, aunque quien sabe, le hubiera gustado que él mismo se lo dijera.

Siguió revisando toda la información del reporte de Casiopea. El último reporte mencionaba que después del ataque y posterior recuperación de la colonia, la Oficina de Inteligencia Naval se había adueñado de todas las instalaciones mineras de Afloraltita, de hecho, era casi imposible entrar en él. Si la Oficina de Inteligencia Naval había estado realizando excavaciones en todas las minas de diferentes planetas entonces significa que en algún lugar debía haber instalaciones como en la que Wolf se encontraba justo en ese momento y, por ende, debía estar un portal, pero ¿un portal a dónde?

Nathan: Wolf...

Wolf: ¿...?

Nathan: Están aquí.

La Inteligencia Artificial se apagó. Un grupo de soldados con armaduras oscuras le apuntaron con Cañones Electromagnéticos.

Mario Braus: Cazarrecompensas. Estás bajo arresto por desobediencia y destrucción de una instalación de gran importancia para la Oficina de Inteligencia Naval.

Toda su vida había vivido con un código estricto de moral en el que por ningún motivo le arrebataría la vida a un ser humano, ya sea amigo o enemigo. Ese pensamiento ya lo había puesto contra las cuerdas en otras ocasiones y fue una de las razones por las que terminó siendo lo que es.

Definitivamente no tenía la intención de luchar contra aquellos hombres y seguramente ellos tampoco. Entregarse quizá era la única salida.

Equipo Épsilon[]

17 de Noviembre del 2579

Quarry, Sistema Mori

La cabina de carga del Pelican se encontraba a oscuras. Un grupo de siluetas se encontraba de pie preparando sus armas. En el centro surgió una proyección holográfica que mostraba diversas pantallas de información.

Vector Miles (Radio): Equipo de Asalto Épsilon. Hace unas cuantas horas se perdió el contacto con el Doctor Freed Astharot. Logró contactarnos en Quarry, un mundo fábrica de los Simbiontes.

Alice Blair (Radio): Su misión es infiltrarse en las líneas enemigas, recuperar a Astharot y traerlo de vuelta. Importante, el Doctor Astharot se encuentra con el Simbionte Primario Vero 'Vetur... Si tienen la oportunidad...

Ben Etzel: Entendido, oficial,

Vector Miles (Radio): Buena suerte, Épsilon. Distant Star fuera.

Ben Etzel: ¿Todos listos?

Anton Ivanoff: Afirmativo.

La compuerta trasera del vehículo se abrió. El helado viento empañó por unos momentos sus visores. Cuando su casco se calibró pudieron ver las colosales montañas sobresaliendo de las nubes.

Sabrina Oxford: ...Tengo nauseas...

Natalia Kristeva: Siempre tienes nauseas.

Ben Etzel: Lo tomaré como un sí. Segundo, tú nos guías.

Épsilon-2, Anton Ivanoff, el primer Spartan de Segunda Generación pasó entre ellos para evaluar la situación. Pasaron unos pocos segundos cuando señaló con el gesto de su brazo que la luz estaba en verde. Acto seguido, el Equipo Épsilon dio otro salto a otro infierno.

Los Soldados de Choque de Descenso Orbital y el Spartan se encontraban descendiendo en caída libre. Al pasar por el campo de nubes se encontraron en medio de una batalla librada entre los Centinelas y los Simbiontes.

Ben Etzel: Comunicaciones.

Sabrina Oxford: Todo bien.

Ben Etzel: Recibido, Cuarta.

Anton Ivanoff: Épsilon-2 en línea y listo.

Natalia Kristeva: Épsilon-3 reporta lo mismo.

Ben Etzel: Saquen las armas.

Anton Ivanoff: Contacto.


Fábrica del Covenant Tormenta, Quarry

Gracias a la mochila propulsora integrada a sus armaduras fueron capaces de amortiguar la caída. Con las mismas hicieron que la energía se concentrara en distintos puntos del exoesqueleto para desplazarse por la falda de la nevada montaña. Su presencia fue reconocida inmediatamente por los Centinelas, quienes entendieron las intenciones del Equipo Épsilon al permitir su avance por la primera línea defensiva. Épsilon arrasó contra los Sangheili al mismo tiempo que las máquinas se encargaban de hacer añicos las amenazas aéreas.

Las acciones del Equipo Épsilon llamaron la atención de un grupo de Phantom. Los vehículos de transporte fueron acompañados por Banshee para detener a los soldados. Su simple presencia representó una ralentización para el equipo que fue más tarde resuelta por la intervención de Ejecutores. Las poderosas Centinelas sujetaron los Phantom con sus poderosos brazos para luego aniquilar a los Banshee con su Cañón de Mortero. La segunda línea de defensa había sido despejada.

El equipo ya se encontraba en los pies de la montaña. A sus espaldas se escuchó una fuerte explosión que fue sucedida por un resplandor azulado. Un Crucero de Clase-CAS había sido obliterado por los Centinelas provocando que se llevara consigo más naves pequeñas. El crucero cayó en la cima de la montaña ocasionando que se desatara una avalancha. Para la fortuna de Épsilon, un par de Ejecutores se encontraba cerca. Los soldados se sujetaron a las máquinas para observar como la nieve neutralizaba a la última línea defensiva. En unos momentos más, Épsilon ya se encontraba en tierra firme.

Sabrina Oxford: Creo que lo hicimos.

Ben Etzel: En marcha. Segundo.

Anton Ivanoff: Sí.

El Spartan tomó su Rifle de Batalla y apuntó hacia una estructura algo elevada.

Anton Ivanoff: 'Vetur avistado.

Ben Etzel: Es nuestro objetivo.

Natalia Kristeva: Creo que ese tal 'Vetur me suena.

Sabrina Oxford: Fue el loco que intentó usar el Ojo de Spica contra la Distant Star.

Natalia Kristeva: Entonces era cuando no salía de mi nave.

Anton Ivanoff: ¿Cómo terminó aquí?

Ben Etzel: Ni idea. Pero el hecho de que sea un líder potencial del Covenant lo hace un blanco importante.

Anton Ivanoff: Pero la prioridad es rescatar al Doc.

Natalia Kristeva: Enemigos.

Un grupo de Sangheili, Kig-Yar y Unggoy salieron de las puertas al fondo. Épsilon se dividió en parejas para avanzar por el sendero. Mientras Anton y Natalia se abrían paso por el centro, Ben y Sabrina les proporcionaban fuego de cobertura.

La formación llegó hasta la siguiente sección donde varios Unggoy les bloqueaban el camino con Cañones de Combustible. Estos, a su vez, eran protegidos por Kig-Yar armados con Rifles de Haz. Épsilon tomó cobertura de una gran roca para arrojar varias Granadas de Plasma recolectadas de los cadáveres. Al caer los explosivos al lado de los alienígenas, los más pequeños entraron en pavor, desconcentrando a los Kig-Yar y permitiendo que unas cuantas balas proporcionadas por las armas de Épsilon finalizaran con su vida.

Las explosiones alertaron a varios Sangheili. Estos buscaron acorralar a los miembros de Épsilon, pero al final no pudieron hacer nada cuando más escuadras de Centinelas aparecieron para dar asistencia. El equipo avanzó y trepó la estructura en la que se encontraba el Simbionte Primario. Al llegar a la cima vieron como el Sangheili abordaba un vehículo para escapar.

Anton Ivanoff: El blanco se va en un Phantom.

Natalia Kristeva: La órbita está cubierta. Ese Sangheili no escapará.

Sabrina Oxford: Oigan...

El transporte del Simbionte Primario se alejaba en dirección a la torre mayor. En ruta inversa, otros Phantom vinieron para dejar refuerzos. Los soldados de Épsilon rápidamente tomaron posiciones. Cada uno de ellos se colocó debajo de los vehículos aéreos, teniendo cuidado del fuego de las torretas de plasma, para vaciar varios cargadores de sus armas contra los desplegados enemigos. Los Phantom terminaron por ser presas de más Ejecutores que los aplastaron y redujeron a escombros.

Natalia Kristeva: Hay una puerta más adelante. Un elevador que lleva directamente a una de las torres.

Ben Etzel: Equipo Épsilon, deprisa.

Los cuatro corrieron por un puente que culminó en la puerta que mencionó Natalia. En el interior se encontraba una serie de pasillos protegidos por Kig-Yar. Las criaturas no pudieron hacer mucho contra los soldados quienes terminaron por llegar a un elevador que inició el ascenso en cuanto Sabrina activó los comandos.

Anton Ivanoff: Astharot y 'Vetur están en la torre superior del complejo.

Sabrina Oxford: ¿Cómo capturaron al Doc?

Ben Etzel: Su nave fue atacada y capturada por los Simbiontes, los soldados que lo acompañaban fueron eliminados. De alguna manera nos dio las coordenadas para encontrarlo.

La plataforma se detuvo en uno de los últimos pisos. En el interior se encontraban más francotiradores que obligó al equipo a cubrirse. Anton y Ben usaron sus armas de precisión para acabar con los enemigos mientras que Natalia y Sabrina despejaban el camino hacia la puerta que se encontraba al fondo.

Al momento de querer cruzar por la compuerta, esta se bloqueó como una desesperada medida de seguridad. Épsilon permitió que Anton se encargara. Con la tecnología de su avanzada armadura logró acumular la suficiente energía en la mochila propulsora para abrir un hueco. Todos pasaron por el agujero que daba a un pasillo por el cual vieron como las fuerzas de los Simbiontes se concentraban a su alrededor.

Sabrina Oxford: Nos tienen rodeados...

Ben Etzel: No lo creo...

En el horizonte aparecieron varias siluetas oscuras. Cada vez estaban más cerca. Para cuando los Simbiontes habían colocado baterías antiaéreas ya era tarde. Las siluetas oscuras revelaron ser Longsword que dejaron clara su presencia al bombardear el espacio alrededor de la fábrica.

El comunicador de Natalia sonó en ese momento. Se trataba de un canal cerrado entre ella y uno de los pilotos de los Longsword. La duración de la llamada no tardó más de cinco minutos cuando ella cortó la conexión.

Sabrina Oxford: ¿Quién era?

Natalia Kristeva: (Suspiro) Un imbécil.

Sabrina Oxford: Oh, entiendo. Oigan, escuchen esto...

Vero 'Vetur (Radio): ¡Los humanos atacan con fuerza! ¡Traigan el Scarab!

Uno de los últimos cruceros de los Simbiontes atravesó el cielo del campo de batalla para dejar caer la Plataforma de Asalto Ultra Pesada. La máquina rápidamente se vio rodeada de los Interceptores. Un par de Longsword fueron derribados por el Cañón Antiaéreo del Scarab, pero, aun así, los otros pilotos dominaron la situación al poco tiempo. Épsilon pudo seguir avanzando mientras resistían los temblores causados por las múltiples explosiones de afuera.

Sabrina Oxford: Ese Sangheili sonaba desesperado.

Anton Ivanoff: Y con razón. Una vez más el Covenant se está rompiendo.

Natalia Kristeva: ¿Cómo romper algo que ya está roto?

Ben Etzel: Eliminando las pequeñas fibras que apenas lo sostienen. La muerte de varios líderes han sido golpes muy duros para el Covenant.

Natalia Kristeva: Ahora cualquiera cree que podrá liderar a los Simbiontes.

Ben Etzel: Vero 'Vetur podrá ser todo el Simbionte Primario que quiera, pero nunca un líder.

Épsilon finalmente llegó a la cima. Pasaron al otro lado de la puerta con pie de plomo. Al fondo de la plataforma ubicada en el aire libre se encontraban varios Sangheili asesinos rodeando al Simbionte Primario y al Dr. Freed Astharot.

Freed Astharot: ¿Cuál es el problema?

Vero 'Vetur: Nos tienen rodeados. Sólo nos queda acceder a ese portal.

Freed Astharot: Sin embargo, el acceso no se abre a cualquiera. Lo he comprobado en múltiples ocasiones... Creo que aquí acaba todo para ti.

Vero 'Vetur: ¡Basta! Todos esos mundos. Todos esos portales jamás se abrieron. Este era el último y ¿dices que no se puede abrir?

Freed Astharot: No sólo eso. Puedes añadir además que me trajiste aquí para perder el tiempo y condenarte. Si querías obtener más datos de mi investigación pudiste haber intentado algo más sutil.

Vero 'Vetur: ¡Ya estoy harto, humano!

El Simbionte Primario activó su Espada de Energía. Antes de blandirla contra Freed, los asesinos que se encontraban protegiéndolos habían sido asesinados por el Equipo Épsilon. Anton se abrió paso, eliminando a dos Sangheili en el camino, en dirección hacia Vero. El Sangheili no hizo más que rugir al ver al súpersoldado acercarse. Anton sacó su cuchillo de combate al mismo tiempo que esquivó un ataque de la Espada de Energía. Con el filo del arma blanca hirió la pierna de Vero. Al hacer que el Sangheili cayera sobre sus rodillas, Anton volvió a enterrar su navaja en el abdomen del enemigo para trepar a su espalda. Vero, desesperado, intentó hacer que el Spartan cayera de su espalda hasta que todo se nubló para él.

El cuchillo de combate se encontraba enterrado en la cabeza de Vero. El último Simbionte Primario cayó sin vida al suelo al mismo tiempo que Anton tomaba su arma para guardarla. Con la zona despejada avanzó hacia Freed.

Anton Ivanoff: Doctor Astharot. La UNSC nos envió para recuperarlo.

Freed Astharot: Sí... Creo que llegaste justo a tiempo...


18 de Noviembre del 2579

UNSC Voyager, Sistema Fen

Luego de lo sucedido en Quarry, la tripulación del UNSC Distant Star recibió una señal proveniente del Sistema Fen. En un par de horas ya se encontraban ahí para enviar un Pelican con el Equipo Épsilon escoltando al Dr. Freed Astharot.

Lectro Volt (Radio): Equipo de Asalto Épsilon, pueden aterrizar en el Muelle 9.

El UNSC Voyager, la nave más grande y poderosa en la historia de la humanidad hasta el momento. Su tamaño dejaba en ridículo las dimensiones al Distant Star. Natalia tomó unos momentos para apreciar el diseño exterior del crucero para proceder a aterrizar en la zona designada.

Los hangares se encontraban al tope de personal. Todos se encontraban yendo de un lado para otro. Natalia finalmente aterrizó el vehículo. Abrió la compuerta de la cabina de los pasajeros por el cual salió junto con sus compañeros y el Doctor. No lejos de ahí se aproximaba el capitán de la nave junto a uno de los oficiales de la Oficina de Inteligencia Naval.

Wallace Stone: Doctor Astharot, el juicio que solicitó pronto entrará en sesión.

Freed Astharot: Excelente.

Los líderes se alejaron dejando a Épsilon solos en los hangares.

Ben Etzel: ¿Un juicio? ¿De qué crees que se trate?

Anton Ivanoff: No lo sé… Pero tengo un mal presentimiento.

Juicio[]

UNSC Voyager, Sistema Fen

Wolf fue encaminado por varios oficiales de la Oficina de Inteligencia Naval a una sala especial. Le ordenaron desactivar su armadura a lo cual accedió sin mucha complicación. Los soldados se encontraban nerviosos ante su simple presencia pues sabían de antemano la magnitud de sus capacidades.

El trayecto culminó frente a una puerta. Del otro lado había una gran sala en el que estaba un tribunal. Frente a Wolf se encontraban Wallace Stone, capitán del UNSC Voyager, el Doctor Freed Astharot, el director de la Oficina de Inteligencia Naval, varios oficiales tanto del UNSC como de la misma ONI; y su antiguo compañero, Ben Etzel. En medio de todos ellos se encontraba un hombre de mediana edad que sin duda se trataba del juez.

Las personas que escoltaron a Wolf lo aseguraron a una silla para impedir que hiciera acciones sospechosas. Él les aseguró que no hacía falta pues no tenía ninguna intención de causar más problemas de los que ya había hecho. Los oficiales se mantuvieron temerosos, como si malinterpretaran sus intenciones.

Daniel Langnar: Se le niega al acusado, el cazarrecompensas identificado como Wolf, el derecho a un abogado y no podrá cuestionar la autoridad de este lugar. Al concluir este tribunal, emitiré un veredicto justo y rápido... Bien. Los cargos contra ti son básicamente una falla a un contrato. Desobedeciste una orden directa de tu cliente, el alto mando de la Oficina de Inteligencia Naval, además se le suma a esto la alteración y violación de la información de una Inteligencia Artificial y la consecuente destrucción de la Estación Naraka.

Wolf: Entonces se me acusa de hacer mi trabajo. He realizado por mucho tiempo operaciones tanto como para la UNSC como para la misma ONI. Todos ellos saben mejor que nadie que cualquier acción hecha por mi parte va de raíz a una buena razón.

Daniel Langnar: ¿Todos pueden confirmar eso?

De entre todos los que estaban presentes, Ben Etzel fue el primero en aceptarlo. A diferencia de los demás miembros del Equipo Épsilon, él no le reprochaba la culpa de la pérdida de Nathan Ellsworth.

Daniel Langnar: ...Y dígame, ¿de qué manera saboteó a una de las más avanzadas Inteligencias Artificiales para acceder a sus datos?

Wolf: Mientras cuestionaba la autoridad impuesta por la ONI, descubrí que la Inteligencia Artificial, conocida como Glocke, se trataba del fallecido Nathan Ellsworth.

Ben Etzel: ¡¿Qué?!

Freed Astharot: El señor juez no se está refiriendo a su increíble reencuentro. Habla de que usted obligó a que Glocke le revelara información altamente clasificada después de destruir mi estación.

Wolf: Yo no lo forcé de ninguna manera. De hecho, fue él quien me recomendó colisionar la estación con el Planeta-X en vez de autodestruirla.

Freed Astharot: Cazarrecompensas, usted sabe bien que usted no es el único que labora con ese trabajo. Sabíamos de todas sus capacidades, incluido su avanzado conocimiento en informática, y por ello fuimos necios al contratarlo. Que una de las IA's más avanzadas cambiara su personalidad, así como así no es muy creíble viniendo de usted.

Wolf: Eso no...

Freed Astharot: Invalidó a una IA de la ONI para robar su información. Seguramente pretendía eliminar las otras instalaciones para evitar que no pudiéramos fabricar nuevas maneras de defendernos y así tener que depender de tus servicios.

Wolf: En primera, eso, con todo respeto, es estúpido. En segunda, si fuera cualquier tipo de armamento honestamente no me podría importar menos. Lo que ustedes estaban haciendo allí era crear armas biológicas.

Wallace Stone: ¿Armas biológicas? Es imposible. Todo eso fue prohibido ya hace décadas.

Freed Astharot: La Estación Naraka era utilizada para estudiar las criaturas nativas del Mundo Escudo Eclipson y el Planeta-X.

Wolf: ¿Con criaturas nativas te refieres a los Metroid del Sector X?

Un incómodo silencio recorrió el ambiente.

Wallace Stone: ¿Metroid? Pero si tú mismo los exterminaste hace dos años... Incluso acabaste con el último de ellos en Eclipson.

Wolf: Sí, eso creí hasta que...

Freed Astharot: El Sector X era un área restringida ¿Cuándo te indicó Glocke que entraras ahí? Si los reportes de mis oficiales no me mienten, la IA te dejó muy claro que abandonaras el Sector 6 tan rápido como eliminaras el problema.

Wolf: Doctor, creo que eso es lo que menos importa si hablamos de que se estaban realizando clonaciones clandestinas. Además, se estaban trabajando formas evolucionadas de la especie, del común hasta el Zeta. Incluso, cuando estaba por escapar, tuve que eliminar a un Metroid Omega.

Freed Astharot: ¿Qué no es obvio? Ese era el propósito de la estación. Estudiar a las especies nativas de esos mundos. Teníamos que estudiar a los Metroid. Me apena admitir esto, pero la razón de no haber enviado dicha información a la UNSC fue porque obviamente nos cancelarían. Sabíamos que al hacer nuestros estudios y obtener buenos resultados todos por fin verían los beneficios... Creo que incluso tú lo comprendiste al no eliminar al último Metroid con vida en el Sector-388.

Wolf: Sí, y ciertamente sigo creyendo eso. Pero los eventos posteriores... Me dejaron claro que la simple existencia de la especie era un riesgo mortal.

Freed Astharot: Entonces, aun sabiéndolo, eliminaste a los últimos especímenes. A pesar de que ellos podrían haber sido nuestra salvación contra el Parásito-X.

Wolf: El Parásito-X fue eliminado junto con la estación.

Freed Astharot: ¿Sabes qué fue lo que sucedió con el UNSC Kusanagi? Aquella nave científica que exploró la región del Planeta-X antes que tú. Pues hace tiempo que está perdida. Tú mismo lo reportaste no hace mucho ¿Qué tal que el Parásito-X usó esa nave para escapar?

Wolf: Glocke me informó que ustedes tenían planeado utilizar a una forma del Parásito-X en particular. Incluso intentaron encerrarme en una Sala de Navegación para impedir que lo destruyera.

Freed Astharot: Pero lo hiciste sin autori...

Wolf: Sí. Yo soy culpable de todos los cargos, pero como dije desde un principio, lo hice por una buena razón. El Parásito-X es incontrolable al igual que los Metroid. Yo solamente había rescatado una inofensiva larva hace dos años y ustedes ya poseían al menos un centenar en estado común ¿Cómo diablos querían controlar a un Metroid Omega o a una versión mimetizada por el Parásito-X de mí mismo?

Daniel Langnar: ¡Orden! Doctor Astharot, usted ha estado realizando experimentos de clonación sin el consentimiento de la UNSC. Creo que no hace falta recordar que usted está por debajo. Veo que las acciones del acusado eran las más correctas.

Freed Astharot: Señor juez, como había mencionado, no podemos estar dependiendo de un sólo hombre. Sí, estamos muy agradecidos con sus acciones contra el Frente Rebelde Unido y el Covenant Tormenta. Pero el haber desobedecido las órdenes de eliminar a todos los Metroid del Planeta-X por pensar en los beneficios, ocasionó la destrucción de la Estación Omega. Ambos pensamos en los beneficios de aquella especie, pero ahora le pregunto, de nosotros dos, ¿quién ha causado más daño?

Wolf le dio razón al Dr. Astharot. Él dejó vivir a la cría Metroid más por lástima que por el beneficio de la humanidad. Jamás pasó por su mente que esa elección llevaría la destrucción de la Estación Omega y, posteriormente, del Mundo Escudo Eclipson.

Wolf: ...Hablando del Covenant Tormenta y del Frente. Mientras exploraba la estación encontré formas mimetizadas Sangheili. Estos portaban insignias de los Simbiontes. En otros sectores también había presencia de unidades B.O.X...

Daniel Langnar: ¿B.O.X.?

Wallace Stone: Son unidades autómatas creadas por el Frente. Su fabricación se vio finalizada en la Operación: TREBUCHET.

Wolf: ...No sólo eso... Ustedes poseían los restos criogenizados del anterior Simbionte Primario, Ridley.

Una explosión sacudió la nave.

Wallace Stone: ¡¿Qué está sucediendo?!

Carla Ivy (Radio): ¡Es el Covenant! ¡Varios Blockade Runner nos atacan! ¡Están entrando por los hangares!

Ben Etzel: Maldición ¿Me oyes, Segundo?

Anton Ivanoff (Radio): Estoy ocupado, Primero ¡Mantengan la posición! ¡Que no pasen!

Natalia Kristeva (Radio): El Covenant utiliza los hangares para entrar. Los contendremos aquí.

Las puertas de la sala explotaron.

Ben Etzel: Muy tarde. Están aquí.

Sangheili Zealot se metieron en la sala atacando todo lo que se estuviera moviendo. Varios de los oficiales huyeron con excepción de Wallace Stone y Ben Etzel que se quedaron para combatir a los enemigos. El juez, por su parte, no pudo dar un veredicto debido a que un proyectil de plasma atravesó su pecho, dándole una dolorosa muerte.

Wolf, sin otra opción, tuvo que liberarse de las ataduras para activar su armadura de combate. Utilizando el Rayo de Plasma acabó sin problemas con los asesinos Sangheili. Más de ellos llegaron a la sala arrojando Granadas de Plasma que provocaron en un colapso. Las explosiones abrieron un agujero por el que Wolf cayó varios niveles inferiores. Con un dolor que le recorría toda la espalda se planteó su siguiente objetivo. Era obvio que la Oficina de Inteligencia Naval ocultaba algo y esta vez la UNSC no estaba de su parte. Lo único que no pudo mencionar en el juicio fue precisamente la información que había obtenido de Glocke. Todos esos mundos que debían poseer un portal a lo desconocido. Uno de ellos se encontraba en Casiopea, su antiguo hogar.

Wolf avanzó por los pasillos evitando cualquier enfrentamiento con los Marines, aunque ocasionalmente brindaba su apoyo a aquellos que estaba por perecer bajo la fuerza del enemigo. Finalmente llegó hasta los hangares. Un Prowler se encontraba justamente estacionado y listo para partir. Wolf corrió utilizando la Aceleración para llegar lo más rápido posible.

Ben Etzel (Radio): Wolf... Si abandonas la Voyager... Serás perseguido.

Wolf: ...

No le pudo responder. Simplemente abordó el vehículo. La nave despegó fuera del UNSC Voyager y pasó entre los cruceros del Covenant Tormenta. Luego de activar el camuflaje activo, abrió una brecha desliespacial en ruta hacia el Sistema Aran.

Lo rompes, lo pagas[]

Hora y Media Después...

UNSC Voyager, Sistema Fen

Las fuerzas del Covenant terminaron por ser repelidas. Wolf había huido y eso llevó a una reunión con los líderes del UNSC en la que el Alto Mando de la Oficina de Inteligencia Naval solicitó la captura del Cazarrecompensas ya sea vivo o muerto. Para cazar a un blanco equivalente a un ejército entero, se decidió enviar al Spartan de Segunda Generación, Anton Ivanoff, para librar su tarea.

El Spartan se encontraba justo preparándose para partir. El destino los había reunido nuevamente. Y justo ahora podía saldar las cuentas. Ahora tenía la oportunidad de eliminar a quien fragmentó al Equipo Épsilon. Su compañero, piloto del Épsilon-3, salió de la cabina para ayudarle a empacar el equipamiento.

Natalia Kristeva: ¿Te parece bien?

Anton Ivanoff: ¿De qué hablas?

Natalia Kristeva: Bueno... Yo jamás lo pude conocer del todo.

Anton Ivanoff: Nadie de nosotros de hecho.

Natalia Kristeva: Pero entonces sabes que no es cualquier objetivo.

Anton Ivanoff: Todos los objetivos son iguales.

Natalia Kristeva: ...(Suspiro) Quizá para ti lo es... ¿Y cómo lo vas a traer de vuelta? ¿Se lo pedirás por favor?

Anton Ivanoff: No.

El Spartan le mostró un artefacto circular. Al apretarlo ligeramente se prendió con una luz amarilla. Lo arrojó contra un Tanque Scorpion. Al contacto con el aparato, el vehículo quedó completamente paralizado.

Anton Ivanoff: La ONI estudió en repetidas ocasiones su armadura. Esto causará un cortocircuito que lo dejará fuera de combate.

Natalia Kristeva: ...Oye, Anton... Yo no estuve en el juicio, pero escuché que el Capitán no estaba de acuerdo con esto. Ya te dije que no lo conocí de verdad, pero si lo suficiente como para confiar en su testimonio.

Anton Ivanoff: ¿Confías en alguien que a causa de sus acciones acaba con la vida de otras personas?

Natalia Kristeva: ...

Anton Ivanoff: Fue precisamente por su actitud sobreprotectora que llegamos a esto. Sí no lo detenemos quien sabe que podría ocasionar.

Natalia Kristeva: ...Anton... Sé perfectamente lo que quieres decir, pero en base a sus acciones, ¿cuántas vidas inocentes ha salvado?

Anton Ivanoff: ...

Natalia Kristeva: Piénsalo por favor. Puedes intentar convencerlo.


20 de Noviembre del 2579

Afueras de Vexthain, Casiopea, Sistema Aran

Habían pasado tantos años desde que dejó su verdadero hogar. Había olvidado el cielo y la tierra. Jamás creyó que volvería a pisar Casiopea. El ambiente todavía tenía cicatrices del inicio del Conflicto de la Tormenta, aquella vez donde vio por última vez a sus padres. La nave en la que Wolf sobrevolaba su antiguo vecindario se había mantenido oculto gracias al sistema de camuflaje activo.

El transporte se detuvo sobre una pequeña cima. Wolf bajó y observó su antiguo vecindario. Tristemente podía recordarlo todo. Aquellas viviendas y áreas verdes en las que había convivido con sus amigos ahora estaban en ruinas. Estaba siguiendo el mismo camino que utilizaba para partir de su escuela hasta su casa. A la vuelta de la esquina ahí se encontraban los cimientos.

Wolf se acercó hacia la puerta de su casa. Su mano temblorosa abrió la dañada puerta para entrar. Estaba tan alto que tenía que inclinarse un poco para pasar. Muebles y todo estaba abandonado y hecho pedazos. Caminó con cuidado hasta la sala. En el fondo sentía como si estuviera buscando algo y su sentimiento se apaciguó cuando encontró un empolvado marco con una fotografía en la que se encontraba él de niño con sus padres.

Sus piernas no pudieron más y lo hicieron caer de rodillas. No podía evitar sentir las lágrimas que corrían por sus mejillas. Se preguntaba cómo era posible haber olvidado sus rostros. Aquellas sonrisas que tenía la alegría de ver cada día. Wolf había pasado por tantas cosas y había esquivado la muerte un millar de ocasiones, pero hasta ese día y posiblemente en el futuro, podría dar lo que fuera por verlos de nuevo. Muy en el fondo seguía siendo aquel niño.

Wolf sacó la fotografía del marco y la guardó. Salió de su casa observando como el cielo azul tomaba una tonalidad grisácea al igual que aquella vez. Un pequeño grupo de naves del Covenant Tormenta había arribado al planeta en dirección al mismo lugar. Era como un Déjà vu. El Cazarrecompensas regresó al Prowler para activarlo. Cuando el vehículo se elevó lo suficiente, partió hacia el origen de todo, la Novena Mina de Afloraltita.


Mina 9, Ciudad Vexthain, Casiopea

Al sobrevolar la zona, Wolf se percató de que la batalla había iniciado momentos antes de que él llegara. Marines de la UNSC se encontraban luchando contra varios pelotones Sangheili que hacían grandes esfuerzos por acceder al interior del complejo.

Wolf estacionó el Prowler y saltó hacia la acción. En menos de un minuto eliminó a las fuerzas invasoras para hacerse paso al interior de la mina. El siguiente escenario lo tomó por sorpresa al encontrar agentes de la Oficina de Inteligencia Naval sin vida. De hecho, todo el complejo se veía diferente a aquella última vez que había visitado las instalaciones cuando acompañó a su padre. Afortunadamente el elevador seguía estando en el mismo lugar. Tocó el botón para solicitarlo, pero un sonido atronador le hizo saber que iba a tener que tomar otra ruta.

La puerta al lado se abrió. Era la ruta de mantenimiento. Se trataban de unos cuantos niveles separados por escaleras. Había grupos de Kig-Yar esperando a que Wolf apareciera para acribillarlo con sus Pistolas de Plasma. El Cazarrecompensas, previendo esa clase de ofensiva, arrojó varias Bombas al aire. La explosión acabó con varios de los enemigos y así se abrió paso al interior acabando con los sobrevivientes. La ruta posterior estaba despejada.

El camino llevó a Wolf hasta una instalación perteneciente a la Oficina de Inteligencia Naval. Muy limpios en su opinión, pero no tardaron en ensuciarse cuando la pelea entre Wolf y un grupo de asesinos Sangheili se desató. Harto de las avanzadas tácticas enemigas, Wolf arrojó una Bomba de Energía que dejó el pasillo hecho pedazos con los restos desintegrados de los Sangheili embarrados por el suelo.

Wolf avanzó hasta la puerta más sospechosa. No se abría de ninguna manera así que intervino para hackear los datos de la instalación. Con uno de los computadores encontró que se había hecho recientemente una excavación profunda en torno a una formación extraña. Una anomalía de proporciones similares al del fragmento del Planeta-X y al de los otros mundos que el Covenant Tormenta había concentrado sus ataques. Ese era el acceso al portal hacia lo desconocido. Decidido a todo, obligó su acceso a la puerta abriéndose camino a un elevador. Se posicionó sobre la plataforma para iniciar el descenso.

El tramo era bastante largo pero la oscuridad del túnel fue aclarada por el resplandor de varios cúmulos de cristales rosáceos, Afloraltita. El elevador se detuvo sobre un pequeño laboratorio desde el cual se podía observar la anomalía que había Wolf había revisado con anterioridad. Una gran estructura, similar a un templo, se alzaba a la vista no muy lejos de él. Lo único que se interponía entre él y el portal era un gran puente cubierto por varias torretas automáticas. Desconociendo si fue por él o por las recién llegadas naves del Covenant, las torretas se activaron. El camino hacia lo que había desencadenado la historia de su vida estaba por llegar a su fin. Con su Cañón de Energía a mano, Wolf estaba listo para enfrentar lo que se opusiera a él.

Colectivo de Casiopea[]

Mina 9, Ciudad Vexthain, Casiopea

La señal del ONI Insidious, el Prowler que Wolf robó, había sido rastreada por los agentes de la Oficina de Inteligencia Naval. La presencia del Cazarrecompensas en el planeta había sido confirmada momentos después por los agentes que habían sido atacados por las fuerzas invasoras del Covenant.

La UNSC Voyager fue comisionada para eliminar a las fuerzas hostiles al mismo tiempo que permitieron a Anton Ivanoff descender al planeta para iniciar su misión: Cazar a Wolf.

El Pelican, llamado Épsilon-3, atravesó la batalla aérea para bajar hasta la Novena Mina de Afloraltita. Ni Natalia ni Anton no tardaron en ubicar el transporte robado.

Natalia Kristeva: ¿Dejó su Prowler en medio de todo?

Anton Ivanoff: Aterrizó aquí por algo.

Natalia Kristeva: Parece que tienes escolta.

Soldados de la Oficina de Inteligencia Naval salieron apuntando con sus armas esperando no encontrarse con un vehículo enemigo.

Anton Ivanoff: Sería sorprendente de no ser así. A la ONI no le gusta que se metan en sus asuntos.

Freed Astharot (Radio): No es nada personal, Spartan. Pensé que con ellos no te perderías.

Anton Ivanoff: Gracias... Supongo.

Épsilon-3 sobrevoló unos momentos la plataforma de aterrizaje para abrir las puertas de la cabina de pasajeros. Anton tomó su Rifle de Asalto y Escopeta para caer en tierra donde los agentes lo guiaron hasta el Prowler. En el interior del vehículo se encontraba una consola encendida. El Spartan usó el avanzado VISR de su visor para escanear y descargar toda la información posible. En unos momentos averiguó que Wolf había establecido una especie de conexión con el vehículo con el fin de poder controlarlo a distancia. Sin duda se trataba de un escape de emergencia.

Anton siguió escaneando aquella red. La señal del emisor provenía de muy adentro de la mina. Con ello pudo crear una ruta rápida que se combinó con los mapas proporcionados por la Oficina de Inteligencia Naval. De esa forma creó un atajo. Así, alcanzar al Cazarrecompensas sería pan comido.

Anton Ivanoff: Lo encontré. Doctor Astharot, hay un acceso rápido a la mina cerca de mi posición. Pido acceso a su instalación.

Freed Astharot (Radio): Ya ordené la apertura de la puerta. Tenga cuidado allí abajo.

Dicho y hecho. La compuerta se abrió. Anton avanzó hacia ella.

Natalia Kristeva (Radio): Anton...

Anton Ivanoff: (Suspiro) Lo intentaré, ¿ok?

Natalia Kristeva (Radio): Gracias... Buena suerte.

El Spartan corrió al frente. Pasó por una pequeña habitación hasta llegar al acceso de la mina. Ahí se encontró con una barricada hecha por más agentes. Era algo extraño ya que el último informe rezaba que las fuerzas hostiles del Covenant habían sido expulsadas, seguramente por Wolf. Esto significaba la presencia de una tercera fuerza recién llegada.

Uno de los soldados se asomó unos cuantos momentos la cabeza sólo para ser desintegrado completamente por un rayo rojizo. El disparo provenía de una robusta figura metálica que mostraba un cráneo rojizo dentro de su casco. Más de esas cosas aparecieron para proteger la entrada e hicieron que Anton se cubriera con una columna.

Anton Ivanoff: ¡¿Qué son esas cosas?!

Freed Astharot (Radio): ¡Esto era a lo que me estaba refiriendo! ¡El Cazarrecompensas hace uso de tecnología Elohim contra nosotros!

Anton Ivanoff: ¡Eso no responde mi pregunta!

Freed Astharot (Radio): Las investigaciones descubrieron que los grandes se llaman Knight Prometeos.

Anton Ivanoff: ¿Knight?

Freed Astharot (Radio): Sí. Los cuadrúpedos son Crawlers y los que vuelan son Watchers. Pertenecían al ejército de la Ecúmene Elohim. Son los Prometeos.

Anton Ivanoff: ¿No se supone que eran nuestros aliados?

Freed Astharot (Radio): No hemos sabido nada de ellos desde el 75.

Anton Ivanoff: ¿Y estos?

Freed Astharot (Radio): Parece ser un colectivo defensivo. No son más que un estorbo. Seguramente están impidiendo que se acerquen al Cazarrecompensas.

Las máquinas avanzaron con pisadas que producían un sonido mecánico algo molesto. Anton salió al combate para intentar eliminar a uno de los Knight descubriendo que estos poseían un blindaje bastante resistente. El Spartan esquivó el fuego enemigo localizando el punto débil de las máquinas. Tres núcleos que arrojaban destellos rojizos sobresalían de la formación en la espalda de los Knight.

Anton abrió fuego. Con su Escopeta reventó la espalda de los Knight hasta revelar el núcleo primordial con el que acertó el tiro de gracia. Como respuesta, otro Knight surgió para arrojar una manada de Crawlers contra los agentes de la Oficina de Inteligencia Naval. Anton intentó eliminarlos, pero antes tuvo que deshacerse de los molestos Watchers. Ya para cuando había acabado con los centinelas los Crawlers ya habían asesinado a sus aliados.

El Spartan hizo retroceder a las máquinas. Frente a la entrada no tardó en encontrar cadáveres de Sangheili sin vida. Otro grupo de agentes siguió a Anton para colocar los códigos de acceso en el panel de control. El pesado sonido del mecanismo en marcha fue sucedido por la apertura de la puerta.

Antes de siquiera poder reaccionar, todos fueron embestidos por más Knight Prometeos. Estos dispararon tiros de Cañón de Incineración que desintegraron por completo a todos los presentes con excepción de Anton, quien retrocedió a tiempo gracias a la mochila propulsora de su armadura. Sin embargo, se vio en la necesidad de retroceder para permitir que sus escudos se regeneraran. Los segundos pasaron y Anton acabó con las fuerzas enemigas con un Rifle de Precisión dejado por uno de los agentes.

Anton Ivanoff: Despejado.

El Spartan caminó de vuelta a la entrada y revisó los cuerpos de los Sangheili. Ninguno de los cuerpos tenía marcas de plasma sobrecalentado proveniente del arma característica del Cazarrecompensas.

Anton Ivanoff: No se ven señales de que el blanco haya combatido aquí... No de forma reciente...

Freed Astharot (Radio): ¿Crees que encontró otra entrada? ¡¿Qué no es obvio?! Los Prometeos no lo atacaron.

Anton Ivanoff: ...Lo que sí es obvio es que si está aquí adentro. Él debió eliminar a gran parte de las fuerzas del Covenant. Pero los restos calcificados y las heridas de estos cuerpos corresponden al tipo de munición empleada por los Prometeos... Sinceramente, no creo que él busque formar un ejército de Prometeos o que los haya activado de forma intencional.

Freed Astharot (Radio): ¿Te pones de su lado? Creí que de todos aquí tú eras el más ansioso por detenerlo.

Anton Ivanoff: No, es sólo que creo que todavía es temprano para sacar conclusiones apresuradas... Es verdad que la mayor parte de sus actos han sido benéficos.

Freed Astharot (Radio): Interesante... ¿Te gustaría comparar tu corta lista de "cosas buenas que ha hecho mi amigo el Cazarrecompensas" con mi "lista interminable de las consecuencias perjudiciales que ha hecho el Cazarrecompensas"?

Anton Ivanoff: Doc, creo que de nosotros dos, usted es el más ansioso por detenerlo...

Aquellas palabras que había dicho eran las mismas que Natalia Kristeva y Ben Etzel le habían dicho antes de iniciar la misión. A pesar de todo, no podía sacarse de la cabeza todas esas veces en que las acciones de a quien antes llamaba "Sexto" culminarían con la muerte de Nathan Ellsworth. El Spartan se preguntó si realmente todas las acciones de Wolf desde su enlistamiento en la UNSC fue lo que inició un efecto domino. Cada ficha que caía representaba alguna desastrosa consecuencia. De ser así entonces ¿qué sucedería cuando la ficha final cayera? Anton no quería averiguarlo. Sus pensamientos estaban en conflicto puesto que podía entender las intenciones de Wolf, pero también odiaba todo lo que conllevaba esas decisiones.

Anton caminó hacia un elevador. Decidió respetar su promesa con Natalia y darle una oportunidad a su antiguo compañero para detener todo antes de que fuera tarde. La plataforma descendió una gran cantidad de niveles hasta topar al nivel inferior. Ahora se encontraba frente a una gran estructura similar a un templo de origen Elohim.

Anton Ivanoff: ¿Qué es eso?

Freed Astharot (Radio): Uno de los últimos vestigios de los Elohim.

Anton Ivanoff: Siempre tuve la duda... ¿Qué les sucedió?

Freed Astharot (Radio): Ni idea. Los pocos con los que teníamos contacto se encontraban en el Mundo Escudo Eclipson y estos fueron exterminados por un ataque masivo del Covenant.

Anton Ivanoff: ¿En serio? ¿Cómo es posible?

Freed Astharot (Radio): 097 Genesis Chain.

Anton Ivanoff: ¿Cómo?

Freed Astharot (Radio): Ese era el nombre de la Inteligencia Artificial del Mundo Escudo Eclipson. Los Sangheili lo apodaron Cerebro Principal. Esta traicionó a sus creadores permitiendo al Covenant invadir el planetoide. Esa cosa no era cualquier IA.

Anton Ivanoff: ¿Y por qué los Elohim visitaban constantemente esta colonia?

Freed Astharot (Radio): ¿Ves los cristales? Es Afloraltita. Un mineral presente únicamente en Casiopea y que tiene la función de ser un poderoso combustible. No se sabe con certeza como lo usaban los Elohim, pero parecía que tenían un interés especial en la mina donde te encuentras.

El Spartan avanzó por el puente saturado de incontables cuerpos sin vida de alienígenas pertenecientes al pacto del Covenant. Se fijó en una de las vetas y notó que el mineral era muy similar al que había visto en Excelcion. Curiosamente, aquel planeta también perteneció a los Elohim, aunque no tenía defensas como la de los Prometeos.

Anton Ivanoff: Entonces... Los Elohim dejaron a estos Prometeos para que protegieran la mina. El conflicto debió exasperarlos.

El puente finalizó en una plataforma de diseño Elohim. Esta comenzó a descender en cuanto Anton la pisó. La plataforma iba en dirección al interior de la estructura Elohim.

Freed Astharot (Radio): (Interferencia) Spartan... Pierdo... Tú... Señal...

Anton Ivanoff: ¿Doc?...

El elevador se detuvo en el interior del complejo. Anton se adentró por los puentes de luz sólida hasta pasar por una puerta que lo llevó a una sala que temblaba levemente. En la zona superior se encontraba una extraña estructura con forma de medio círculo.

Anton Ivanoff: Parece que no hay nadie en casa...

Sin fijarse, Anton dio un paso sobre una luz azul que lo teletransportó hacia una de las estructuras flotantes que rotaban sobre la extraña estructura. El Spartan entendió rápidamente que esa debía ser la forma de llegar a la cima. Atravesó unas cuantas luces más y escuchó un sonido proveniente de la zona superior. Sobre una de las plataformas, a unos pocos niveles arriba, se encontraba Wolf avanzando de la misma forma.

El Spartan y el Cazarrecompensas se miraron unos momentos. Wolf comprendió y avanzó deprisa mientras que Anton lo imitó. Ambos atravesaron varias estelas de luces que los llevaron hasta el nivel donde se hallaba la estructura. Se trataba de un portal Elohim que se activó en el momento en que Wolf llegó. Antes de poder atravesarlo fue detenido.

Anton Ivanoff: ¡Wolf, al suelo!

El Cazarrecompensas hizo caso omiso para seguir hacia su objetivo.

Anton Ivanoff: Cazarrecompensas, por desobediencia, destrucción de la Estación Naraka, generar conflictos tanto a la UNSC como a la ONI, haberte fugado de un juicio y robar un Prowler; quedas bajo arresto... Esta es tu única oportunidad de volver con vida.

Wolf: Tengo cosas que hacer...

Anton Ivanoff: No pienso permitir que tus actos acaben con más vidas.

Fue en ese momento que Wolf reconoció la voz de su antiguo compañero y esa fue suficiente razón para detenerse. Él lo conocía como Épsilon-3 y, junto con Épsilon-5, era una de las personas con las que había llevado una relativa amistad y por ello sabía que un simple intercambio de palabras no iba a frenarlo.

Sin más opción, Wolf usó su Aceleración contra el Spartan para arrebatarle su arma. Con el aparato lo golpeó y Anton terminó por ser derribado. Esto no lo detuvo y contraatacó al Cazarrecompensas de manera similar utilizando el impulso de la mochila propulsora.

Anton concentró la energía de su armadura en sus piernas para asestar varias patadas contra Wolf hasta hacerlo retroceder. Cuando estaba por darle un puñetazo, Wolf sujetó su brazo y lo elevó en el aire para estamparlo con fuerza contra el suelo. Como respuesta, el Spartan volvió a atacar con patadas hiriendo la cabeza de su objetivo hasta dejarlo desorientado. Eso le dio la oportunidad de sacar el dispositivo de cortocircuito para colocarlo en la armadura de Wolf, sin embargo, este reaccionó a tiempo y con la Aceleración sujetó las extremidades de Anton para arrebatarle el aparato y usarlo contra él.

El aparato provocó un cortocircuito en la armadura de Anton dejándolo completamente inmovilizado. Wolf no hizo más que mirar al Spartan unos momentos para pasar por el portal que se cerró abruptamente a los pocos segundos. Anton fue incapaz de reaccionar y pensar en su falla al haber dejado convencerse de las palabras de Natalia. Para el momento en que las fuerzas de la UNSC lo encontraron, él juro que la próxima vez sería diferente.

Una estrella por la que guiarme[]

UNSC Voyager, Órbita de Casiopea, Sistema Aran

La desaparición de Wolf marcó un extraño final para la batalla que se estaba dando entre el UNSC Voyager y las fuerzas del Covenant Tormenta. El Equipo Épsilon había encontrado a Anton en el interior de la Novena Mina de Afloraltita derrotado completamente. Enfurecido, el Spartan fue liberado para recibir la orden de reportarse de inmediato al puente del crucero.

Anton y el Equipo Épsilon regresaron al Voyager y se movieron hasta el puente de la nave donde se observaba una proyección holográfica del planeta junto con varias marcas que representaban las naves de cada bando. Si bien la batalla había finalizado, las fuerzas del Covenant seguían operativas cerca de Perseo, la luna de Casiopea.

Wallace Stone: ¿Alguna idea de adonde pudo haber ido?

Anton Ivanoff: No, señor.

Freed Astharot: Oh, excelente. Estamos completamente perdidos. Primero la Tormenta, luego los Insurreccionistas, los Simbiontes y ahora los Prometeos.

Sabrina Oxford: ...Quizá no...

Ben Etzel: ¿Tercera?

Sabrina Oxford: Ups, lo siento. Permiso para hablar.

Wallace Stone: ¿Que tiene en mente?

Natalia Kristeva: (Susurrando) Además de nauseas...

Sabrina Oxford: El Covenant se encontraba en la mina de Afloraltita. Eso significa que también estaban en búsqueda del portal que utilizó el Sext... El Cazarrecompensas para escapar. Algo me dice que ellos tienen las coordenadas del destino del portal.

Freed Astharot: ¿Basas esto en una posibilidad?

Anton Ivanoff: ...Tiene sentido. Debe haber una razón por la que atacaron dos veces este planeta. Sin mencionar que posee Afloraltita.

Wallace Stone: ¿Qué tiene que ver la Afloraltita en esto?

Ben Etzel: Hace tiempo, los Simbiontes se establecieron en el Sistema Kerkyra. Excelcion, uno de los mundos de ahí, posee Gelignita que tiene una aplicación similar a la Afloraltita.

Natalia Kristeva: ...Sí. Igual en Palnarth. Ahí abunda la Triazinita.

Ben Etzel: Serket, Meridian, Reach, Casiopea, Akira, Palnarth, Excelcion... Todos esos planetas poseen un mineral exótico en el subsuelo y todos ellos fueron atacados por el Covenant. Sin embargo, hasta hoy, nunca tuvieron la oportunidad de adentrarse... Todos esos mundos deben tener también un portal Elohim.

Wallace Stone: Mmm ¿Y que sugieren?

Sabrina Oxford: Esa nave debe ser la nodriza y la encargada del reciente ataque a Casiopea. Su Maestro de Nave debe tener las coordenadas del portal.

Freed Astharot: ...En primera es un Maestro de Flota. Y segundo... ¿Pueden creer esta teoría?

Ben Etzel: ...Vale la pena.

Wallace Stone: Pues me alegra su entusiasmo, Épsilon-1. Usted queda a cargo de la operación.

Ben Etzel: ¿Operación?

Wallace Stone: La nave que mencionó Épsilon-4 es la nave capital de la Flota de la Tormenta Infinita. Teníamos pensado atacar directamente hasta que notamos varias brechas desliespaciales alrededor de esta. Si esa teoría es cierta, entonces el Covenant debe estar realizando experimentos con esas coordenadas...

Anton Ivanoff: ¿Y cómo llegamos hasta ella? Igual si nos acercamos ellos podrían realizar un salto de emergencia.

Wallace Stone: Hay varias Corbetas alrededor del espacio realizando operaciones de reconocimiento. Equipo Épsilon, su misión es infiltrarse en una Corbeta, tomar ruta hacia el súpertransporte y obtener las coordenadas de la localización del Cazarrecompensas... Y acabar de una vez con esa cosa.

Ben Etzel: Entendido, señor. Épsilon, nos vemos en el hangar en veinte minutos.


20 Minutos Después...

El Equipo Épsilon y Dseta habían sido agrupados en distintas zonas del hangar. Luego de una explicación extendida sobre la operación, Anton y Sabrina fueron en dirección hacia su transporte. En el camino encontraron como el líder de Dseta, el mismo que los ayudó en la misión en Quarry, había recibido una patada en la ingle por parte de Natalia.

Anton Ivanoff: ¿Y eso?

Sabrina Oxford: Ya te había hablado del exnovio de Nat hace tiempo.

Anton Ivanoff: Supongo que eso es normal entonces...

Sabrina Oxford: No, de hecho, creo que hoy está de buen humor...

Ambos avanzaron hasta el siguiente hangar donde su transporte los estaba esperando. Las lámparas iluminaron un caza denominado como Sabre, los cuales iban a ser utilizados en el desarrollo de la operación.

Sabrina Oxford: Oye... Quisiera saber porque haces esto.

Anton Ivanoff: ¿Tú también?

Sabrina Oxford: Es más curiosidad. Escuché que Nat te dijo que intentaras convencerlo de volver.

Anton Ivanoff: No funcionó.

Sabrina Oxford: ...Yo no voy a intentar detenerte. Pero quiero que pienses bien en lo que estás haciendo.

Anton Ivanoff: ¿Cómo?

Sabrina Oxford: No soy muy inteligente, pero parece que tú estás enfocando la misión en el Sext... En el Cazarrecompensas.

Anton Ivanoff: ...Mira, tú te uniste al equipo después de toda una serie de cosas por las que tuvimos que pasar. Cosas de las que únicamente podemos contar el capitán y yo. Wolf es un peligro para el Covenant, eso lo tengo claro, pero también lo es para la humanidad. Si es necesario eliminarlo para detenerlo entonces yo seré su verdugo.

Sabrina Oxford: ¿Escuchas lo que estás diciendo?

Anton Ivanoff: ¿Qué?

Sabrina Oxford: Hasta que no termine todo esto no pienso dirigirte la palabra.

Anton Ivanoff: ¡¿Qué demonios te...?!

Sabrina Oxford: ¡No! ¡No pienso hablar con un payaso!

Anton Ivanoff: ¡¿Yo?! ¡Pero si tú eres la que está...!

Ben Etzel (Radio): ¡Segundo y Cuarta! ¡Suban ya!

Sin posibilidad de cambiar de compañero, Anton se vio forzado a tomar la posición de piloto y Sabrina de copiloto. Una vez que el vehículo no presentó ninguna anomalía despegó con el resto de Sabre. En conjunto, avanzaron hacia Perseo, la luna del planeta, para iniciar a la Operación: UNYIELDING.


Espacio ocupado por el Covenant Tormenta, Órbita de Perseo, luna de Casiopea, Sistema Aran

Glocke (Radio): Corbeta objetivo dentro del alcance visual de la baliza MR-10.

Ben Etzel (Radio): Tenemos imágenes, blanco confirmado.

Los tres equipos inmediatamente acribillaron las naves de reconocimiento de la Corbeta.

Stephen Russel (Radio): UNSC Ticket to Ride en posición. Equipo Unyielding, informen.

Ben Etzel (Radio): Unyielding-1, sistemas listos.

Sabrina Oxford (Radio): Unyielding-2, todo listo... (Susurrando) Otra vez... Tengo nauseas.

Bruno Melling (Radio): Unyielding-3, a la orden.

Lexi Morley (Radio): Unyielding-4, todo correcto.

Stephen Russel (Radio): Recibido. Estamos bloqueando las comunicaciones de la Corbeta. Aprovechen mientras no puede pedir refuerzos.

Ben Etzel (Radio): De acuerdo. Equipo, abramos camino hacia la Corbeta.

Las cazas de Banshee Espaciales fueron destruidas gracias a la coordinación entre Épsilon y Dseta. La situación había hecho que el transporte comenzara a trasladarse hacia el súpertransporte.

Stephen Russel (Radio): Quizá les interese destruir sus motores para frenarla.

Ben Etzel (Radio): Buena idea, abordarla será mucho más fácil.

Anton partió hacia la zona de popa de la Corbeta y dejó salir varios misiles que dañaron los motores seriamente. La nave dejó de moverse y procedió a tomar acciones defensivas con el uso de cañones de plasma.

Stephen Russel (Radio): Atención, Unyielding. Múltiples motores de impulso detectados ¡Vienen más enemigos!

Bruno Melling (Radio): Unyielding-3 a Ticket to Ride ¿De dónde vienen los refuerzos? ¿Qué el blanco no estaba incomunicado?

Stephen Russel (Radio): Deben ser escuadrones que regresan de patrullar, Unyielding-3.

Ben Etzel (Radio): Que no huya ninguno. Destrúyanlos antes de que avisen al súpertransporte de nuestro plan.

Nueve Seraph habían aparecido de las cercanías para entablar rápidamente el combate. Las naves, al igual que el primer grupo, terminaron por ser completamente eliminados de la ecuación.

Lexi Morley (Radio): Despejado ¿Ahora como entramos a la Corbeta?

Stephen Russel (Radio): El escáner muestra una debilidad estructural en la parte superior de la nave.

Ben Etzel (Radio): Unyielding, todos aterricen.

Los cuatro Sabre volvieron a la formación para sobrevolar por el espacio abierto que mostraba la nave del Covenant. Posteriormente, se acercaron con lentitud para estacionarse y bajarse de los vehículos con arma en manos.


The Last Truth, Órbita de Perseo, luna de Casiopea, Sistema Aran

Los Equipos Épsilon y Dseta se agruparon para ver como el Ticket to Ride sobrevolaba el espacio alrededor de la Corbeta.

Stephen Russel (Radio): Unyielding, las contramedidas del Ticket to Ride no funcionarán eternamente. Lleguen al puente e inutilicen las comunicaciones de esa Corbeta. Cuando sea inutilizada enviaremos más refuerzos y luego podrán avanzar hacia el súpertransporte.

Oliver Jackson: ¡Simbiontes!

De la entrada al interior de la nave aparecieron los ya conocidos científicos Sangheili equipados con mochilas cohete. Les habían tendido una emboscada que terminó por salir mal cuando uno de los de Dseta usó la ametralladora de su Sabre contra ellos.

Ambos equipos avanzaron hasta los hangares del transporte encontrando otro numeroso grupo de Simbiontes vigilando la zona. Estos poseían un escudo de energía extra proporcionado por un Huragok que flotaba no lejos de ahí. Los soldados tomaron posiciones para iniciar el ataque en cuanto Ben eliminó al Ingeniero con un disparo de su Rifle de Precisión.

Los restos de la armadura del Huragok cayeron volando en pedazos que confundieron a los Simbiontes permitiendo que fueran blanco fácil para Épsilon y Dseta. Habían despejado la zona más rápido de lo que planearon. El líder de Dseta fue hacia uno de los paneles de control para abrir los hangares y permitir el acceso de refuerzos.

Ben Etzel: Refuerzos a bordo.

Wallace Stone (Radio): Recibido. Equipo Épsilon, vayan al puente y tomen el control para iniciar la ruta de repostaje contra el súpertransporte.

Ben Etzel: Sí, señor.

Wallace Stone (Radio): Equipo Dseta, ustedes se encargarán de buscar y eliminar fuerzas enemigas en cada rincón de la nave.

Oliver Jackson: Entendido, señor. (Suspiro) Y de nuevo nos volvemos a separar, Nat.

Natalia Kristeva: ¡Ni quien quiera estar contigo!

La mujer asestó un golpe contra el abdomen del líder de equipo dejándolo en el suelo agonizando de dolor.

Ben Etzel: Basta, Tercera. Equipo Épsilon, avancemos.

El equipo cruzó la puerta que los hizo atravesar una serie de pasillos en dirección al puente.

Sabrina Oxford: Blancos a la vista.

Ben Etzel: ¡Al suelo!

Los soldados apenas lograron evitar la explosión de un montón de granadas de plasma. Los Sangheili Simbiontes aparecieron al fondo portando armas de energía dirigida. El contacto con la estela disparada generaba una capa de hielo. Se trataba del arma usada para controlar a los Metroid en el tiempo en que los Simbiontes trabajan en su clonación.

Como respuesta, Épsilon arrojó todas sus granadas contra los enemigos. Una vez eliminados tomaron sus armas para usarlas contra el resto de Simbiontes. En el camino encontraron una habitación donde se operaban los sistemas defensivos de la Corbeta. La energía frigorífica de las armas de los Simbiontes fue disparada por el Equipo Épsilon contra el que parecía ser un Maestro de Campo. El Sangheili fue congelado y muerto en el acto.

Sabrina fue rápido hacia las consolas para desactivar los cañones de plasma. Aceptó todo tipo de ayuda, pero de Anton no hizo más que hacer gestos denotando su enojo. La acción no pudo ser entendida por Ben ni por Natalia y Anton les respondió con otro gesto indicando que estaba igualmente confundido.

Los cañones de plasma fueron desconectados y Épsilon llegó finalmente al puente. Ben les dio la indicación de separarse en punto estratégicos. De forma similar a la misión en Quarry, los soldados eliminaron a los que desempeñaban la tarea de guardias mientras que Anton acababa con la vida del Maestro de Nave.

Sabrina buscó el panel de control correcto para cortar las comunicaciones con el súpertransporte. Volteó a su capitán y le indicó que todo estaba en orden con el pulgar en alto.

Ben Etzel: Épsilon-1 a UNSC Ticket to Ride, todo está listo. UNSC Voyager, estamos listos para proseguir con el plan.

Wallace Stone (Radio): Recibido, Épsilon-1. El UNSC Ticket to Ride dejará más refuerzos. En unos minutos, la operación quedara completamente en sus manos.

La fragata, apenas de una pieza por la reciente batalla, dejó un último cargamento de soldados y armas para preparar la segunda fase de la operación. Una vez que todo estuvo en orden, Ben le indicó a Sabrina que iniciara la ruta de repostaje contra el súpertransporte.

Lento pero seguro, la Corbeta se desplazó hacia la posición del Beyond Infinity. El Equipo Épsilon tenía preparado a varios traductores para el caso de que la colosal nave les solicitara información. Sin embargo, nada estaba sucediendo. Al acercarse más era posible notar el colosal tamaño del súpertransporte de cual, cerca de la proa, se veían pequeños destellos de brechas desliespaciales en ruta hacia, lo que se teorizaba, el destino del Cazarrecompensas.

El The Last Truth ya se encontraba cerca del Beyond Infinity. El súpertransporte no reaccionaba de ninguna manera más que para permitirles el acceso a su interior.


Beyond Infinity, Órbita de Casiopea, Sistema Aran

El Equipo Épsilon salió de la Corbeta para revisar el área. Sospechosamente todo se encontraba despejado. Ben ordenó que todos subieran a los Mantis para abrirse camino hacia el puente del súpertransporte. Fue en ese momento que los Sangheili aparecieron atacando el The Last Truth.

Anton regresó a tiempo al puente de la Corbeta para hacer que Sabrina accionara los sistemas defensivos. Lo sucedido a continuación fue un caos puesto que los cañones de plasma dañaron gravemente la estructura interna de los hangares del Beyond Infinity. Sin embargo, los enemigos siguieron apareciendo como si fueran infinitos.

Sin más opción, Ben dividió a las fuerzas en tercias. Dos de los grupos tomaría acciones defensivas contra el Covenant mientras que el liderado por Anton proseguiría con la misión utilizando los exoesqueletos. A pesar de que Sabrina seguía con su infantil actitud no tuvo más opción que seguir a su compañero al priorizar la necesidad de completar la misión. Juntos lideraron el improvisado convoy de Mantis por los pasillos que eran lo bastante grandes como para poder pasar. Al poco tiempo llegaron a una de las bahías de carga.

Sabrina Oxford: ¡Arriba! ¡Transporte!

Anton Ivanoff: ¿Están escapando?

Varios Phantom estaban esperando varios grupos de Sangheili para partir hacia las Corbetas que habían retornado al espacio cercano al Beyond Infinity. Las fuerzas de la UNSC dispararon los proyectiles de los Mantis para derribar los transportes de tropas. Estas cayeron luego de explotar en un destello azulado dejando avanzar a los equipos de asalto.

Anton Ivanoff: Puerta cerrada.

Sin decir nada, Sabrina bajó de su exoesqueleto para acceder a una de las terminales. En cuestión de segundos burló el sistema de seguridad y trazó una ruta directa al puente abriendo todos los accesos hacia él. Los Sangheili que planeaban escapar se vieron forzados a pelear utilizando armamento pesado y aparatos de PEM. Tecnología eficiente contra los Mantis, sin embargo, no fue suficiente. El equipo de Anton siguió avanzando, causando grandes destrozos en el súpertransporte.

Ben Etzel (Radio): Épsilon-1 a Segundo. Hemos repelido a las fuerzas enemigas ¿Qué tal ustedes?

Anton Ivanoff: Cuarta nos abrió el camino. Las fuerzas del Covenant se están retirando.

Ben Etzel (Radio): ¡¿Retirando?!

Anton Ivanoff: Tampoco entiendo.

Ben Etzel (Radio): Espero que no hayamos llegado tarde.

Al finalizar la conversación, Épsilon-1 procedió a liderar al resto de las fuerzas para explorar al menos cierto espacio alrededor del The Last Truth. Por su parte, Anton y Sabrina finalmente llegaron a las puertas que daban al puente. Como se encontraban bloqueada, la Cuarta una vez más bajó de su Mantis para acceder a una de las terminales.

La puerta era por mucho más pequeña comparada con las anteriores así que era de esperarse que los pilotos estuvieran confiados en que estuvieran protegidos. Anton, Sabrina y el resto entraron esperando lo peor pero no encontraron más que silencio y un grupo de cadáveres. Entre todos ellos se hallaba el Maestro de la Flota de la Infinita Tormenta sin vida.

Anton Ivanoff: El líder está muerto.

Ben Etzel (Radio): ¿Cómo?

Anton Ivanoff: Fue asesinado... Es extraño... Hay pedazos de metralla... Parece ser que utilizaron una Escopeta M45D.

Sabrina Oxford: Capitán, las coordenadas del portal están aquí. Según la bitácora, están haciendo un llamado a todas las flotas del Covenant Tormenta.

Ben Etzel (Radio): Esto es... Maldición. Inicien la secuencia de autodestrucción y evacuen.

Anton Ivanoff: Entendido. Ya escuchaste...

La mujer se limitó a afirmar con un gesto haciendo que Anton se irritara un poco.

Anton Ivanoff: ¿Cuál es tu problema?

Sabrina Oxford: (Suspiro) Es que realmente no lo entiendo...

Anton Ivanoff: ¿Qué cosa?

Sabrina Oxford: Lo que quieres hacer. Dices que quieres eliminar al Sext... Al Cazarrecompensas, pero también te enfocas en otras cosas. Últimamente, no, desde lo que sucedió en Palnarth veo que estás con esa actitud de seguir con las operaciones como se indica.

Anton Ivanoff: ¿Y eso es malo?

Sabrina Oxford: Es que no es eso exactamente. Es como si te esforzaras por ser todo lo contrario a Wolf.

Anton Ivanoff: ...¿Y por eso estás enojada?

Sabrina Oxford: Me molesta que intentas ser algo que en realidad no quieres ser ¿De verdad te limitaste a luchar contra Wolf sólo porque te lo pidió Natalia?

Anton Ivanoff: ...

Sabrina Oxford: Como te dije antes, no pienso detenerte... Pero sea lo que vayas a hacer asegúrate de que sea lo que realmente quieres.

Anton Ivanoff: (Suspiro) Lo tendré en mente.

Una vez hechas las paces, Sabrina inició la secuencia de autodestrucción para ir junto a Anton de regreso a los hangares donde varios Pelican los estaban esperando. Los transportes los recogieron para llevarlos de vuelta al UNSC Voyager viendo como una de las naves más poderosas de toda la flota del Covenant Tormenta desaparecía en una gran explosión.


30 Minutos Después...

UNSC Voyager, Órbita de Casiopea, Sistema Aran

Las coordenadas obtenidas por los equipos de asalto fueron colocadas en la holomesa del puente del crucero de la UNSC. Wallace observaba algo confundido el panorama mostrado puesto que la ruta final de portal llevaba a una zona inexplorada del vacío del espacio. La escotilla se abrió para permitir el acceso a varios agentes de la Oficina de Inteligencia Naval.

Wallace Stone: Doctor Astharot ¿Dónde ha estado?

Freed Astharot: En mi humilde pequeña oficina... He revisado las coordenadas y me he comunicado con otras estaciones para verificar aquella señal encontrada en la bitácora del Beyond Infinity. Hay rumores de avistamientos del Cazarrecompensas en ese lugar.

La puerta se volvió a abrir dando paso al líder del Equipo Épsilon.

Ben Etzel: ¿Cómo lo sabe? Apenas si la Cuarta colocó las coordenadas y recuperó esa información de la bitácora.

Freed Astharot: Agggh ¿Ya olvidaron quien les dio esas armaduras? Tengo acceso a toda la información que recopiles tú y tus compañeros.

Ben Etzel: ...De cualquier modo, el Segundo descubrió algo. El Maestro de Flota y sus pilotos fueron asesinados por una Escopeta M45D.

Wallace Stone: ...Podrá ser... ¿El Frente?

Ben Etzel: Aunque hace tiempo que no sabemos de ellos desde lo de Drasov no se me haría raro que estuvieran de vuelta.

Wallace Stone: ...Creo que todos estamos de acuerdo en que la prioridad es detener al Covenant... Quizá todo esté relacionado con lo que haya del otro lado.

Tanto el científico como el soldado estuvieron de acuerdo.

Wallace Stone: Teniente Lorenzo, llévanos a donde las coordenadas.

Las fragatas se agruparon en el interior del Crucero Clase-Infinity. Una gran brecha desliespacial se formó en la sección de proa de la nave, engulléndola para transportarla hacia su nuevo destino.

Terra Incognita[]

21 de Noviembre del 2579

Localización desconocida

La brecha lo había absorbido. Lo descompuso en miles de millones de partículas que avanzaron a una velocidad cercana a la luz a través de una dimensión dorada. Al igual que él, había cientos de miles de entidades sin forma, aunque no estaba seguro si el término entidad era el adecuado para describirlos. Aquel camino, abierto por el portal de la Novena Mina de Afloraltita, era distinto al desliespacio. No había noción del tiempo puesto que ahí no parecía transcurrir. Se preguntó entonces si había muerto y si ese era el lugar al que antiguamente muchas religiones llamaban el Paraíso. De repente todo se oscureció. La luz se concentró en un sólo punto por el que nuevamente fue succionado.

Eso era todo lo que Wolf podía recordar de aquel viaje onírico. Sus ojos se acostumbraron a la penumbra para percatarse de que se encontraba en el interior de una húmeda cueva. Con sus manos sintió la presencia de pasto brotando entre unas grietas. Su mente volvió en sí cuando su armadura detectó una transmisión desconocida. Luego recordó todo. A raíz de eso decidió ocultar su señal y bloquear aquella transmisión. No le importaba si era del Covenant o del UNSC puesto que ahora, como siempre, estaba solo.

El Cazarrecompensas salió de la cueva hacia una estela de luz proveniente del exterior. Comenzó gateando torpemente hasta recuperar el control de sus piernas. Una vez que había recuperado el control de su cuerpo fue cuando la luz del exterior lo alcanzó y al estar afuera se volvió a cuestionar si seguía con vida puesto que lo que vio al salir encajaba perfectamente con la descripción de un paraíso.

Estaba en un valle lleno completamente de vida. Las lecturas biológicas eran incomparables con nada anterior, incluyendo los mismos mundos escudos. En todo había cierta formalidad y precisión como si todo fuera artificial y orgánico al mismo tiempo. Los ojos de Wolf se adaptaron ahora hacia el exterior para distinguir como el horizonte se extendía hacia el cielo para luego desembocar por el otro lado. Era como si se encontrara en un anillo gigante.

Wolf se preguntó entonces si este lugar era el que el Covenant quería alcanzar, pero ¿con que finalidad? Las dudas lo acosaban, pero parecía que no había nadie más para responderlas. Siguió caminando por un tramo del valle hasta llegar a un precipicio. A lo lejos se podían ver ciertas estructuras de origen familiar elevándose en el aire por lo que no le quedó ninguna duda de que el lugar donde se encontraba era de manos Elohim.

Una señal fue interceptada por su armadura. Esta vez no se trataba de aquella que recibió con anterioridad sino del mismo planeta. Una señal proveniente de uno de los edificios flotantes. Wolf bajó por un camino de piedras hasta donde se encontraba un interruptor frente a una gran grieta. Al accionarlo se activó un puente de Luz Sólida que le permitió llegar hasta el otro lado. Una vez ahí, el Cazarrecompensas caminó hasta una plataforma que se desplazó en el momento en que la pisó.

Mientras iba en ruta hacia una de las torres, su radar detectó presencias amistosas. Al poco tiempo aparecieron Centinelas que lo analizaron con una especie de láser azul. Las máquinas parecieron entender de alguna manera su confusión y lo guiaron hasta el interior de la torre. En el interior se encontraba una gran consola que proliferó una extraña melodía. Wolf se acercó y el aparato formó una proyección holográfica que se conectó a los sistemas de su armadura.

La conexión se realizó. Una gran cantidad de información fue transferida a la armadura de Wolf. El lugar donde se encontraba era denominado como Instalación 09. Aquel enigmático número hizo razonar al Cazarrecompensas de la existencia de otros planetoides similares. Entonces Wolf recordó varios jeroglíficos que había visto antes en Graydale, la ciudad del Mundo Escudo Eclipson, donde se hablaba acerca de doce formaciones con forma de sortijas rodeando lo que parecía ser una flor. Hasta ese momento era lo único que él sabía puesto que los Elohim jamás le contaron acerca de eso. Wolf entonces dudó acerca de la supuesta confianza que tenían los Guerreros-Servidores en él. Sin embargo, a raíz de haber pasado toda su infancia conviviendo con aquellos seres entendió que si ellos se mantuvieron silenciosos respecto a eso debió de ser por algo.

Su reflexión se vio interrumpida por la misma señal que recibió anteriormente. Se trataba de una fluctuación de Radiación de Cherenkov. El Covenant Tormenta ya se encontraba ahí y habían procedido a enviar varias naves de ataque contra él.

Wolf salió de la torre y vio como los Centinelas eran completamente abrumados por la fuerza de los Sangheili. Cuando los Phantom se concentraron en él, esquivó sus disparos para contraatacar con Súper Misiles que terminaron por reventarlos. Su acción terminó por revelar su posición y provocar que los cruceros que sobrevolaban el cielo se redirigieran hacia él. Imaginó que aquellas orgullosas criaturas debían encontrarse igual de confundidos que él así que lo más razonable, considerando que estaban en alguna especie de estructura Elohim, era localizar el cartógrafo.

Desde lejos llegó un grupo de Phantom protegiendo una Plataforma de Despliegue de Soporte en Tierra Ultra Pesada, un Lich, que atacó con su cañón en enfoque hasta diezmar toda la torre. Wolf había sobrevivido utilizando un pedazo de esta para impulsarse en el aire y llegar hasta uno de los Transportes de Tropas. Su presencia alarmó a los otros pilotos haciendo que se atacaran mutuamente mientras que él brincaba entre ellos.

El Lich, sin dudar, usó su cañón de enfoque para destruir a sus escoltas para eliminar a Wolf a como dé lugar. Sin embargo, las múltiples explosiones impulsaron al Cazarrecompensas hasta la parte superior del enorme vehículo. Wolf usó una escotilla para acceder al interior del vehículo y usó el Rayo de Plasma repetidas veces contra los Sangheili hasta despejar. Fue hasta la consola de mando donde interceptó las comunicaciones del Covenant Tormenta que hacía un llamado a todas las flotas existentes. Pero lo que más lo alarmó fue el plan de utilizar el anillo como una forma de alcanzar la divinidad a raíz del exterminio de la humanidad por lo que entonces se confirmó que la Instalación 09 no era nada más que un arma de una capacidad aún desconocida para él.

Según las transmisiones recibidas posteriormente, un análisis topográfico marca que el cartógrafo se encuentra por debajo de una isla no lejos de su posición. Entonces si la Instalación 09 era un arma y el Covenant busca igual entonces la sala de mapas debía ser para localizar una especie de Sala de Control. Wolf trazó la ruta hacia aquella isla para encontrar la Sala de Control antes que los Sangheili.


Cartógrafo Silencioso, Instalación 09, Sistema Sagittarius

Cuando Wolf se acercó a la isla, ya lo habían alcanzado otros grupos de naves. Debido a la velocidad con la que iba no tuvo oportunidad para hacer frente al numeroso enemigo. Ya acostumbrado a sus improvisadas acciones, el Cazarrecompensas disparó el cañón de enfoque contra el mar que estaba debajo de ellos. La explosión levantó las aguas y forzó a sus perseguidores a romper la formación sin percatarse de que frente a ellos había varias rocas sobresalientes con las que chocaron.

El Lich resultó seriamente dañado. En la isla ya se encontraba establecida una batería antiaérea para detenerlo. Wolf siguió adelante a pesar de que los disparos enemigos hacían que su transporte casi cayera en el mar. Los Sangheili que operaban la batería captaron la intención del Cazarrecompensas muy tarde puesto que nadie más que Wolf sobrevivieron a la colisión producida.

Del agitado mar salió Wolf algo malherido. Miró al cielo para ver cómo más naves del Covenant seguían llegando del desliespacio. Imaginando que tarde o temprano enviarían más fuerzas para detenerlo, el Cazarrecompensas se movió hacia una estructura cercana al muro de un acantilado y encontró un pequeño acceso que llevaba a toda una instalación subterránea. Wolf imaginó que debía encontrarse cerca del cartógrafo puesto que su radar marcaba múltiples contactos enemigos llegando a la superficie.

La estructura interna del complejo era muy distinta a la vista en el Mundo Escudo Eclipson, o en el Planeta-X o en cualquier otro lugar. Parecía que estaba dividido por niveles conectados por escaleras en forma de caracol. Descendió como cuatro niveles hasta llegar a una consola central que proyectaba un holograma completo de la instalación. A diferencia de otras consolas, esta no requería la utilización del Cañón de Energía, pero de alguna manera, permitió al Cazarrecompensas acceder a su contenido. Sin pensarlo, buscó la localización de la Sala de Control provocando que el holograma se partiera en distintas secciones. Una de ellas se agrandó revelando una edificación similar a una especie de templo o santuario.

Un santuario no parecía ser un lugar muy apropiado para una instalación tan importante. Wolf tomó las coordenadas y, antes de irse, indagó por más información acerca de la Instalación 09. Había otra edificación, más bien una fortaleza, que era denominado como Biblioteca, la cual estaba fuertemente protegida por un escudo de Luz Sólida. Era realmente curioso como aquel lugar contaba con una protección mucho mayor a la de la Sala de Control.

Una notificación apareció en la sección holográfica donde se encontraba el cartógrafo. Se registró una anomalía no muy lejos de ahí. Wolf descargó todos los datos que pudo del cartógrafo para regresar a la superficie. Caminó cerca de medio kilómetro por encima de la isla hasta encontrar la causa de aquella anomalía. Se trataba de una brecha muy similar a la que se encontraba en la Novena Mina de Afloraltita. Cuando estaba por tomarlo se percató de que en el cielo había aparecido nada más y nada menos que el UNSC Voyager.

Sin importarle si la UNSC estaba ahí por él o por el Covenant, Wolf avanzó por el portal, descomponiéndose en miles de millones de partículas que viajaron a una velocidad cercana a la luz, hacia uno de los destinos que avistó en el cartógrafo.


UNSC Voyager, Órbita de la Instalación 09, Sistema Sagittarius

El Crucero Clase-Infinity salió del desliespacio.

Wallace Stone: Informen.

Erick Lorenzo: Los motores se han apagado. Vamos a la deriva.

Rhiza Salazar: El sistema está frito. Tengo que reiniciarlo.

Wallace Stone: Háganlo y descubran donde estamos.

Erick Lorenzo: Señor, hay un objeto, está entrando en nuestro campo visual.

En la ventana apareció aquel mundo en forma de anillo.

Wallace Stone: ¿Qué es eso?

Freed Astharot: Eso es un Anillo de Halo.

Wallace Stone: ¿Un qué?

Freed Astharot: Una instalación Elohim. Uno de sus últimos santuarios y, junto a los Mundos Escudos, legados de su existencia.

Wallace Stone: ¿Cree que el Cazarrecompensas esté ahí?

Freed Astharot: Por esas naves supongo que sí.

Cerca del planetoide se veían varios cruceros del Covenant en aumento. Todas las flotas habían recibido la llamada.

Wallace Stone: Teniente, sigamos adelante. Llévanos al anillo y despliega el resto de las fragatas para la batalla.

Rhiza Salazar: Hay fuerzas del Covenant en la superficie del anillo. Están concentrados en una isla.

Wallace Stone: Preparen varios equipos de asalto y reconocimiento. Necesitamos toda la información de donde quiera que estemos.

Erick Lorenzo: Fragatas desplegadas. Acercándonos al anillo. El Covenant ha mandado varias cazas y grupos de batalla.

Wallace Stone: Elimínenlos. En cuanto pasemos sobre el anillo se desplegarán las cápsulas.

A toda acción hay una reacción y eso de denotó en el momento en que las fuerzas del Covenant iniciaron el ataque. Las fragatas del UNSC Voyager contraatacaron para permitir el despliegue de las tropas terrestres al interior del Anillo de Halo. El Equipo Épsilon era uno de ellos ya que tenían la responsabilidad de capturar a Wolf y, por lo que se sabía, se encontraba en aquella isla.

Anton Ivanoff: Aseguramos la playa ¿Y luego?

Ben Etzel (Radio): Rodeamos la isla para delimitar un perímetro defensivo.

Repetidas explosiones y choques de cazas acabaron con un grupo de cápsulas de descenso.

Ben Etzel (Radio): ¡Mierda! ¡Equipo Épsilon, reporten!

Anton Ivanoff: Segundo, todo en orden.

Natalia Kristeva (Radio): Mi pájaro sigue en una pieza. Los sigo de cerca.

Ben Etzel (Radio): ¿Cuarta?

Sabrina Oxford (Radio): ...¿En serio no se marean en estas cosas?

Natalia Kristeva (Radio): Todos parecemos estar bien entonces.

Ben Etzel (Radio): Bien. Casi llegamos al infierno ¡Prepárense para atacar!


Cartógrafo Silencioso, Instalación 09

Las cápsulas de descenso cayeron sobre las ruinas de una batería antiaérea. El Equipo Épsilon abrió fuego para acabar con las fuerzas en tierra del Covenant. Los enemigos cayeron de forma equivalente al número de soldados que caía del cielo.

Ben Etzel: ¡Zona asegurada! Cabeza de playa limpia.

Natalia Kristeva (Radio): Recibido. Épsilon-3 aproximándose ¿Alguien pidió un Warthog?

Sabrina Oxford: No sabía qué hacías entregas a domicilio.

Natalia Kristeva (Radio): Podría dedicarme a esto.

El Pelican personal de Natalia llegó junto al último grupo de cápsulas. Dejó caer un Warthog de su bahía de carga para ser abordado por Anton. Ben montó la torreta y Sabrina tomó el puesto de copiloto. Al poco tiempo aparecieron más pájaros para desplegar más vehículos de reconocimiento.

Siguiendo la señal del último avistamiento de Wolf por los Sangheili, Anton condujo hasta una estructura construida en el muro de un precipicio. El acceso al interior estaba protegido por un impenetrable escudo de energía.

Anton Ivanoff: La puerta está cerrada. Si Wolf estuvo aquí debió activar un sistema de seguridad anexo.

Ben Etzel: Tercera, ¿vez algo que nos pueda ayudar?

Natalia Kristeva (Radio): Sí. Hay otra instalación cerca de su posición. Estaré alerta si llegan más bichos del Covenant.

Anton regresó al vehículo y junto con sus compañeros rodeó la isla hasta encontrar otro complejo. Los tres entraron al interior para encontrar un panel de control que proyectaba un extraño panel holográfico. El Spartan tocó los comandos al azar esperando que algo sucediera. La aparición de las mismas máquinas que protegían el interior de la Mina de Afloraltita los tomó por sorpresa.

Sabrina Oxford: ¡¿Pero qué...?!

El Spartan empujó a su compañera al suelo para recibir los disparos de un Rifle de Luz a lo que respondió utilizando un par de cartuchos de su Escopeta.

Ben Etzel: ¿Estos son los Prometeos de los que habló Astharot?

Anton Ivanoff: Sí. Deben ser de otro colectivo.

Las máquinas retrocedieron y los compañeros salieron de la instalación. A las afueras había iniciado un conflicto entre los Prometeos y las fuerzas recién llegadas del Covenant. Los Marines eran completamente ignorados y eso les permitió retroceder hacia una posición segura.

Anton, Ben y Sabrina volvieron al Warthog para regresar a la instalación inicial. La batalla librada por los Sangheili había abarcado toda la isla. Los Covenant parecían tener todas las de perder puesto que por el momento no se había detectado el inicio de un conflicto entre las máquinas y otro equipo de asalto. Cuando el trío accedió por fin al interior de la zona subterránea vieron que los Sangheili habían llegado primero.

Ben Etzel: ¡¿Simbiontes?!

Los científicos estudiaban con prisa todas las terminales del complejo. Con ellos ahí iba a ser más difícil adentrarse, pero eso cambió cuando varios Knight se materializaron. Las máquinas blandieron sus Espadas de Luz Sólida contra las Espadas de Energía de los Sangheili. Épsilon tomó oportunidad y se escabulló hasta una serie de escaleras en forma de caracol.

Natalia Kristeva (Radio): Épsilon-3 a equipos terrestres. Se les acercan muy deprisa varias naves Covenant. No parecen tener buenas intenciones.

Connie Shake (Radio): Maldición... Ok gente... Tenemos compañía. Ataquen a las fuerzas enemigas en cuanto las vean.

Ben Etzel: Épsilon-1 a Gamma-1. Debe ser más fácil mantenerlos a raya desde dentro de la estructura ¿Pueden entrar?

Connie Shake (Radio): Negativo ¡Vienen demasiado deprisa! Épsilon, tienen que descubrir lo que hay en esta instalación. Nosotros los mantendremos ocupados todo lo que podamos.

Ben Etzel: Mándenlos al infierno.

Sabrina Oxford: Creí que los Prometeos nos ayudarían en esto.

Anton Ivanoff: Hicieron un llamado a todas las flotas. Los Simbiontes siempre fueron un grano de arena comparado al resto.

Ben Etzel: Épsilon-1 a Tercera... Ten cuidado.

Natalia Kristeva: No me iré sin ustedes.

El capitán apretó los puños. Anton podía entenderlo puesto que él debía saber mejor que nadie lo que era perder a un amigo. A pesar de que él aceptó la muerte de Nathan Ellsworth había algo que todavía le hacía arrepentirse de lo sucedido puesto que fue él quien causó que Wolf saliera herido junto con la bomba.

Ben Etzel: Sigamos adelante.

Juntos llegaron hasta el cuarto nivel subterráneo. La consola que había usado el Cazarrecompensas se encontraba ahora completamente desactivada. No había rastros de los Simbiontes ni de los Prometeos. No había nada más que silencio.

Sabrina Oxford: ¿Esto era lo que buscaban los Simbiontes?

Anton Ivanoff: Eso parece. Si son los Simbiontes entonces debe tener cierto valor científico para el Covenant.

Ben Etzel: Está demasiado tranquilo para mi gusto.

El trío se dividió para revisar el complejo. Sabrina miró de cerca la consola. La tocó por accidente provocando que se activara generando un estruendoso ruido.

Ben Etzel: ...Cuarta... ¿Ahora que...?

La consola proyectó el holograma del Anillo de Halo. Se dividió en varias secciones de las cuales dos resaltaron. En ese momento fueron atacados por Sangheili armados con Aguijoneadores. Los soldados tomaron cobertura cuando más Prometeos aparecieron. La intensidad del combate los hizo retroceder hasta cerca de un abismo. Una explosión de una Granada de Pulsos expulsó a varios Sangheili hacia el exterior.

Los tres apenas y pudieron salvarse al sujetarse de una saliente, sin embargo, uno de los Sangheili sujetó a Anton de la pierna para obligarlo a caer junto con él. Sabrina intentó alcanzarlo, pero fue inútil. La oscuridad del vacío nubló la vista y la intensidad de la caída le impidió escuchar como su compañera gritaba su nombre. En ese momento sintió como su cuerpo se fragmentaba en pedazos y como una luz dorada lo envolvía.

Zona en Cuarentena[]

La Biblioteca, Instalación 09

La brecha se abrió. Las partículas recuperaron su forma y devolvieron al Cazarrecompensas a su forma original. A diferencia de la vez anterior no le tomó tiempo recuperar el control de su cuerpo. Activó su Cañón de Energía e inspeccionó unos momentos el lugar donde se encontraba.

A Wolf no le tomó mucho descubrir que aquel lugar atacado de puertas y pasadizos no era la Sala de Control que estaba buscando. Debía tratarse de la segunda zona señalada por el cartógrafo. Era extraño que pudiera acceder al interior de aquella fortaleza considerando la seguridad con la que contaba ¿Cuál era la función de este lugar? ¿Por qué estoy aquí? El Cazarrecompensas no dejaba de preguntarse mientras cruzaba un túnel hacia una amplia cámara.

Había un enorme y profundo foso. Por encima, como unos veinte pisos, había una plataforma iluminada por una luz dorada. Aquel destello era similar a aquel camino onírico que lo trajo desde Casiopea hasta allí. Intentó alcanzar la cima usando la Aceleración y el control gravitatorio de su armadura, pero fue inútil ya que algo parecía bloquearle el paso como si hubiera una pared invisible. Sea lo que estuviera allí arriba, tenía que alcanzarlo utilizando el camino largo.


Pared Centinela, Instalación 09

La brecha se abrió. Las partículas recuperaron su forma y devolvieron a Anton a su forma original. Su cabeza le dolía y los gritos de su compañera no dejaban de resonar. Le tomó unos minutos recuperar el control para tomar su Escopeta y Rifle de Batalla para inspeccionar la zona.

Anton Ivanoff: Épsilon-2 a Equipo de Asalto Épsilon ¿me reciben?

La señal no salía. Era como si una presencia impidiera el poder comunicarse con el exterior. Anton razonó entonces que debía ser alguna especie de mecanismo de seguridad Elohim. El Spartan observó el oscuro cielo. El UNSC Voyager seguía en pie acabando con gran parte de los cruceros que conformaban las flotas del Covenant Tormenta.

Anton Ivanoff: Épsilon-2 a UNSC Voyager ¿me copian?

Únicamente estática. Sin más opción, el Spartan se adentró al interior de la edificación. Al fondo se hallaba un gran pistón. Con un sólo dedo activó un mecanismo de aquella cosa para hacer que se abriera revelando una trampilla que daba hacia un pasadizo. Al tomarlo atravesó un túnel que parecía infinito hasta que encontró el final en un espacio al aire libre. Cuando se asomó al exterior vio que una nave de origen Elohim se elevó hasta su posición. Sin saber si estaba de su lado, el vehículo fue destruido por un Pelican de coloración negra indicando su pertenencia a la Oficina de Inteligencia Naval.

Freed Astharot (Radio): ¿Spartan Ivanoff?

Anton Ivanoff: ¿Doctor? ¿Qué hace aquí?

Freed Astharot (Radio): Mis agentes y yo formamos parte del escuadrón de reconocimiento. Desde hace tiempo que intentamos comunicarnos con el Voyager, pero no podemos transmitir ni recibir nada.

Anton Ivanoff: Entonces tenemos que regresar.

Freed Astharot (Radio): No hay tiempo. Los Covenant... Ellos dicen que el Anillo de Halo es una especie de súper arma que planean utilizar contra la humanidad.

Anton Ivanoff: ¿Este anillo?

Freed Astharot (Radio): Y para activarlo es necesario un Índice de Activación que se encuentra dentro de esta fortaleza. Ya había enviado a varios de mis agentes a recuperarlo, pero tienen problemas con el escudo de energía. Busca la manera de sortearlo.

Anton Ivanoff: Bien.

Freed Astharot (Radio): Espera... El Colectivo de Prometeos está activado. Lo más seguro es que estén apoyando al Cazarrecompensas. No dudes en destruirlos si es necesario.

Anton Ivanoff: Lo tendré en mente.

El pájaro se alejó. Anton encontró otro pistón que le dio acceso a otra serie de pasadizos que lo llevaron a un gran pasillo repleto de cuerpo sin vida de agentes de la Oficina de Inteligencia Naval. En las paredes, cerca del techo, había unas pequeñas compuertas que permitían el camino a Centinelas.

Aquellas máquinas tenían la directiva de impedir el acceso a cualquier ser no autorizado y por ello iniciaron su ataque contra el Spartan. Anton tomó cobertura y procedió a eliminar a las máquinas hasta despejar la zona. Las compuertas volvieron a abrirse para enviar otro escuadrón de Centinela así que el Spartan regresó a su cobertura para usar un puño de Granadas de Fragmentación que obliteraron a las máquinas junto con sus accesos.

Freed Astharot (Radio): Te acercas a uno de los generadores de escudo. Han caído muchos de mis agentes al tratar de desactivarlo. Espero que tú tengas más suerte.

El pasillo estaba dividido en dos tramos. En el segundo volvió a repetirse la secuencia de defensa con la utilización de Centinelas. Estos contaban con escudos de energía por lo que eliminarlos requirió un poco más de balas y esfuerzo por parte de Anton. Al eliminar las máquinas, el Spartan avanzó hasta un pistón oculto en una habitación oscura. El pasadizo que contenía la trampilla era considerablemente más largo y tenebroso puesto que estaba oscuro.

Cuando Anton sintió que estaba por tocar suelo accionó la mochila propulsora para frenar la caída. A sus pies se encontraba más agentes con las piernas rotas. Todos habían fallecido del dolor. El Spartan salió de la habitación y se encontró en una amplia cámara donde un Knight empalaba a un Marine con su Espada de Luz Sólida.

Freed Astharot (Radio): Has llegado a la fuente de alimentación del escudo. Sobrecarga las cerraduras que la sujetan. Ten cuidado con ese Knight.

El Prometeo se percató de la presencia del Spartan y procedió a dejarle llover disparos de Cañón de Incineración. El Spartan esquivó el fuego gracias a su mochila propulsora y se elevó en el aire para asestar un golpe directo a la cabeza del enemigo. El impacto fue tal que el casco del Knight fue reventado mostrando un espectral cráneo rojo. Anton usó un cartucho de su Escopeta para acabar con la máquina a fin de evitar que le causara más problemas.

Las cuatro columnas que rodeaban la plataforma estaban iluminadas por un destello verdoso con un extraño símbolo. Con un toque, el Spartan hizo que cada uno de los soportes se desactivara al desacoplarse de la plataforma. Cuando la situación se repitió en el cuarteto, en el centro se formó una consola holográfica.

Anton se acercó y accionó un comando. El muro frente a él se abrió lentamente y la plataforma en la que se encontraba descendió unos metros para luego desplazarse hacia adelante. Se trataba de una góndola que iba en dirección a una segunda sección perimetral del muro. El Spartan observó hacia arriba para ver como el escudo de energía caía a la par que varias naves del Covenant accedían. Una señal aliada se marcó en el radar de su HUD siendo que el Pelican de la Oficina de Inteligencia Naval se aproximaba para recogerlo.

Freed Astharot (Radio): El camino a la Biblioteca está despejado. Te recogeremos en la cornisa más adelante.

El científico había dicho Biblioteca como si supiera en verdad donde se encontraban. Tuvo dudas al principio de donde sacaba toda esa información el Doctor Astharot, pero seguramente debió haber sido gracias a la filtración de las comunicaciones del Covenant. Y hablando de ellos, del otro lado un enfrentamiento entre los Simbiontes y los Prometeos se estaba llevando a cabo.

Freed Astharot (Radio): ¡Malditas máquinas! Cruza el muro por ti mismo, Spartan.

Con graves daños provocados por los Cañones de Incineración de los Knight, el Pelican de la Oficina de Inteligencia Naval se retiró. Anton se escabulló tomando ventaja de la batalla y se infiltró por uno de los túneles utilizados por los Centinelas. Cuando llegó al fin del trayecto, abrió un hueco que daba a un pasillo similar al que había cruzado anteriormente.

Ryan Mitts (Radio): ¡Diríjanse al objetivo! ¡Aguantaremos tanto como podamos!

Kylee Apperson (Radio): ¡Los Prometeos nos rodean!

Ryan Mitts (Radio): ¡Fuego de contención!

Anton intentó comunicarse con los agentes de la Oficina de Inteligencia Naval sin importarle como habían hecho para llegar hasta ahí antes que él. Cuando encontró la señal del IFF encontró los cadáveres siendo mordisqueados por una manada de Crawler. Las cuadrúpedas máquinas rugieron ante la presencia del Spartan para terminar hechos pedazos por un cargador entero de su Rifle de Batalla.

El Spartan profundizó en el muro. Su estructura interna era similar a la primera sección por lo que no le fue difícil encontrar una salida hacia una sección al aire libre. En el interior se podía ver una gran fortaleza en el centro de una batalla aérea entre los Prometeos y el Covenant. Sin duda esa gran estructura debía ser la Biblioteca que el Doctor Astharot mencionó anteriormente así que el Spartan siguió su camino abriendo más pistones que lo condujeron finalmente al interior.


Zona en Cuarentena, Instalación 09

A diferencia de la zona donde se encontraba el cartógrafo, el ambiente del interior del muro estaba completamente nevado. Algo increíble incluso para los diseños de los Elohim. No había duda de que tenían cierto estilo al momento de desarrollar paisajes.

Las comunicaciones con las fuerzas en tierra se recuperaron. Gran parte de las fuerzas desperdigadas habían marcado un punto de reunión en un campamento establecido por los agentes de la Oficina de Inteligencia Naval. Anton se integró y fue derribado del sobresalto cuando alguien lo abrazó. No supo cómo reaccionar cuando vio que sus compañeros del Equipo Épsilon seguían con vida.

Natalia Kristeva: Vaya, no los conocía ¿eh?

Sabrina y Anton se levantaron un poco avergonzados pero felices de que ambos estuvieran con vida. El capitán se aproximó a ellos queriendo mantener la tranquilidad al saber que su compañero se encontraba con vida. Con un gesto con la cabeza saludó a Anton para luego prepararse para la operación.

Anton Ivanoff: Capitán, entonces supongo que ya sabe que este mundo anillo es una súper arma.

Ben Etzel: ...¿En serio?

Anton Ivanoff: ¿No se los dijo el Doc?

Natalia Kristeva: Apenas y logramos escapar de aquella isla. Los agentes nos enviaron un punto de reunión en este lugar.

Ben Etzel: Nos enviaron para ver lo que estaba sucediendo ¿Cuál es la situación?

Anton Ivanoff: Según lo que dice el Doc, este anillo es una súper arma que el Covenant planea usar contra nosotros. Esa fortaleza en el centro contiene una especie de llave que activa... Lo que sea que haga este lugar... Es probable que Wolf esté ahí.

Sabrina Oxford: ...Creo que la cacería debe pasar a un segundo plano.

Anton Ivanoff: También lo he pensado, pero siento que él tiene algo que ver con todo esto... Está bien. Lo dejaré de lado... Aunque creí que no te opondrías a esto.

Sabrina Oxford: ¡Pero si casi pierdes la vida con esta misión!

Ben Etzel: Basta. Su discusión también debe pasar a un segundo plano. Tenemos refuerzos en tierra y aire. Los Prometeos son nuevos para nosotros, pero no serán ningún problema... Épsilon-1 a todas las unidades en tierra. Nos enfrentamos a una nueva clase de enemigos. El objetivo se encuentra en esa fortaleza. Todos a los vehículos.

El capitán detuvo a Natalia.

Ben Etzel: Necesito que seas mis ojos y que de paso hagas pedazos una que otra nave de descenso.

Natalia Kristeva: Pero... ¿Estarán bien?

Ben Etzel: Eso te lo encargamos a ti.

Natalia Kristeva: ¡Entendido, capitán!

La mujer fue a su Pelican un poco preocupada. Las fuerzas en tierra montaron los vehículos. Anton manejaba el Warthog, Ben estaba a cargo de la torreta mientras que Sabrina tomaba el puesto de copiloto. El camino estaba trazado tras una puerta de la cual salieron más Prometeos.

Ben Etzel: ¡No pierdan tiempo! ¡Sigan adelante!

Las máquinas no lograron evitar que el convoy se adentrara en la zona en cuarentena. En la edificación ya se estaba librando otra lucha entre los Simbiontes y los Prometeos. Wraith y Knight intercambiaban proyectiles a la par de Phaeton y Banshee como varios Unggoy y Kig-Yar contra manadas de Crawler y Watcher.

Anton y el convoy maniobraron por un camino alterno escapando del fuego cruzado. En eso surgieron del abismo unos cuantos Ejecutores que acabaron con varios Warthog. Los sobrevivientes consiguieron salir de la primera instalación hacia otra sección al aire libre. Restos de fábricas de Centinelas y trozos de Phantom adornaban una encarnizada batalla interminable. En el cielo la situación era similar sólo que las fuerzas del UNSC parecían mantenerse firmes gracias a la coordinación de Épsilon-3.

Anton Ivanoff: ¿Doctor Astharot, me copia?

Freed Astharot (Radio): (Interferencia) Spartan... Te recibo apenas...

Anton Ivanoff: ...Pues ya crucé el muro y no me he encontrado con usted.

Freed Astharot (Radio): (Interferencia) Las fuerzas del UNSC se aproximaron a tu posición. Como puedes ver, el espacio aéreo no parece ser un medio mejor que en el que estás. De cualquier modo, me estoy asegurando de hacer todo lo posible por abrirte el paso.

Anton Ivanoff: Doc... La UNSC no estaba consciente de la situación. Creí que les habías informado.

Freed Astharot (Radio): (Interferencia) Todavía me es imposible comunicarme con la Voyager. Si he podido contactar contigo es por la conexión directa que tengo con tu armadura.

Anton Ivanoff: ...Da igual. Ya he informado de la situación. Partimos rumbo a la Biblioteca.

Freed Astharot (Radio): (Interferencia) Entendido. Nos vemos allá.

Sabrina Oxford: ¿Biblioteca?

Anton Ivanoff: Tampoco lo sé.

El camino con los vehículos llegó a su fin cuando un muro defensivo se interponía en su camino. Sin más opción, bajaron de los transportes para solicitar el empujón de Épsilon-3. La piloto se acercó con su vehículo, pero terminó por ser presa de los impactos de un Wraith Antiaéreo. Sabrina estaba a punto de desfallecer cuando Anton la sostuvo.

Ben Etzel: Cayó del otro lado... ¡Todos muévanse!

Los equipos de asalto se movilizaron en el interior de la dañada estructura. Las naves del Covenant terminaron por sucumbir ante los Ejecutores hasta estrellarse con el nevado panorama. Varias cápsulas de descenso cayeron en el interior de la estructura desatando un enfrentamiento contra los equipos de asalto.

Ben ordenó rodear a los enemigos para abarcar todos los flancos. Con la zona aparentemente despejada, los Marines procedieron a la salida. En la siguiente sección ahora se las vieron con un grupo de Knight armados con Supresores. Las feroces máquinas aniquilaron a la mitad del escuadrón forzando al resto a escapar por la única salida.

A las afueras encontraron derribado el Pelican de Épsilon-3. Creyendo que su piloto había fallecido tristemente escucharon como varios cohetes eran disparados a lo lejos contra los Ejecutores que salían de un abismo. Los sobrevivientes, el Equipo Épsilon, se reunieron con su compañera.

Sabrina Oxford: Menos mal. Me alegra que estés bien.

Natalia Kristeva: Hace falta más que eso para matarme... ¿Y los refuerzos?

Anton Ivanoff: Los estás viendo.

Natalia Kristeva: ...Mierda ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos en una situación como esta?

Ben Etzel: Agradece que no estuviste implicada con lo del Prototipo.

Natalia Kristeva: Capitán. Intenté comunicarme con la Voyager, pero...

Ben Etzel: ¿Seguimos sin tener comunicaciones?

Natalia Kristeva: Así es.

Ben Etzel: Pero miren... Quedan menos cruceros que antes y el Voyager parece estar en óptimas condiciones.

Anton Ivanoff: Capitán. La Biblioteca está cerca.

Ben Etzel: Sigamos. Terminemos con esto.

La situación no había cambiado únicamente para el Equipo Épsilon. Las pocas naves que quedaban del Covenant se encontraban realizando tareas de evacuación y las fuerzas Prometeas estaban desapareciendo. El camino hacia una estación repleta de góndolas estaba despejado.

Cuando Épsilon llegó a una de las plataformas observaron como un Lich dejaba un grupo de operaciones especiales. Aquella góndola comenzó a desplazarse al interior de la Biblioteca. Del silencio se escuchó el rugido característico de los Knight retumbando la tierra.

Sabrina Oxford: Esto se va a poner feo.

Ben Etzel: Tenemos que alcanzarlos.

Anton Ivanoff: Yo iré en esta.

Natalia Kristeva: ¡¿Sólo?!

Anton Ivanoff: No soy como Wolf, pero puedo arreglármelas.

Sabrina Oxford: ¡¿Qué estás diciendo...?!

Ben Etzel: Cuarta... Segundo, ¿estás seguro?

Anton Ivanoff: Sí, señor.

El capitán entendió y ordenó a sus compañeras esperar en la última góndola a pesar de las quejas de Sabrina. Ben sabía las intenciones de Anton de querer avanzar solo puesto que ambos sabían que el Cazarrecompensas se encontraba ahí adentro. Sabía que por más que lo intentara no iba a poder detenerlo puesto que ese mismo tono de voz fue el mismo empleado por Nathan Ellsworth en la misión en Palnarth.

Cuando los tres dejaron a su compañero en la estructura, esta proliferó un sonido de activación y desplazamiento con el que inició la marcha hacia la Biblioteca. Épsilon-1 se volvió a preguntar si estaba haciendo lo correcto puesto que tampoco sabe si lo hizo al dejar que su anterior capitán diera su vida ya hace varios años.

El silencio reinaba en la góndola donde Anton se encontraba. Ahora que sólo estaba él podía pensar las cosas con claridad por unos momentos. Lo que estuviera por acontecer le daba un mal presentimiento y por eso pidió avanzar el resto del camino en solitario. Un Pelican de la Oficina de Inteligencia Naval se acercó a su posición.

Freed Astharot (Radio): ¿Solo de nuevo? Descuida. Me encargaré de las líneas enemigas el frente.

Anton Ivanoff: Idiota... Sólo harás que noten mi posición.

Mientras que el pájaro se adelantaba hacia la góndola protegida por las fuerzas del Covenant, la plataforma en la que iba Anton se adentró en el interior. El Spartan se aseguró de que sus armas estuvieran completamente cargadas y preparadas.

La Biblioteca[]

La Biblioteca, Instalación 09

El conflicto librado entre la UNSC, el Covenant y los Prometeos pasó inadvertido para Wolf. El Cazarrecompensas ya se encontraba lidiando con un serio problema de estrés al haber caminado incontables kilómetros y de haber tomado como ocho ascensores que no parecían tener algún fin. El que había construido ese lugar realmente no quería que nada ni nadie llegara a la cima. Desafortunadamente para el constructor, Wolf podía ser bastante paciente, aunque por muy poco.

Cuando el elevador llegó al noveno piso, el radar de Wolf detectó tanto fuerzas aliadas como enemigas. Avanzó con precaución hacia los grandes pasadizos y escuchó sonidos de disparos que se hacían más fuertes a medida que se acercaba. El inconfundible sonido de los Knight rugiendo se mezcló con los gritos de guerra de los Sangheili. La batalla que había iniciado en la isla del cartógrafo había alcanzado el interior de la Biblioteca.

El Cazarrecompensas reconoció al instante a aquellos Sangheili, se trataban de los Simbiontes. Aquellos científicos desquiciados que estaban presentes en cada una de sus misiones. Su simple presencia por si sola era un augurio de que algo más estaba por suceder. En el momento en que Wolf arrojó una Bomba de Energía, los Prometeos desaparecieron. La explosión despejó un pasillo completo al desintegrar los cuerpos de los Sangheili.

Wolf atravesó el resto del tramo. Dio la vuelta hacia otro dónde un par de Phantom dejaron Wraith para abrir una gran puerta protegida por Torretas de Haz. Las armas de energía dirigida autómatas cayeron ante el fuego de mortero de los vehículos pesados. El Cazarrecompensas trepó en el punto ciego de uno de los Wraith para impulsarse en el aire y disparar al suelo todas los Misiles necesarios para eliminar la ocupación enemiga.

Más refuerzos del Covenant llegaron. Los transportes de tropas dejaron caer dos Sangheili de Operaciones Espaciales equipados con una versión mejorada de una armadura usada por un Simbionte en Eclipson. Los Sangheili cargaron y dispararon sus Rayos de Plasma contra el Cazarrecompensas. Este los esquivó y se acercó con su Aceleración para propinar un fuerte puñetazo en el abdomen de uno de los Sangheili para luego destrozarle el cráneo con su Cuchillo de Combate.

El otro Sangheili disparó su Rayo de Plasma, pero Wolf lo volvió a esquivar. Cuando el alienígena estaba por volver a cargar su arma, Wolf le disparó con el Rayo Gancho para poder transmitirle toda la energía con la que contaban sus tanques de energía. La sobrecarga fue tal que la armadura del Sangheili lo consumió en una explosión de plasma.

Todo parecía haber terminado cuando un Lich apareció. La plataforma ultrapesada estaba por iniciar su ataque cuando nueve Ejecutores aparecieron para sujetarlo con sus poderosas garras. La fuerza ejercida por las máquinas hizo que el piloto del Lich perdiera el control y se estrellara en el interior de un abismo. El silencio entonces regresó. La puerta que tanto protegían los Prometeos se abrió para Wolf.

En el interior se encontraba algo que a simple vista estaba por hacer que el Cazarrecompensas se consumiera en rabia. Una plataforma más estaba en el centro de la cámara. Esta tenía algo distinto a las anteriores puesto que una luz dorada emanaba del centro de esta. Aquel destello de alguna manera indescriptible atraía la atención de Wolf casi como si lo estuviera hipnotizando. Fue hacia ella mientras escuchaba una extraña melodía proveniente del centro de la plataforma.

Para cuando la luz lo rodeó su cuerpo quedó completamente congelado. Su mente se había ido a otra parte. Estaba en aquel reino onírico dorado donde presentía que no estaba sólo ahí. No había nada más que entidades sin formas y no pudo sentir como una gran presencia se materializaba frente a él. Por alguna extraña razón sentía que había visto con anterioridad a aquella figura o que al menos tenía conocimiento de su existencia.

Wolf: ¿Quién eres?

La neblina dorada comenzó a tomar forma.

Aiolos de Sagitario: Soy lo que queda del Caballero Prometeo, al que llamaban Aiolos. Mis recuerdos se conservaron para proteger esta instalación. Como debes saber, una de las funciones principales de los Anillos de Halo, es la de ser una súper arma. Mi plan era proteger este anillo, pero... Ese plan está en peligro.

Wolf: ¿Por qué?

Aiolos de Sagitario: La misma amenaza que terminó con nuestra ecúmene ha maquinado contra ustedes, la humanidad.

Wolf: ¿Por qué crearon estas cosas? ¿Por qué sólo yo tengo acceso a sus sistemas?

Aiolos de Sagitario: Los Anillos de Halo fueron creados como un enlace entre la galaxia... Enlaces que nos ayudarían a su protección. En caso de ser necesario, si algún mal llegara a surgir, estos serían activados.

Wolf: ¿Un mal?

Aiolos de Sagitario: En el universo existen dos fuerzas. Una de ellas, el antiguo mal, tiene la capacidad de corromper las mentes. Ese mismo mal infectó a nuestra sociedad hasta su final ya hace varios siglos y es el mismo que ha estado moviendo los hilos de todo esto. Aquel mal ha infectado a la humanidad y uno de sus peones cree que el Anillo de Halo tiene otra función.

Wolf lo razonó todo. Era por eso por lo que el Covenant Tormenta buscaba ciertos planetas. Todos y cada uno de ellos tenían portales enlazados a los anillos esparcidos por el cosmos. Sin embargo, el Elohim le estaba hablando de que el mal había infectado a la misma humanidad. Como una revelación recordó que la Oficina de Inteligencia Naval era la que había establecido instalaciones de investigación en esos mismos mundos. Todo ese tiempo había estado colaborando con el enemigo.

Aiolos de Sagitario: Reclamador, tú tienes acceso a nuestra tecnología gracias a la infusión. Sin embargo, los Anillos de Halo están diseñados para que la humanidad pueda activarlos con el Índice. Tienes que evitar que este anillo sea disparado o todos morirán.

La mente de Wolf regresó a su cuerpo. Cayó de rodillas en la plataforma que se encontraba desciendo los pisos que había recorrido antes. Por más que se negaba a creer que los de la Oficina de Inteligencia Naval estuvieran detrás de todo le hacía sentirse enfermo. Aquella dura lección que aprendió durante la Batalla de Drasov, donde un miembro de su equipo lo traicionó, volvió a caer sobre él como agua helada. Al final, el peor enemigo de la humanidad será ella misma.

La plataforma se detuvo. Wolf se encontraba en el mismo lugar donde había empezado sólo que estaba la diferencia de que un extraño contenedor había aparecido frente a él. Cuando alzó su brazo para tomar el artefacto, este hizo una serie de movimientos. Sus componentes se enredaron entre sí para apretar un cilindro que liberó una especie de llave, el Índice de Activación. Wolf lo tomó y observó aquella reliquia detenidamente. La llave de las Puertas del Fin del Mundo estaba en sus manos.

Anton Ivanoff: ¡Al suelo, Cazarrecompensas!

Wolf: ¿Anton...?

Anton Ivanoff: Suelta esa llave... Ahora.

Wolf: Escucha... Entiendo que sigas molesto, pero ahora hay cosas más importantes que solucionar.

Anton Ivanoff: Lo sé. Pero hasta que no regreses al Voyager no estaré tranquilo.

Wolf: No puedo ir a la Voyager. No podemos confiar en nadie. Hay un traidor entre nosotros.

Anton Ivanoff: Sí. Lo estoy viendo.

Wolf: ¿Yo?

Anton Ivanoff: Si no estás dispuesto a cooperar no me darás más opción... Tengo que hacer esto para salvar al resto.

Wolf: Responderé a la justicia... Cuando mi misión haya terminado.

Anton Ivanoff: Tu misión... Termina ahora.

Cuando Wolf usó la Aceleración para taclear al Spartan, este interceptó el impacto propinando un fuerte puñetazo a su cara. El Cazarrecompensas se aferró del Rifle de Batalla de Anton para golpearlo con ella hasta romperla luego lo estampó contra la pared para sofocarlo con golpes al estómago.

El Spartan resistió los ataques al empujar a Wolf con el impulso de la mochila propulsora marcando una distancia entre ellos. Anton cargó su Escopeta y disparó varios cartuchos contra el potente escudo de energía de su blanco. Wolf retrocedió y, sin más opción, dejó que la energía frigorífica del Rayo de Hielo se esparciera por la cámara.

Anton Ivanoff: ¡Eso no te servirá!

La armadura de Anton liberó energía calorífica que eliminó por completo el ambiente helado. Sin más opción, Wolf atacó directamente con una potencia media del Rayo de Hielo. Los proyectiles de energía impactaron contra la armadura del Spartan neutralizando por completo el generador de calor.

Anton Ivanoff: ¡Vas a tener que hacer algo mejor para detenerme!

Wolf: Asesinar no será uno de los cargos en mi contra.

Anton Ivanoff: ¡Tú mataste al capitán!

Wolf: ...

El Cazarrecompensas siguió disparando contra Anton. El Spartan se iba ralentizando cada vez más hasta ser incapaz de moverse. Wolf finalizó su ataque con un fuerte puñetazo que expulsó a Anton contra una pared. Furioso, el Spartan se impulsó con la mochila propulsora para iniciar una lucha cuerpo a cuerpo contra el Cazarrecompensas. Los golpes propinados entre ellos liberaban ondas de choque. Un golpe entre ambos los hizo retroceder para apuntarse con sus armas cuando algo se aferró a sus armaduras para impedirles moverse.

Wolf: ¿Qué es esto?

Anton Ivanoff: Estas cosas... Son las del PEM.

Freed Astharot: Sí que tengo una buena puntería.

Desde las sombras, el Doctor Freed Astharot apareció acompañado de varios Simbiontes.

Freed Astharot: Gran trabajo, Spartan. No lo mataste ni capturaste, pero al menos pudiste retenerlo el tiempo suficiente.

Anton Ivanoff: ¿De qué habla?

Wolf: Tú... Eres el traidor.

Freed Astharot: ¿Traidor? ¿Cómo puedes traicionar algo de lo que nunca formaste parte?

Anton Ivanoff: ¿Qué?

Freed Astharot: Veamos... ¿Cómo puedo resumirlo?... Bah. Yo descubrí en Babd Catha que los Elohim diseñaron el modo de superar su diseño original. Los Anillos de Halo fueron su medio para alcanzar la divinidad. Pero para eso tenía que crear un ejército o conseguir uno y fue así como contacté con los Simbiontes y descubrí que el portal de aquella mina llevaba a este lugar. Por ello solicité un ataque contra Casiopea.

Wolf: ...Maldito... ¡¿Fuiste tú?!

Freed Astharot: Por supuesto que no salió como esperaba. Tu padre detonó uno de los cargueros de Afloraltita queriendo evitar que se los llevaran y eso hizo que toda la veta reaccionara en cadena. Siempre fue bueno para causar el mayor daño posible sin quererlo. No puedo negar que no es admirable, pero solo postergó lo inevitable. Tiempo después me alié con el Cerebro Principal para eliminar a los Elohim de Eclipson, aunque la maldita IA, tenía sus propias intenciones... Supongo que debo agradecerte por destruirla.

Wolf: Bastardo... Por tú culpa murieron el Didacta y Asher...

Freed Astharot: Tuvimos que asignarte la misión de exterminar a los Metroid mientras que mis agentes recuperaban todo lo que podían de Eclipson. Así conseguimos a las criaturas de la Estación Naraka. Los Simbiontes insistieron en clonar a los Metroid, aunque al principio no tuve ningún interés en ello hasta ver las aplicaciones que el Cerebro tenía pensado para ellos... Ja, ja. Sin embargo, no me esperé lo que ocurrió en Naraka. El Parásito-X había sido capaz de hacer diez duplicados de ti. Desafortunadamente, el destino se puso de tu lado al hacer que Glocke recuperara sus memorias. Sabía que el Capitán Ellsworth sería un fastidio así que su muerte en la Misión Sigma resultó ser un éxito.

Anton Ivanoff: Espera... ¿Glocke es el Capitán Ellsworth?

Freed Astharot: Sabía que intentarías acceder a los registros de investigación de la ONI, pero gracias a ello nos diste la oportunidad de abrir el portal. Y tú cazador aquí presente nos ha ayudado a seguirte el paso.

Anton Ivanoff: Miserable...

Freed Astharot: Vamos... ¿Acaso jamás sospecharon de mí? Creía que ustedes eran listos... Pero bueno. Henos aquí. Me llevaré el Índice y activaré este Anillo de Halo. Pronto mi gran viaje dará inicio.

Wolf: ¡¡¡Hijo de puta!!!

El Cazarrecompensas luchó contra la parálisis del bloqueo de armadura. Por más que lo intentaba no podía moverse más que unos pocos centímetros.

Freed Astharot: Te derroté, Wolf.

Los Simbiontes derrumbaron a los súper soldados contra el abismo directo a su muerte mientras escuchaban la desquiciada carcajada de Freed hasta que de la nada todo se nubló y oscureció.

La Reclamación Final[]

Pared Centinela, Instalación 09

Una brecha se abrió. La oscuridad se disipó lentamente. Anton, dolido, se reincorporó luego de comprobar que se encontraba de una pieza. Su cabeza le dolía y no dejaba de procesar todo lo que había sucedido. La amargura lo invadió puesto que todo por lo que había luchado fue trazo de una mente más adelantada a la de él, el Cazarrecompensas y el UNSC.

El ambiente nevado del oscurecer de la Biblioteca encajaba perfectamente con el sentimiento de melancolía. El Spartan no hacía más que preguntarse todas aquellas cosas que sus compañeros de equipo le mencionaban a lo largo de su campaña. Cada palabra proveniente de cada uno de ellos era como un afilado cuchillo enterrándose en lo profundo de su alma. Sus retorcidas intenciones de salvar a la humanidad, a costa de la eliminación de quien fue su amigo, lo hizo entender, que por más que intentara diferenciarse de él, lo convertía prácticamente en su reflejo.

Una vez que Anton recuperó sus sentidos por completo se dio cuenta que el artefacto inhibidor había sido removido de su armadura. Se percató de que también se encontraba en alguna parte de la Pared Centinela que rodeaba la Zona en Cuarentena. Detrás de él se encontraba Wolf manipulando una terminal.

Anton Ivanoff: ...Wolf... No tenía idea.

Wolf: ...Tengo que moverme.

Anton Ivanoff: ¿Qué es realmente este lugar?

Wolf: El arma definitiva de los Elohim. Astharot cree que al activarlo lo llevará a la divinidad.

Anton Ivanoff: ...¿Cuál es el plan?

Wolf: Iré a detenerlo a la Sala de Control. Tú reúne a los sobrevivientes para evacuar cuando antes.

Anton Ivanoff: Espera ¿Irás solo?

Wolf: ...¿Entiendes porque dejé el equipo? El camino que sigo culmina en muerte... Pero para aquellos que van a mi lado. Desde que tengo memoria siempre ha sido así. Lo del capitán fue lo último que pude soportar... Hasta ese momento. Incluso trabajando solo, la desgracia persigue a aquellos a quienes quiero proteger. Es casi como una maldición. No estoy dispuesto a perder a otro amigo.

Reclamador, Épsilon-6, Wolf y Cazarrecompensas. Cada uno de esos nombres, que ha llevado la persona frente a Anton, son una condena. Desde el ataque en Casiopea tuvo que tomar un papel forzosamente. Un gran viaje, sin final aparente, iniciado por una creciente que venganza que terminó por perjudicar a sus compañeros. Si alguien debía morir haciendo eso debía ser nada más que él.

Anton Ivanoff: Entiendo...

Wolf: ...

Anton Ivanoff: Creo que puedo entender lo que quiso decir el capitán. Él sabía que ese "camino" únicamente debía ser atravesado por ti. Él sabía que tú llegarías a ser algo más que un soldado o un cazarrecompensas.

Wolf: ...¿De qué me sirve eso sino puedo proteger a los demás? Todo por lo que me incriminaron era verdad. Las razones por las que buscabas eliminarme seguramente eran más que razonables.

Anton Ivanoff: Sí, es cierto. Tú eres culpable... De detener a los Insurreccionistas, de eliminar a los Simbiontes y de exterminar a los Metroid. El capitán nos preguntó si teníamos alguna objeción... Ahora ya no la tengo. Él tomó la decisión correcta.

El Cazarrecompensas había enfrentado la muerte en diversas ocasiones. Las personas que siguieron sus pasos encontraron su final, sin embargo, fue porque ellos tomaron esa decisión. Al igual que Wolf sabían que ese camino tarde o temprano los llevaría a su final y, aun así, siguieron avanzando.

Wolf: ¿Estás seguro de hacer esto?

Anton Ivanoff: He recorrido años luz para detenerte. Un cambio en la dirección no será nada.

Una nueva brecha se abrió. El resplandor azulado invitaba a ambos súper soldados a tomarlo. Prepararon sus armas y avanzaron hacia la luz.


Valle de Adnachiel, Instalación 09

A las orillas del acantilado se abrió un camino entre la Biblioteca y el lugar donde se da la fusión entre el Índice y el núcleo. Del destello dorado salieron el Cazarrecompensas y el Spartan. Ambos observaron el santuario ubicado en la cima de una meseta.

Anton Ivanoff: ¿Ahora qué?

Wolf: No lo sé. Déjame pensar...

Varios Phantom cruzaron sobre ellos en dirección a la Sala de Control. La instalación se encontraba al aire libre en una extraña formación. El Dr. Astharot bajó de uno de los transportes para caminar directamente al núcleo con el Índice en mano. De la nada apareció un escudo de energía sobre la Sala de Control.

Cuando creyeron que la situación no podía ser más complicada, otro Phantom apareció y se aproximó lentamente hacia ellos. El Cazarrecompensas estaba a punto de abrir fuego cuando Anton lo detuvo con su brazo. El transporte alienígena se posicionó de cierta forma para dejar ver que era pilotado por el resto del Equipo Épsilon.

Sabrina Oxford: ¡Anton! ¡Estás vivo!

Anton Ivanoff: ¿Por qué te sorprende?

Sabrina Oxford: ¡Los otros equipos están...!

Anton Ivanoff: ...

Ben Etzel: ¿Qué está sucediendo?

Wolf: Fue Astharot...

Ben Etzel: ¿Sexto?

Natalia Kristeva: ¿Wolf? ¡¿También estás vivo?!

Wolf: Por ahora.

La piloto volteó a ver a Anton. Él le devolvió la mirada para saber cómo ella estaba agradecida por haber cumplido su promesa.

Ben Etzel: Con que Astharot...

Anton Ivanoff: El bastardo planea activar esta arma creyendo que lo convertirá en un dios.

Ben Etzel: ...¿Cuál es el plan?

El Cazarrecompensas quedó pasmado unos momentos. Después de tanto tiempo, aquellos quienes lo persiguieron ahora se encontraban de su lado como si él nunca hubiera abandonado al equipo. Sabía que, al igual que a Anton, no iba a poder detenerlos.

Wolf: En la Biblioteca obtuve información acerca del encendido de este Anillo de Halo ¿Ven esas mesetas? Hay tres Generadores de Pulso que impulsan el disparo hacia el espacio profundo. Con un pulso electromagnético es más que suficiente para neutralizarlos. Así deberíamos retrasar la secuencia de activación y eliminaríamos el escudo protector.

Un atronador sonido se escuchó en el ambiente. Decenas de Phaeton surgieron para iniciar otra batalla contra las fuerzas del Covenant.

Natalia Kristeva: ¿Qué hay de ellos?

Wolf: No creo que nos ataquen.

Ben Etzel: Segundo. Cuarta. Ustedes vayan al Generador del centro.

Anton Ivanoff: Sí, señor.

Ben Etzel: Tercera, vendrás conmigo. Sext... Wolf, ve por el de la derecha.

Wolf: ...Hecho.

Todo aquel conjunto de mesetas conformaba el Valle de Adnachiel formando parte de la Sala de Control y por ello cada formación de roca contenía una estructura. Tres de ellas contenían unas torres que rodeaban de forma simétrica el núcleo y eran las que proporcionaban la fuente del escudo de energía.

Como en los viejos tiempos, el Equipo Épsilon estaba de nuevo en la brecha. Ben y Natalia tomaron el Phantom para transportar en corto tiempo a Anton y a Sabrina a una de las torres. Por su parte, Wolf tomó el camino largo y complicado. Él se arrojó hacia el abismo para caer sobre un Ejecutor que utilizó para llegar a los alrededores de la meseta de la torre.

Las fuerzas enemigas no se hicieron esperar. En el momento en que el Cazarrecompensas cayó frente a todo un ejército del Covenant Tormenta, estos abrieron el fuego desquiciadamente. Como en anteriores ocasiones, no les importaba acabar con la vida de sus propios aliados con tal de acabar con la del demonio. Desafortunadamente para ellos, Wolf atravesó la primera línea de defensa dejando incontables estruendos en su camino.

Impulsado por las consecutivas explosiones, Wolf utilizó un gran trozo de Wraith para salir expulsado a una de las mesetas colindantes de la torre. Un grupo de Knight eliminaba de pocos tiros de Rifles Binarios a una manada de Kig-Yar francotiradores.

Natalia Kristeva (Radio): El primer Generador de Pulso está desactivado ¿Cómo van ustedes?

Anton Ivanoff (Radio): Es un infierno. Parece que el resto de las flotas del Covenant se ha concentrado en este punto.

Sabrina Oxford (Radio): Intentamos contactar con el Voyager, pero hay mucha interferencia.

El Crucero Clase-Infinity seguía en la órbita del Anillo de Halo. Estaba librando su propia batalla contra los últimos cruceros del Covenant Tormenta.

Ben Etzel (Radio): Seguramente fue Astharot quien bloqueó las comunicaciones...

Una de las fragatas que acompañaban a la Voyager se prendió en llamas para culminar en una explosión.

Natalia Kristeva (Radio): Dudo que pueda aguantar más...

Ben Etzel (Radio): Tenemos que darnos prisa. Wolf, ¿cómo van las cosas contigo?

Wolf: Estoy cerca.

Ben Etzel (Radio): Bien. Apoyaremos a Anton para reagruparnos contigo de ser necesario.

El Phantom que se encontraba en la meseta central se desplazó a la posición del Segundo y la Cuarta. Wolf avanzó junto a los Prometeos para ser detenido por un contraataque de los Simbiontes. Un Scarab cayó del cielo con la intención de detener al Cazarrecompensas.

Wolf brincó del edificio donde estaba para esquivar el Cañón de Enfoque de la excavadora. Con la ayuda del control gravitatorio y la Aceleración se impulsó hacia el Scarab para acumular la suficiente fuerza como para perforar el vehículo de un sólo golpe.

En milésimas de segundo, el Cazarrecompensas atravesó el duro blindaje de la cabeza del Scarab hasta salir por su núcleo. El tanque quedó hecho pedazos cuando explotó en una serie de destellos azules que nuevamente permitieron a Wolf ascender. Fue así que el Cazarrecompensas alcanzó una posición cercana al Generador de Pulso.

Anton Ivanoff (Radio): Segundo Generador destruido.

Ben Etzel (Radio): Wolf, vamos a pasar por ti cuando estés listo.

Wolf: Bien...

La estructura de la torre, al igual que el resto de las edificaciones y fortalezas de la Instalación 09, era muy distinta a lo que se había visto antes. Ciertamente había que subir, pero no había ascensores para ello. Creyendo que iba a tardar más de lo necesario, Wolf recordó el Rayo Gancho. Con aquel sólido látigo de plasma pudo aferrarse a varias salientes para impulsarse y subir varios niveles a la vez.

En resonancia con la invasión de los Simbiontes, los componentes de la torre comenzaron a moverse para alterar sus caminos. Era como si la misma torre intentara deshacerse de las fuerzas del Covenant, sin embargo, eso también provocaba que Wolf se topara con callejones sin salida.

Un trío de Lich entró a la batalla para rodear la torre. Estas naves atacaron violentamente con sus Cañones de Enfoque para abrir brechas que permitieran el ingreso de más soldados Sangheili. El impacto hizo que los mecanismos de la torre fallaran a causa de un pulso electromagnético. Con eso, Wolf pudo abrirse paso hasta la punta haciendo uso de un súper salto con el que atravesó varias capas hasta dar con el Generador de Pulso.

El Generador de Pulso parecía una especie de conducto que disparaba energía hacia la superficie. El Cazarrecompensas se acercó para permitir que la energía de su armadura generara una sobrecarga que culminara en un pulso electromagnético que terminó por destruir el artefacto.

Wolf: El último generador fue destruido.

Natalia Kristeva (Radio): Allá vamos.

El caos seguía desatado. Entre el intercambio de disparos entre los Prometeos y el Covenant Tormenta apareció el Phantom de Épsilon sin percatarse de que la seguían un grupo de Banshee. El Cazarrecompensas apuntó su Cañón de Energía ocasionando una ligera reacción de temor a los miembros del Equipo Épsilon.

Cuando Wolf disparó una serie de Súper Misiles contra los vehículos enemigos, Épsilon-3 sacó sus armas debido a una reacción nerviosa. Cuando se enteró de que el Cazarrecompensas había eliminado a los Banshee se sintió un poco avergonzada de dudar de su anterior compañero a pesar de insistirle a Anton de traerlo de vuelta con vida.

Ben Etzel (Radio): ¡Wolf! ¡Vamos a entrar con fuerza!

El Phantom aliado rodeó con brusquedad la plataforma en la que estaba Wolf. Este dio un brinco hacia la cabina de pasajeros.

Anton Ivanoff: Está a bordo.

Natalia Kristeva: ¡Sujétense!

Épsilon-3 pisó a fondo para hacer que la aeronave avanzara en dirección a la sección central de la Sala de Control. La lluvia de fuego y plasma le nublaba la vista y en repetidas ocasiones tuvo que hacer varias acrobacias en el aire para evitar chocar con los restos de otros vehículos.

Sabrina Oxford: ...Ya no aguanto... Creo que voy...

Natalia Kristeva: ¡No vas a vomitar aquí!

Natalia era increíblemente habilidosa para pilotar. Incluso un vehículo alienígena no era ningún problema para ella. Sin embargo, esa clase de vehículos no eran muy buenos para realizar maniobras evasivas de tal capacidad. Ya iban varias ocasiones en las que chorros de plasma derretían el escudo hasta perforar uno de los propulsores.

Anton Ivanoff: Oigan... ¿Qué está sucediendo?

La meseta en la que se encontraba la Sala de Control comenzó a elevarse en el aire. Debido a la ausencia de los Generadores de Pulso, el núcleo se ve forzado a tomar medidas de seguridad a la falta también de un escudo de energía. Natalia elevó el Phantom en posición vertical lo más que pudo, pero el ataque de un impacto de combustible propinado por un Banshee le hizo perder altura.

Aquella reacción hizo que el vehículo cada vez más perdiera altitud y que todos los que se encontraban en la cabina de pasajeros chocaran entre ellos hasta casi caer al vacío. Sabrina se había golpeado fuertemente la cabeza desmayándose en el acto. Natalia confirmó que todos estuvieran bien sólo para entender que no todos llegarían a su objetivo. Ella se fijó en su capitán y con un intercambio de miradas acordaron su plan.

Natalia Kristeva: ¡Anton! ¡Wolf! ¡Tienen una oportunidad!

Wolf: Oye, espera...

Anton Ivanoff: ¡Cuando tú digas!

Natalia Kristeva: ¡Ya!

El Phantom abrió sus compuertas y dio un giro en el aire para expulsar a los súper soldados. Ambos, impulsados por el aventón del vehículo, salieron disparados hasta llegar a la entrada de la Sala de Control. El Cazarrecompensas estuvo pasmado unos momentos para ver como el vehículo desaparecía entre el caos.

Wolf resintió el peso de nuevo. Su maldición. Desesperado y decidido a la vez tomó su Cañón de Energía y miró a Anton. Le hizo entender con su postura que estaba centrado en terminar con el origen de su maldición.

Anton Ivanoff: Wolf... Si tu intención es matar a Astharot... No interferiré.

Wolf: ...Asesinar a los míos es algo que no puedo permitirme... Sin embargo... Ese hombre no es un humano para mí.

El camino estaba despejado. A la par de que la estructura donde estaba la Sala de Control se elevaba, el Cazarrecompensas y el Spartan se acercaban al núcleo donde Freed Astharot estaba a punto de conectar el Índice de Activación.

Wolf: Astharot...

Freed Astharot: ...¿Por qué no me sorprende?

Anton Ivanoff: Suelta esa llave y tírate al suelo.

Freed Astharot: ¿Ustedes creen que me voy a rendir tan fácilmente luego de haber llegado tan lejos?

Un equipo de mercenarios Sangheili se hizo notar. Momentos antes de que el intercambio de disparos iniciara, el doctor unificó el Índice con el núcleo.

Freed Astharot: Mi gran viaje ha comenzado ¡Yo me convertiré en un dios!

Una estela de energía salió disparada desde el centro de la plataforma. La secuencia inicial de activación inició y ahora únicamente contaban con unos cuantos minutos. Wolf y Anton acabaron con los mercenarios tan rápido como pudieron, sin embargo, otro grupo de ataque de los Simbiontes apareció mediante capsulas de descenso.

Con el cielo despejado, los vehículos enemigos también arribaron para depositar unidades de asalto. Wolf se encargaba de destruir los Phantom entrantes mientras que Anton se aseguraba de no dejar con vida a aquellos que descendían desde la órbita.

Anton Ivanoff: ¿Para qué fue que destruimos los Generadores de Pulso?

Wolf: Creí que dañarían e impedirían la secuencia de activación. Parece que sólo conseguimos unos minutos más antes de que se dé el disparo final.

Un escudo de energía se había generado alrededor del núcleo donde Freed se mantuvo a salvo. Los enemigos parecían no tener fin y la munición de Anton comenzó a escasear.

Wolf: Tengo una idea. Busca cobertura... Lo más que puedas alejarte.

Anton Ivanoff: ¿Qué vas a hacer?

Wolf: ¡Sólo corre!

El Spartan dio marcha atrás. Wolf sacó una Bomba de Energía que hizo estremecer a todos los Simbiontes. Aquella simple esfera era un arma de destrucción masiva bien conocida por ellos. Desesperados, intentaron huir de lo que estaba por acontecer. Cuando la bomba detonó, su explosión abarcó gran parte de la Sala de Control, obliterando por completo a todas las fuerzas enemigas.

Anton Ivanoff: Pudiste haber usado eso antes.

Wolf: La verdad esperaba que no funcionara.

Anton Ivanoff: Pues no del todo...

Astharot había logrado sobrevivir gracias al escudo de energía generado por el núcleo. La cobertura de cualquier modo tampoco pudo resistir la explosión y se deshizo al instante dejando al doctor desprotegido. Cuando ambos súper soldados creyeron que todo estaba por terminar se detuvieron al ver como el líder de la Oficina de Inteligencia Naval esbozaba una maligna sonrisa.

Freed Astharot: ¿Recuerdan que dije que había estudiado la tecnología Elohim? ¿Recuerdan aquel Prototipo con el que los Insurreccionistas querían hacer un tratado de paz en Drasov? Aquel Prototipo no era más que un intento por duplicar tu armadura, Wolf.

Wolf: ¿Qué?...

Freed Astharot: Ese Prototipo culminó con la armadura que portas, Spartan Ivanoff... Pero, esa no es la versión definitiva. Las armaduras de Épsilon, la Variante Hunter y aquel otro que fue robado hace poco tiempo... Todas eran Prototipos que requerían ser probados. El resurgimiento del Proyecto Spartan fue una excelente excusa.

Anton Ivanoff: Estás demente.

Freed Astharot: Je. Es eso o que mis pensamientos están en un plano superior al de los suyos.

Wolf: Lo que corrompió tu mente te dejó sin salvación.

Freed Astharot: ¿Hablas de mi descubrimiento en Babd Catha? Aquello sólo abrió mi mente... Bueno, esto ya tomó demasiado tiempo ¡Sean testigos de la armadura definitiva!

Del cielo un objeto inmenso aplastó a Freed. Era un contenedor oscuro con trazos azules que lo recorrían en destellos. Por dentro se escuchaban ruidos metálicos y uniones que anticipaban una gran amenaza. De pronto, unas extremidades se separaron y soltaron un fuego azul y adquirieron la apariencia de alas. El objeto se elevó y reacomodó su apariencia, terminándose de ensamblarse, mostrando más extremidades, un taladro y un cañón alargado por brazos.

Anton Ivanoff: Esto se va a poner feo.

La armadura distaba mucho de serlo. Era una máquina alargada como serpiente mantenida a flote por sus alas. Su cabeza era una cabina bien protegida con Freed manipulando ansiosamente los controles.

Freed Astharot: ¡Contemplen al Zilant! ¡Es el nombre de su muerte!

Anton Ivanoff: ¡Esa cosa te queda muy grande, Doc! ¿No tendrás algún complejo?

Freed Astharot: ¡Oh, jo, jo, jo, jo, jo, jo! ¡Esto es la muestra del poder de mi intelecto! ¡Ni siquiera ustedes podrán contra él!

El Cazarrecompensas sin pensarlo disparó un Súper Misil contra la máquina, quien lo desvió con el gran taladro de su brazo izquierdo.

Anton Ivanoff: ¿Tenía que pasar eso?

Wolf: No. Siempre tiene que ser a la difícil.

El Zilant inmediatamente cambió al gran cañón de su extremidad derecha. El sexteto de orificios del cañón se prendió en llamas antes de disparar una repetida secuencia de Misiles. Wolf y Anton tuvieron que separarse para correr y desviar los proyectiles que por fortuna no tenían un rastreador.

Freed Astharot: ¡¿Qué ocurre, Cazarrecompensas?! ¡Creí que te gustaban las explosiones!

Una secuencia más de misiles. Consecuentes explosiones. Wolf las eludía rápido con su Aceleración. Anton no tenía tanta suerte. Uno de ellos explotó detrás de él, empujándolo contra una columna derruida. Esquivó otro proyectil con su Mochila Propulsada y se cubrió.

Freed Astharot: ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡¿Qué ocurre?! ¿Tienen miedo?

Anton Ivanoff: Muy valiente el cobarde en su juguete ¡Baja de ahí y pelea!

Freed Astharot: ¡Estoy aquí, Spartan! ¡Cazarrecompensas! ¡Vengan por mí!

Freed inició otra secuencia de disparos de Misiles. Wolf pudo notar que el arma, como símil de su Cañón de Energía, requería de un intervalo de tiempo antes de recargarse. Sobrevivió a la siguiente oleada de Misiles y apuntó su Cañón de Energía a las alas, pero un Súper Misil tampoco funcionó.

Freed Astharot: ¡¿Vas por mis alas, Cazarrecompensas?! ¡¿Te gustaría volar a ti también?!

El Zilant cambió a la extremidad de su brazo izquierdo y disparó el taladro. Era inmenso y podía rastrearlo, ni con su Aceleración lo esquivó. Recibió el impacto de lleno que quebró sus escudos y lo derribó. Un resplandor dorado se disparó de la extremidad izquierda del Zilant y un nuevo taladro apareció.

Anton Ivanoff: ¡Wolf!

Anton salió de su escondite e impulsado con su Mochila Propulsora trató de aferrarse a la cola del Zilant. Freed lo apartó de un golpe con su cañón, derribándolo al suelo.

Freed Astharot: ¡¿Se acabaron tus ideas, Spartan?! Pronto no necesitarás pensar en más.

El Zilant cambió a su cañón y apuntó a Anton. Wolf se puso en pie y disparó el Rayo Gancho a la extremidad de la máquina. Tiró con todas sus fuerzas y desvió la ráfaga de proyectiles.

Freed Astharot: ¡Hmmm! ¡Espera tu turno, Cazarrecompensas! ¡Esta vez me aseguraré de matarte con mis propias manos!

El Zilant cortó el enganche del Rayo con su taladro y lo apuntó a Wolf. Anton se levantó y corrió a la cola de la máquina. Del torso para abajo de la máquina se conformaba por dos abdómenes esféricos que sostenían dos ganchos mecánicos que simulaban patas. En sí, el Zilant era como una especie de dragón. El Spartan trepó hasta una de las patas usando la Mochila Propulsora y con un último salto alcanzó la esfera abdominal de en medio. Cerró su puño y con toda su fuerza golpeó hasta atravesarlo, revelando un contenedor que brillaba en una intensa luz azul.

Anton Ivanoff: ¡Esto parece ser el punto débil!

Freed Astharot: ¡Fuera de mi vista!

El Zilant alzó el taladro al cielo y lo disparó en una trayectoria de intersección al Spartan. Wolf sujetó a Anton con su Rayo Gancho y tiró de él para que el proyectil no lo atravesara. En cambio, el taladro perforó al Zilant entre sus abdómenes.

Freed Astharot: ¡Mira lo que me has hecho hacer!

Anton Ivanoff: ¡Y solo es el comienzo!

Con una repetida secuencia de Súper Misiles, Wolf hizo detonar el taladro. La poderosa explosión reveló completamente uno de los generadores de energía del Zilant en el cual Wolf descargó un Rayo de Plasma sobrecargado. El tiro desgarró el núcleo y el subsecuente daño se vio reflejado en los erráticos movimientos del Zilant.

Freed Astharot: ¡Ghhhh! ¡Hum! ¡Nada mal! ¡Tú suerte es como una maldición para otros, Cazarrecompensas! ¡Pero eso se puede resolver!

Debajo de la cabina del Zilant emergieron dos cilindros que brillaban intensamente. El cañón ahora se cubrió de una fina capa de hielo y con los que comenzó a disparar cargas de hielo.

Freed Astharot: ¿Olvidas quien creó tus Misiles de Difusión? ¡El Zilant es tu propia armadura perfeccionada! ¡¿Qué se siente pelear contra ti mismo?!

No era nada nuevo para Wolf. Era una experiencia que no estaba dispuesto a repetir. Los cilindros expuestos eran claramente unos generadores de emergencia. Wolf y Anton trataron de acertar a ellos, pero el Zilant se impulsaba lateralmente con rapidez para protegerse.

Freed Astharot: ¡Van a tener que pensar en algo mejor para eso!

Anton apoyó su brazo en el hombro de Wolf.

Anton Ivanoff: (Susurrando) Has vencido cosas más monstruosas que este hijo de puta ¿No tienes algún plan?

Wolf: (Susurrando) Cuando perdió los generadores principales sufrió una ligera mal función. Creo que puedo aprovecharla para acercármele y sacarlo de la cabina... Pero está muy atento a mis movimientos. Se anticipa a cada uno de ellos.

Anton Ivanoff: (Susurrando) Tú céntrate en eso. Ahora no estás solo, Wolf. Juntos acabaremos con ese maldito.

Wolf: (Susurrando) ...¿Qué piensas hacer?

Freed Astharot: ¡¿Qué tanto murmuran?! ¿Son sus últimas palabras?

Anton Ivanoff: Confía en mí y yo confiaré en ti.

Anton apartó ligeramente al Cazarrecompensas y corrió directo al Zilant.

Freed Astharot: ¡Ja, ja ja, ja, ja! ¡Sí, ven corriendo a tu muerte!

El Zilant apuntó su cañón a Anton. El Spartan iba a todo lo que le permitía su armadura, tanto que sus pies por poco no llegaban a encajar bien con el suelo. Wolf disparó repetidamente al Zilant sin importar que los Misiles no mostraran signos de daños. Anton se acercó al Zilant, directo a sus abdómenes dañados.

Freed Astharot: ¡Eso no te servirá de nuevo!

El Zilant se apartó hacia atrás. Un movimiento que le permitió al Cazarrecompensas acertar con un Súper Misil a uno de sus generadores de emergencia. La máquina sufrió una ligera parálisis de milisegundos, tiempo que le permitió a Anton aferrarse nuevamente a la cola del Zilant y trepar por él hasta sus generadores primarios.

Freed Astharot: ¡Apártate de mí!

El Zilant se agitó para tratar de quitarse a Anton de encima. Wolf aprovechó eso para disparar su Rayo Gancho al taladro de la máquina, tirando de él para retirárselo y enterrarlo profundamente al suelo. El Spartan, mientras tanto, perforó el dañado núcleo primario con su Cuchillo de Combate, agravando el daño para desencadenar otras mal funciones que entorpecieron sus acciones.

Freed Astharot: ¡He dicho que te apartes de mí!

Freed hizo que el Zilant apartara a Anton de un golpe con su cañón. Anton fue derribado contra una pared destruida, con un fuerte golpe en su espalda que le sacó el aire. Freed le apuntó y preparó una fatal carga de hielo. De pronto, su último generador de emergencia fue destruido por un Súper Misil de Wolf.

Freed Astharot: ¡No! ¡No! ¡No, no, no, no, no! ¡NO!

El Zilant se retorció y movió sus extremidades sin control. La potencia de sus alas disminuyó y ya no podía moverse con agilidad. Solo le bastaba su defensa impenetrable. En lo que Freed trabajaba en la cabina para solucionar los errores, un indescriptible odio hacia Wolf lo ahogó. Todo su viaje se reducía a ese sencillo y caótico momento. Todo pendía de un hilo del destino. El destino mismo que eligió que el único sobreviviente de esa invasión a Casiopea fuera su último obstáculo. No cedería. No se rendiría. Todo el trabajo de su vida para ese momento. Era todo o nada. Freed sucumbió a la locura completa, riendo maliciosamente.

Freed restauró el control del Zilant. Levantó la mira de los controles al escenario de batalla. Su sonrisa permaneció, pero su mente quedó en blanco. Vio a Wolf apuntándolo con el taladro que le arrebató hace un momento directo al corazón de la cabina del Zilant.

Wolf: Vete al diablo.

El Cazarrecompensas soltó una carga sobrecargada de Plasma en el extremo trasero del taladro. El proyectil se disparó a gran velocidad que ni el Zilant pudo desviar con su cañón. El taladro atravesó completamente al Zilant con tal fuerza de impulso que lo derribó contra el panel del núcleo de la Sala de Control.

Anton, que apenas podía estarse de pie, se juntó con Wolf. Ambos viendo la máquina sin actividad.

Anton Ivanoff: ¿Está muerto?

El taladro brilló listo para detonar. Wolf empujó al Spartan al lado opuesto para evitar ser alcanzados por la próxima explosión. Corrieron hasta los límites de la Sala de Control sin saber a dónde con exactitud. Detrás de ellos brilló el poderoso resplandor de una explosión que abrió un inmenso hueco en el generador de disparo de la Instalación 09. Una onda expansiva de un pulso electromagnético empujó a Wolf y a Anton, extendiéndose al horizonte y resonando con los Generadores de Pulsos.

Todas las naves en órbita fueron presas de la radiación y cayeron dentro del Anillo de Halo. El choque de los pesados vehículos retumbó grandes proporciones de tierra a lo largo y ancho del terreno a la que siguieron grandes explosiones de las ya dañadas naves que plagaron el cielo de luces que lo cubrieron todo de un blanco cegador. Después, hubo silencio.

Fin del Viaje[]

22 de Noviembre del 2579

Valle de Adnachiel, Instalación 09

Todo estaba en blanco. No sentía nada. Ni dolor ni sufrimiento. Solamente sabía que estaba ahí. En algún lugar. Se preguntó entonces si estaba muerto. La luz blanca lentamente se fue disipando. La luz del amanecer se vislumbraba desde el horizonte. Una luz solar que era completamente artificial. Wolf recuperó la consciencia y se reincorporó.

La Sala de Control había descendido violentamente contra la meseta, destruyéndola hasta donde esta nacía. Solamente quedaban fragmentos de la batalla librada entre los Prometeos y el Covenant. Centenares de vehículos y miles de cuerpos yacían por todo el valle en un desolado panorama.

Anton Ivanoff: ¿Estás bien?

Wolf: Sí...

Anton Ivanoff: ¿Qué sucedió?

Wolf: No estoy seguro. Creo que la explosión dañó la Sala de Control. El pulso electromagnético debió ser liberado como otro mecanismo de emergencia.

Anton Ivanoff: Todas las naves cayeron. Intenté contactar con los muchachos, pero... No recibo nada ¿Qué hacemos ahora?

Wolf: Mira...

Anton siguió la dirección a la que Wolf señalaba con su dedo. En el horizonte, frente a la luz, se vislumbraba la figura completa del UNSC Voyager.

Wolf: Los cruceros del Covenant detonaron al impactar.

Anton Ivanoff: Tenemos suerte, ¿sabes? Si los motores del Voyager llegan a detonar... Quien sabe que sucedería.

Wolf: Eso es... Anton, tenemos que destruir este anillo.

Anton Ivanoff: ¡¿Qué?!

Wolf: Este Anillo de Halo es hasta ahora el único que se conoce de su existencia. Seguramente quedan sobrevivientes enemigos en el anillo. Si son capaces de averiguar la localización de los demás esto jamás terminará. Tenemos que ir al Voyager y detonarlo.

El Spartan se preguntó si esa debía ser la forma en que terminara todo. Sabía que no sólo únicamente debía haber sobrevivientes enemigos, sino que también debía haber unos cuantos rezagados del UNSC. Eso pensaba para consolarse de que sus compañeros siguieran con vida, pero las circunstancias eran críticas ¿Debía sacrificar la vida de nobles soldados para salvar a la galaxia? Por más que le doliera la respuesta pudo entender que esa era una de las cuestiones con las que Wolf vivía cada día de su existencia.

Anton Ivanoff: ...La Voyager está como a 100 kilómetros de aquí. No creo que ni con tu Aceleración llegues tan pronto.

De un montón de escombros cayó un Banshee aun funcional.

Wolf: ¿Quieres conducir?


UNSC Voyager, Zona de Colisión, Instalación 09

La luz del sol ya alumbraba completamente el desolado valle donde estaba posado el Voyager. Cerca de él, un Banshee se acercaba tratándose de comunicar con los posibles sobrevivientes de la tripulación sin tener ninguna clase de respuesta.

Sin más opción, Wolf y Anton estacionaron el vehículo en una de las esclusas de las capsulas de emergencia. Una vez más intentaron contactar con aliados, pero fue inútil. Estaban solos y ahora estaban planeando como provocar una reacción que destruyera la nave.

Wolf: ¿Se te ocurre algo?

Anton Ivanoff: Tenemos que llegar al puente. Ahí podremos iniciar una sobrecarga de los motores. La explosión dañará suficientes sistemas debajo de ella para destruir el anillo.

Wolf: También hay que comprobar si los motores siguen operativos.

Sus sensores de movimiento detectaron presencia enemiga cercana. Naves del Covenant se aproximaban al dañado Crucero de Clase-Infinity.

Anton Ivanoff: Esto faltaba...

Wolf: Espera... No se dirigen a nosotros. Van hacia el escape de los motores. Anton, ve al puente. Yo iré en el Banshee a la sección de popa para impedir que dañen la Sala de Ingeniería.

Anton Ivanoff: Bien. Veré si puedo detonar el motor desde allí. Activaré el contador y con el Banshee buscaremos una nave más grande para escapar.

Mientras que el Cazarrecompensas abordaba el Banshee para ir a su posición, Anton se introdujo en el interior del crucero armado con su Escopeta. No tardó mucho en encontrarse con Simbiontes. Estos Sangheili se encontraban buscando sobrevivientes en el interior del transporte quedando sorprendidos de que toda la tripulación falleciera en la colisión.

En un momento se dio una repentina explosión como consecuencia de la lucha que Wolf estaba llevando a cabo en la parte trasera de la nave. Los Simbiontes fueron tomados desprevenidos por Anton quien se abrió camino en una ruta establecida hacia el puente. Debido a que varios de los caminos habían sido dañados por la colisión, el Spartan tuvo que hacerse un nuevo camino utilizando las rutas de emergencia.

Al final, Anton llegó a una amplia cámara asegurada por los Simbiontes. Los enemigos se alarmaron ante su presencia e iniciaron el fuego forzándolo a tomar cobertura. Anton arrojó varias Granadas de Fragmentación para romper la formación enemiga y así poder arrojarse contra ella gastando más munición de su Escopeta.

Unos cuantos pasos antes de llegar al puente, el Spartan tomó más munición de los cuerpos sin vida de varios Marines percatándose de que algunos tenían heridas provenientes de armas de la UNSC. Una situación no tan extraña considerando que seguramente los agentes de Freed fueron los culpables, pero esas heridas se veían muy recientes.

El puente estaba protegido por un Zealot Maestro de Campo que sucumbió ante las armas del Spartan. Este se acercó a la consola principal para iniciar la secuencia de autodestrucción. Unos números aparecieron en la fragmentada pantalla.

Anton Ivanoff: Wolf, he activado la cuenta atrás ¿Qué tal allá?

Wolf (Radio): Los motores están intactos. El Covenant ya dejó de enviar refuerzos, pero imagino que ya están en el interior del Voyager.

Anton Ivanoff: Dejé suficiente tiempo para conseguir un vehículo de los hangares para escapar de la explosión... Por cierto...

Una explosión sacudió toda la estructura de la nave.

Wolf (Radio): (Interferencia) An... Ton... ¿Me recibes?...

Anton Ivanoff: Wolf... ¿Wolf?... Mierda. Si me escuchas, voy a la Sala de Ingeniería. La explosión detuvo la cuenta atrás. Creo que tendremos que detonarlos manualmente.

Wolf (Radio): (Interferencia) Enten... Dido...

Anton revisó los planos de la nave para trazar una ruta directa hacia su nuevo objetivo. Como se había mencionado, gran parte de los caminos habían sido seriamente dañados y otros fueron cerrados dejando únicamente un pasillo sumido en la penumbra.

El Spartan avanzó con pie de plomo, pero con prisa a través de los oscuros pasillos. En repetidas ocasiones hizo frente a varios Sangheili asesinos portando camuflaje activo. Varios disparos y explosiones se podían escuchar a lo lejos. Anton pensó, considerando su cercanía a la Sala de Ingeniería, que Wolf debía estar haciendo frente a los Simbiontes y tuvo razón.

Wolf y Anton no tuvieron tiempo para siquiera saludarse debido a la marcada presencia del Covenant dentro de la nave. Tenían que hacer lo posible como para no dañar los conductos energéticos del motor hasta asegurar el área. Fue un proceso que llevó poco tiempo puesto que los mismos soldados Sangheili se encontraban agotados por enfrentamientos anteriores.

Una vez que la sala estaba despejada, Anton fue a varias consolas para abrir los reactores de fusión. Wolf se posicionaba en ciertas posiciones para tener buena visibilidad a la hora de disparar Misiles en su interior. Dicho proceso se repitió unas cuatro veces con el último reactor. La secuencia de autodestrucción fue reiniciada con el mismo tiempo que Anton programó en el puente de la nave. Los compañeros estaban en camino hacia uno de los ascensores de emergencia cuando una ráfaga de disparos les impidió seguir avanzando.

Wallace Stone: ¿Piensan irse así nada más?

Anton Ivanoff: ¡¿Capitán?!

Wolf: Espera, Anton... No es quien creemos que es... Nunca lo ha sido.

Anton Ivanoff: ¿De qué hablas?

Wallace Stone: ¿Lo supiste todo el tiempo, Cazarrecompensas?

Wolf: Tuve mis dudas, pero no lo confirmé hasta escuchar las transmisiones del Covenant mientras defendía la sección de popa.

Anton Ivanoff: No estoy entendiendo.

Wolf: Freed pudo haber planeado todo esto, pero jamás lo habría conseguido sin un poco de ayuda. Wallace Stone es sólo el alias de Thomas Brzenska, el Líder del Frente Rebelde Unido.

Anton Ivanoff: ¡¿Qué?!

Wallace Stone: Vaya. Te felicitaría, pero creo que lo descubriste en el momento menos adecuado para nosotros.

Wolf: ¿Qué es lo que quieres?

Wallace Stone: Venganza. Creo que nadie mejor que tú puede entenderlo. Tú lo perdiste todo por el Covenant Tormenta y yo lo perdí todo por la UNSC. Sabía que Astharot estaba loco, pero esta iba a ser la oportunidad perfecta para acabar con el ejército.

El capitán sacó de su bolsillo una jeringa llena de un compuesto que Wolf reconoció al instante con temor.

Wolf: ¡Eso es...!

Wallace Stone: Ahora mismo tengo un pensamiento en mi mente. Y para llegar a él, los métodos y procesos ¡Son irrelevantes!

El capitán se inyectó el compuesto. En ese momento su cuerpo sufrió una serie de transformaciones a la vista de Wolf y Anton. En ese instante, una señal fue activada en la armadura del Cazarrecompensas por lo que no cabía duda alguna de que ese compuesto contenía ADN Metroid.

Wallace había decidido dejar atrás su humanidad para acabar con aquellos que supusieron un estorbo en su campaña. Tanto física como mentalmente su cuerpo tomó una grotesca forma similar a la de una araña que inició su ataque con movimientos erráticos que pusieron en aprietos a Wolf y a Anton.

Wolf: ¡Anton, corre!

El Spartan no reaccionó a tiempo cuando una de las patas de la criatura lo sacó volando hacia la parte superior de la sala. Wolf hizo lo posible para esquivar los posteriores golpes para sobrecargar su Rayo de Hielo. Cada sobrecarga arrojada hacia el Metroid parecía funcionar, sin embargo, este sujetó al Cazarrecompensas con sus látigos para absorber parte de su energía para liberarla en forma de proyectiles que debilitaron los escudos de Wolf rápidamente.

Apenas Wolf se puso de pie fue empujado por el Metroid contra un cúmulo de material explosivo que lo dejó muy malherido. El Metroid estaba por dejar caer su peso sobre el Cazarrecompensas cuando una serie de explosiones captó su atención. Anton hacía uso de todas las armas que tuviera a la mano para evitar que la bestia acabara con la vida de Wolf mientras que este regresó al combate usando Súper Misiles que reventaron sus patas.

La criatura regeneró sus extremidades al instante expulsando al mismo tiempo varias púas que dañaron las paredes de la sala. Esta acción hizo que Wolf localizara el núcleo del Metroid para arremeter contra él tiros sobrecargados de Hielo. Como reaccionó a esto, el Metroid mutó nuevamente para generar una capa protectora sobre su punto débil. Un disparó de Láser Spartan lo desorientó.

Anton Ivanoff: ¡Acaba con él!

El impacto había sido tan fuerte que una profunda herida se abrió en la gruesa piel de la bestia. Antes de que se cerrara, Wolf corrió hacia ella para adentrarse en su interior. En las entrañas del Metroid, perdiendo energía con cada milésima de segundo, Wolf depositó una Bomba de Energía. El dispositivo generó una gran explosión que arrojó al Cazarrecompensas hacia una de las paredes junto con trozos de cuerpo del Metroid.

Anton Ivanoff: ¿Estás bien?

Wolf: No es nada a lo que no esté acostumbrado.

La batalla había ocasionado graves daños a la infraestructura del Voyager. El Cazarrecompensas y el Spartan huyeron hacia la ruta de salida de emergencia que los encaminó a un elevador apenas en funcionamiento. Cuando Anton accionó el comando para que la plataforma ascendiera, uno de los látigos del Metroid sujetó fuertemente su pierna. Wolf intentó sujetarlo, pero un desafortunado truco del destino hizo que una explosión proveniente de la Sala de Ingeniería le impidiera sujetar a su amigo.

Wolf: ¡Anton! No... No... No, no, no... ¡No!

Las explosiones no tenían final. Dañaron los componentes del elevador para impedir que este pudiera descender. Desesperado, el Cazarrecompensas buscó una ruta para regresar a la Sala de Ingeniería por Anton, pero enojadamente no pudo hacerlo.

Wolf comenzó a reflexionar ¿Debía quedarse a morir junto con todos aquellos que dieron su vida para evitar que el Anillo de Halo se disparara? De ser así quizás los conflictos dejarían de suceder, pero... ¿Y si no estuviera él? Las palabras que le había dicho Nathan Ellsworth antes de morir volvieron a hacer eco en su cabeza al igual que todas las cosas que había hecho que Anton remarcó en la Pared Centinela hace unas horas. Quizá esa batalla era únicamente una parte de una guerra. O esa guerra formaba parte de algo mayor que está por suceder o ya se está dando en ese sistema o en otro.

Cuando Wolf se puso de pie recordó aquella mirada con la que lo vio Anton. A pesar de tener su casco puesto pudo percibirla y entendió que era la misma con la que lo había mirado Nathan. El látigo del Metroid iba a aferrarse a Wolf, pero Anton se interpuso con la misma creencia con la que partió el anterior Épsilon-1. El Cazarrecompensas se aferró a cumplir la voluntad de sus compañeros y escogió vivir.

El Cazarrecompensas revisó su mapa y trazó una ruta hacia los hangares. Para su sorpresa, su nave se encontraba justo ahí. Wolf llegó a la espina dorsal del Voyager. Se trataba de una ruta de emergencia que conducía directamente hacia los hangares. Inhaló todo el aire que pudo para concentrar toda su energía de Aceleración en sus piernas y exhaló cuando la liberó.

Con una increíble velocidad, Wolf atravesó el trayecto en cuestión de minutos. Sobre él aparecían varias naves del Covenant evacuando a las fuerzas de asalto. Estos ni siquiera pudieron ver al Cazarrecompensas pasarlos de largo. Las explosiones de la nave se volvieron más violentas como si una falla en la secuencia de autodestrucción fallara y acelerara el proceso.

Wolf llegó a los hangares. Su nave se encontraba siendo defendida por varias torretas automáticas que, por alguna razón, seguían operativas. El Cazarrecompensas abordó el vehículo luego de eliminar a los Simbiontes que intentaban tomarla. Fue a la cabina del piloto para iniciar la secuencia de despegue para salir finalmente del UNSC Voyager a toda velocidad.


Sistema Sagittarius

La nave de Wolf salió de aquel mundo anillo. Un haz de luz, proveniente de la explosión del Crucero Clase-Infinity, lo alcanzó. Una brecha desliespacial fue detectada cerca de la zona de colisión. Wolf pensó que debió ser alguna reacción que provocó la ignición del motor desliespacial.

Cuando el Prowler que tomó el Cazarrecompensas ya estaba a una distancia considerable, este bajó de la cabina de piloto para contemplar el evento. Un fragmento del Anillo de Halo se desprendió y colisionó con el resto de la instalación, haciéndola pedazos.

No quedaba nada. Wolf intentó establecer contacto con algún sobreviviente, pero sólo recibía polvos y ecos. Y así fue como todo había terminado. La victoria final contra el Covenant, los Simbiontes... Y el Frente Rebelde Unido. Toda una serie de eventos que desembocó en ese momento. Tantas vidas perdidas quedando únicamente él para recordarlo.

A pesar de todo, la paz había vuelto, pero quien sabe por cuánto tiempo. Él había sido sobrevivido a todos esos eventos por alguna razón. Algún sentido por lo que los Elohim lo rescataron y eligieron. Wolf entonces decidió que su vigilia sería eterna hasta el momento en que encuentre el final de su viaje.


F I N

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