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Portada Rojo Atardecer

Annie Mayer[]

30 de Agosto del 2565

Pueblo de Lance, Afueras del Distrito Delta, Themar, Sistema Beyond

El Distrito Delta. Una pequeña ciudad rodeada de varios asentamientos rurales con apenas mil habitantes. Aire limpio y un vasto cielo. Frutos del Elegido. Fue aquí donde creció Annie Mayer.

Calificaciones de primaria normales. No le gusta ni el apio ni el amargo sabor del café Themariano. Era hábil para las herraduras y fingir que llora. Annie era una niña ordinaria como las que se encuentran en cualquier lado.

Como otro cualquier día, la niña y el hombre habían llegado de la ciudad con alimentos. En la sala, Annie disfrutaba paseándose por los adornos siendo un collar el que siempre llamaba su atención.

Tyra Levante: Hola. Ya era hora.

Frank Mayer: Escuché que llegaron buenos granos. Vienen del Distrito Gamma ¡Huélelos!

El hombre tomó un puño para acercarlos al rostro de la mujer.

Tyra Levante: ...¡Muy buenos!

Frank Mayer: ¡¿Verdad que sí?!

El pequeño televisor, que solamente reproducía música, cambió al noticiero mostrando noticias urgentes.

Evelyne Castro: Hoy, la Vanguardia de Ceres se retiró del Distrito Gamma y se estableció en la frontera con el Distrito Dseta con esto...

Tyra Levante: ...Bueno, por cómo quedó... Estos granos que llegaron ayer serán los últimos...

Frank Mayer: Esperemos que los Prometeos no lleguen hasta acá. Me pregunto qué será lo que nos espera...

Tyra Levante: Bueno... Los Aedos y científicos de GATE aseguran que provienen de algún lugar de Althan. Todo intento de comunicación con ellos ha fracasado, así que solo queda pelear hasta que algún lado se extinga... ¡Oh, es cierto! ¡Tú solías formar parte de uno de la Tercera Unidad! ¿No podrías hacer algo contra ellos?

Frank Mayer: Ja, ja... Eso fue hace tiempo... ¿Recuerdas?

La mujer miró a la niña que se estaba probando el collar que había observado previamente.

Tyra Levante: ¿Annie no piensa unirse al ejército?

Frank Mayer: No, ella...

Annie Mayer: No me uniré al ejército. Aunque este pueblo sea pequeño no me desagrada para nada.


31 de Agosto del 2565

Esa noche hubo una fuerte nevada en el pueblo. Nunca antes se había sentido un frío de tal magnitud en el planeta. El sonido del granizo comenzó a ser nublado por el de las balas y otros sonidos que Annie jamás había escuchado en su vida.

Se levantó de su cama para asomarse por la ventana. Entre la nieve y el granizo surgieron varias ráfagas de balas y luces. Como un relámpago, una extraña criatura bípeda atravesó el cuerpo de un soldado con su brazo que tenía forma de espada. La máquina arrojó el cuerpo para abrir su cabeza mostrando un horrible rostro al mismo tiempo que rugió de tal forma que la pobre cimentación de la casa tembló.

La puerta se abrió de golpe y Frank tomó a la niña del brazo buscando la salida.

Annie Mayer: ¡¿Qué es esto?! Pa... ¡Papá! ¡¿Papá?

Frank Mayer: ¡Corre y no voltees!

Estando fuera de la casa le fue imposible no contemplar como el Distrito Delta era inundado de llamas de color púrpura. No podía comprender lo que estaba sucediendo y no reaccionó hasta que se detuvo en seco frente a la entrada al sótano.

Frank Mayer: ¡Entra rápido!

Con movimientos torpes, pero rápidos, la niña se metió en la puertilla para voltear y ver como el hombre no hacía lo mismo.

Frank Mayer: ¡Escóndete aquí y no salgas por ningún motivo!

Un trueno volvió a azotar la construcción y Frank cerró la puertilla dejando el sótano a oscuras. Sus ojos tardaron en acostumbrarse a la penumbra pudiendo ver que no se encontraba sola. Al fondo, recostada, se encontraba la mujer con una profunda herida en el vientre hecha seguramente con aquellas espadas rojizas.

Annie Mayer: ...¡¿Mamá?! ¡Mamá! ¡Resiste! ¡Mamá! ¡Mamá!

Otra máquina bípeda se estaba acercando hacia la puertilla. Annie podía verlo por una de las pequeñas ventanas del sótano. El monstruo era enorme, tenía armas por brazos, aunque también poseía un par más pequeños haciendo gestos extraños. Una luz lo iluminó para después ser empujado por un vehículo. Frank había pensado que eso sería suficiente para destruir al Prometeo, pero la cosa usó su espada para destruir el vehículo.

El hombre salió a tiempo del vehículo sin más opción que pelear cuerpo a cuerpo contra el Knight que se encontraba cargando su Rifle Binario. Frank lograría sentir que otra de esas cosas se encontraba detrás de él haciendo lo mismo. En un acto de suerte o buenos reflejos pudo esquivar ambos disparos que impactarían contra ambos Knight destruyéndose mutuamente. A pesar de que había conseguido sobrevivir a ese encuentro, no pudo prever que una tercera máquina aparecería disparando igualmente su rifle que terminaría por desintegrar partícula por partícula a Frank.

Antes de desaparecer por completo, el hombre volteó a ver a la ventanilla cruzando miradas con Annie. Frank dijo que sus últimas palabras que habían sido sofocadas por el ruido pero que ella había captado perfectamente: "Debes vivir".

La noche finalmente pasó al igual que la tormenta. Para cuando llegaron los equipos de rescate su madre ya había fallecido. La mitad del pueblo había sido destruido y más de 700 personas murieron por la prolongación de una batalla que había iniciado en el Distrito Delta. Todo en tan solo unas horas. Esa noche Annie lo había perdido todo y, al igual que como pasa con niños abandonados, fue llevada a un orfanato.

La educación militar inicia a muy temprana edad, medida drástica tomada por el Alto Mando, pero no podía unirse al ejército hasta cumplir 18 años. De manera que Annie escapó del orfanato y robó las identificaciones de alguien llamada "Ruby Valasek". De esa forma logró entrar al ejército y convertirse en una soldado.

No tenía nada que perder. Aunque solamente le quedaba un último deseo. Exterminar a todos los Prometeos. Fue así como terminó siendo asignada al Equipo Crimson. Fue la primera vez que Ruby entró en el bucle.

Reinicio[]

Después del Contacto de Ishtar la humanidad se había hecho enemiga de un enemigo casi invencible: los Prometeos. Por donde ellos pisaran las estructuras cambiaban de forma y las edificaciones eran destruidas por espiras y confluencias. Se sabe que si se les da la oportunidad podrían convertir un planeta completo en una máquina.

Realmente se desconoce qué fue lo que les sucedió a los Prometeos. Unos teorizan que fue el hecho de que Markab se encuentre ahora descansando o, seguramente, el mismo Colapso. Tampoco se sabe el porqué de sus acciones o porqué quieren convertir planetas. Personas también han teorizado que toda vida busca un mejor hábitat. Los humanos terraformaron planetas que no tenían las condiciones para albergarlos y ellos hacen algo similar... ¿Algún día sabremos qué fue lo que les hizo el Colapso para cambiar drásticamente?...


15 de Marzo del 2576

Valle de Ymir, Themar

Los Prometeos se encontraban ahora tomando territorio en un valle de Themar así que el Equipo Crimson fue desplegado como respuesta. Bala tras bala, cartucho tras cartucho, no había ningún Soldier que saliera ileso del Rifle de Asalto que Ruby portaba en sus brazos.

Arthur Hendricks: ¿Qué pasa, Ruby? Te vez algo alterada.

El líder del Equipo Crimson. Arthur Hendricks. Un hombre de radiante cabello dorado y ojos azules. El típico héroe americano. A pesar de lo crítica que estaba la situación, Arthur se acercó a ella para ayudarla a levantarse. Él era bastante alto así que tomó la oportunidad para apoyar su brazo en la cabeza de Ruby.

Ruby Valasek: ...Disculpe...

Arthur Hendricks: Escuché que en donde se construyó el Distrito 7 había ruinas de edificaciones de una cultura antigua nunca vista. Lo que queda ahora es lo que parece un castillo en el Bosque Rosewater.

Ruby Valasek: ...¿Qué?

Arthur Hendricks: ¿Te parece una historia aburrida?

Ruby Valasek: No... Ya estoy bien...

Arthur Hendricks: ¡Cuídate!

El soldado se alejó corriendo, preparando su rifle para acribillar a más enemigos dejando a Ruby perpleja dándole vueltas acerca de aquella pregunta ¿Había hablado a propósito de algo sin importancia?

A su espalda cayeron varias descargas eléctricas al mismo tiempo que una colosal máquina surgía de una brecha temporal. Al ponerse de pie debía medir como tres pisos de alto. Las balas del Rifle de Asalto de Ruby eran desintegradas por el duro blindaje del Minotauro. Sin poder hacer nada más, el fuego de un Cañón de Incineración la roció.


14 de Marzo del 2576

Regaderas, Base Nana, Themar

2° Iteración

El polvo de la tierra se había convertido en vapor de agua y el sonido de los disparos se transformó en el del agua saliendo de la regadera. El horrible ardor de aquella arma había sido reemplazado por la sensación de las gotas fluyendo por su cuerpo. Ruby reaccionó violentamente azotando la puerta y sorprendiendo a sus compañeras.

Era el día anterior. 30 horas antes del día de despliegue. Ella estaba en el campo de batalla. Aquella máquina. En cuanto la había destruido regresó al día anterior.


15 de Marzo del 2576

Valle de Ymir, Themar

Intuyendo que todo se estaba repitiendo, Ruby avanzó rápidamente hasta encontrarse nuevamente con aquel Minotauro. Una vez más pudo destruirlo, pero...


14 de Marzo del 2576

Regaderas, Base Nana, Themar

3° Iteración

...No había duda. Había regresado en el tiempo.

En cada iteración, Ruby logró descubrir que la clave era exactamente aquella máquina juzgando a que, en cada iteración, el Minotauro era acompañado por más Soldier y Knight. En su concentración no pudo prever la muerte de uno de sus compañeros cosa que no había sucedido en las anteriores iteraciones.


14 de Marzo del 2576

Regaderas, Base Nana, Themar

13° Iteración

El Rifle de Asalto MA37 ya no era suficiente en contra de tantos enemigos. De seguir así entonces moriría.

A partir de entonces investigó a los Prometeos. Estudios, investigaciones, incluso rumores por más insignificante que fuera. Necesitaba un arma que sea capaz de destrozar a todas las máquinas del campo de batalla.


15 de Marzo del 2576

Valle de Ymir, Themar

El Hacha de Hierro. Un arma poco ortodoxa, pero bien conocida por los soldados de la Vanguardia de Ceres, pero portado por unos pocos. En manos de un guerrero era capaz de acabar con unidades enemigas completas, pero, a diferencia de los súper soldados, las máquinas no se contaban con los dedos.

Todo eso no parecía importarle a Ruby. Armada con su propia Hacha logró destruir a varias máquinas, pero fue allí cuando comprendió otra fortaleza de los Prometeos: el Bucle Temporal. Las máquinas podían recordar sus actos de la vez anterior y la prueba era que cada vez enviaban a más enemigos a detenerla. Bucle. Bucle. Bucle. Volver tantas veces como sea necesario y eliminar a los factores en contra es igual que reiniciar un videojuego al último punto de control. Para Ruby no existía una guerra más fácil.

Sujetando con fuerza su arma se abalanzó contra los Prometeos dispuesta a averiguar el mecanismo con el que ellos se hacen fuertes. Morir no era una opción.

Clave[]

14 de Marzo del 2576

Base Nana, Themar

97° Iteración

Ralgrec Thamush: ¡Capitán! ¡Así que ya nació!

Mariah Sunderland: ¡Felicidades, capitán!

El capitán obviamente no podía ocultar su alegría. Incluso en la situación en la que se encontraba Beyond, y quién sabe en el resto de la galaxia, nada le podía importar más. A todos los soldados de la unidad les mostró la foto de su hijo recién nacido.

Arthur Hendricks: ¡¿Verdad que es hermoso?!

Le mostró la foto a Ruby quien, con una mirada de haber visto el mismo infierno, hizo su mejor esfuerzo por mostrar una pequeña sonrisa.

Ruby Valasek: Felicidades, capitán...

Su cortante alegría no era por cualquier cosa. Realmente no sabía cuántas veces ya había pasado por eso. El escuchar como sus compañeros de equipo alegaban que su capitán sería un buen padre lastimaba a Ruby abriendo su vieja herida y la razón por la que se encontraba ahí. Sintiéndose mal, se retiró para seguir leyendo el informe que había solicitado al Alto Mando.

El Estudio Eurimedonte, escrito por una tal Sitri, informaba que los estudios hechos a las brechas temporales que usaban los Prometeos liberaban pulsos de partículas llamadas taquiones. Se creía que esas partículas supralumínicas tienen la propiedad de transportar a las máquinas a través del tiempo y, por ello, sus apariciones eran casi instantáneas. Hasta ahí todo bien, pero Ruby quería averiguar cómo se producía realmente el bucle.

Estando concentrada no pudo ver donde iba chocando la Jefa de Mecánicos dando como consecuencia que las cajas que traía se le cayeran junto con lo contenían.

Akeno Suzaki: ¡Aaay!

Ruby Valasek: Akeno, disculpa ¿Estás bien?

La chica tomaba rápidamente el contenido de la caja revisándolas de cerca. Era la primera vez que sucedía en una iteración.

Ruby Valasek: ¿Son importantes?

Akeno Suzaki: ¡Son unidades de memoria externa de las Armaduras GATE! ¡Son súper importantes!

Ruby Valasek: ¿Unidades de memoria externa?

Akeno Suzaki: Registran la actividad de los soldados en batalla. Tanto la actividad interna como los efectos externos. Movimientos e incluso patrones de ataque. Cada paso y movimiento realizado.

Ruby Valasek: ...¿Para qué hacen eso?

Akeno Suzaki: La información se almacena en el servidor y se utiliza para el análisis y planeación de las estrategias de combate para las próximas batallas.

Ruby Valasek: (La Vanguardia de Ceres utilizaba la información para la siguiente batalla al igual que los Prometeos).

Akeno Suzaki: Por cierto. La información de un soldado como tú vale mucho. Así que tengo un respaldo en caso de que el servidor falle.

Después de ayudarla a recoger el desastre se quedó sola en aquel pasillo. Respaldo. Esa era la clave. Si la máquina gigante es el servidor que analiza la situación y regresa el tiempo no sería extraño que existiera otro que funcione como respaldo. Había tratado de salir del bucle eliminando al servidor, pero el ciclo continúa y debía ser por un respaldo que seguía operativo. Los Prometeos ya no eran unidades individuales son toda una mente colectiva. Son el Vex. Ahora sabía cómo salir.


15 de Marzo del 2576

Valle de Ymir, Themar

Para salir del bucle debía eliminar por completo la red que formaban las máquinas en ese valle. Debía seguir un orden:

  • Destruir a la máquina que lidera el colectivo.
  • Destruir a los que funcionan como respaldo.
  • Destruir al que funciona como servidor.

El sonido de las armas enemigas se detuvo y Ruby ahora estaba mareada por el polvo levantado del suelo de Themar. Ya no se encontraba de nuevo en las regaderas. Después de 97 iteraciones, Ruby logró sobrevivir.


30 Minutos Después...

Enfermería, Base Nana, Themar

En una guerra cualquier victoria siempre levanta la moral, pero esa vez no lo fue para el Equipo Crimson. Tumbado en una de las camillas, sin vida y al lado de una fotografía se encontraba muerto el capitán. El silencio se rompió por el llanto de uno de los soldados.

Harry Gillespie: (Sollozando) ¡Capitán! ¡Por mi culpa! ¡No puede irse sin conocer a su hijo! ¡Por mi culpa!

Ruby no pudo verlo de esa manera. Para ella, su capitán simplemente no tuvo suerte. Nunca había muerto en ninguna de las iteraciones y se preguntaba porque lo había hecho en esa. Las 97 victorias que Ruby libró solo eran parte de una guerra. La Ruby atrapada en el bucle temporal puede salvarle la vida a alguien. Sin embargo, alguien debe morir en su lugar. No existe una guerra sin bajas. Si es así, lo dejaría en manos del cruel dios de la muerte llamado probabilidad.

Después de la batalla Ruby se convirtió en la líder del Equipo Crimson que seguiría combatiendo a las máquinas a la vez que realizaban estudios sobre ellos con el fin de estudiar los fenómenos del bucle temporal. El cuerpo de Ruby, en especial, su cerebro, fueron objetos de estudio. Hubo alteraciones en su cerebro debido a la repetida exposición a los taquiones. La causa del bucle tal vez se debió a la exposición a los taquiones liberados por haber derrotado al Celador la primera vez ¿Cómo es que los Prometeos desarrollaron esa clase de habilidad? Aún se desconoce.

Para la Vanguardia de Ceres, tener a Ruby era una fortuna para la humanidad. Un soldado que puede regresar en el tiempo. Como la única arma capaz de ahuyentar a los Prometeos, fue desplegada junto con el Equipo Crimson por todo Themar. Después de 97 iteraciones se había hecho fuerte. Había llegado a donde nadie podía alcanzarla. Exterminaría a las máquinas para darle la victoria a la humanidad. Esa convicción está grabada en su corazón.

Rojo Atardecer[]

15 de Marzo del 2577

Base Kyu, Althan

Luego de un año defendiendo Themar, el Equipo Crimson fue enviado a Althan para dar apoyo a la Novena Unidad en una operación por retomar las Riberas del Tiempo. Cuando la nave iba aterrizando, Ruby se encontraba leyendo un libro de curiosidades de Althan siendo una que mencionaba que el café de Althan era gratuito. Por supuesto pensó que realmente era una tontería aburrido, pero eso mismo le hizo recordar lo que le había dicho su antiguo capitán tenía algún significado o era casualidad.

En todas las batallas hasta ahora, Ruby había imitado aquella plática de Arthur. Había algo que Ruby imaginaba de vez en cuando. Si acaso, antes de ir al campo de batalla alguien le responde a aquella plática que aún no se ha hecho, significa que esa persona recuerda la batalla de mañana. Significa que alguien, además de ella, ha vivido un bucle de esa batalla. Sin embargo, ha pasado un año desde aquel primer bucle. Y aunque ha recorrido todo el mundo, hasta ahora, esa persona no ha aparecido. No tiene más opción que seguir luchando sola. Para Ruby, ese año ha sido suficiente para llegar a esa conclusión.

Apenas estaba amaneciendo y empezó a sentir malestar en la cabeza. A pesar de que siempre lo había detestado, el café la ayudaba a superarlo, pero esa vez no fue así. Algo estaba distinto. Con su equipo se presentó en la base donde los soldados de la Novena Unidad realizaban lagartijas.

Ruby Valasek: (¡¿Qué?! ¿Por qué los ponen a hacer eso? Es fundamental descasar el día anterior a la batalla...).

Por lo general ella se quedaba sola pero ahora había decidido salir y no sabía realmente por qué. De entre todos los soldados que estaban tumbados contra el piso realizando el ejercicio se dio cuenta de que uno de ellos la miraba con unos ojos que parecían haber visto el mismo infierno. Un fuerte dolor sacudió su cabeza y, por alguna razón, se acercó a solicitar participación en el ejercicio.

Su permiso fue concedido y se colocó al lado de aquella persona que la miraba fijamente. Realmente su mirada era igual a la de ella cuando estaba encerrada en el bucle.

Ruby Valasek: Me has estado viendo desde hace rato.

Kai Argento: Sí.

Ruby Valasek: ¿Acaso quieres decirme algo?

Kai Argento: No es algo que pueda decir en esta posición.

Ruby Valasek: ...Entonces esperaré a que terminemos.

Ella desconocía si en verdad tenía tantas ganas de hablar con ese hombre. No sabía lo que tenía que decir.


30 Minutos Después...

El ejercicio había finalizado antes de las tres horas supuestamente acordadas con anterioridad. Cuando la Novena Unidad de dispersó, aquel sujeto se acercó a ella. Se veía acostumbrado al uniforme, pero tenía la apariencia de un novato. Pero había algo más. La manera en que caminaba era justamente la que permitía el balance perfecto para el uso del Hacha de Hierro y la Armadura GATE. Entonces no se trataba de cualquier novato. Frente a frente, se percató de un número 97 grabado en su mano.

Ruby Valasek: ¿Qué son esos números en tu mano izquierda?

Kai Argento: ...Antes de eso, tengo una respuesta para tu pregunta...

Ruby Valasek: ¿Eh?

Kai Argento: Es una pregunta que me harás mañana, mientras esté muriendo... (Suspiro) El café de Althan si es gratis.

Ruby Valasek: ¡...!

Sus ojos se humedecieron. Finalmente, luego de un largo año, había encontrado a esa persona.

Kai Argento: Soy Kai. Kai Argento.

Ruby Valasek: (Sollozando) ...Ruby... Valasek.

Al darse cuenta de que todos los estaban viendo, Kai no pudo evitar sonreír.

Ruby Valasek: ¿Qué es tan divertido?

Kai Argento: Nada… Esto sólo es muy divertido para mí.

Ruby Valasek: Eres raro…

Kai tomó a Ruby de la mano y se la llevó.


Entrada de la Base Kyu

Ruby Valasek: Kai… ¡Kai Argento!... ¿Podrías soltar mi mano?

Kai Argento: Oh… Eh, ¡lo siento!

El sujetó la soltó. Que la tratara con tanta confianza era indicio de que realmente él ya había hablado con ella antes así que era cierto. Él estaba atrapado en un bucle como ella hace un año. Sin decir más, Ruby miró el despejado cielo azul contrastando con él brillo del océano.

Ruby Valasek: …Qué lugar tan árido…

Kai Argento: …Lo siento.

Ruby Valasek: No… Me gusta la atmósfera. Era así donde crecí.

Kai Argento: …Ya veo.

Ruby Valasek: El cielo despejado sobre una tierra rodeada por el océano… Qué hermoso color.

Kai Argento: ¿…Te gusta el cielo?

Ruby Valasek: Me gusta su color.

Kai Argento: Pero tu armadura es carmesí, ¿no es así?

Ruby Valasek: …Olvídalo, eso no fue muy Ruby Valasek de mi parte.

Kai Argento: …Eso no es cierto. La Ruby que conozco es ese tipo de persona… Lo siento… Actuando como si lo supiera todo…

Ruby Valasek: …Está bien. Estoy segura de que tuvimos esta conversación en un bucle anterior. Pero tú eres el único que la recuerda.

Kai Argento: Lo siento. Pero aún hay mucho que quería preguntarte…

Ruby Valasek: …Ya veo. Así que sabes lo que va a pasar, ¿verdad?

Kai Argento: ¿Huh?

Ruby Valasek: Es mucho más divertido ser capaz de preguntar que aguarda el futuro que tener que pasar por el bucle por ti mismo.

Kai Argento: ¡No es divertido para mí…!

Ruby Valasek: Ja, ja, ja. ¡Pero lo es para mí! He pasado por un infierno por mi propia cuenta todo este tiempo, así que obviamente es tu turno para sufrir un poco…


16 de Marzo del 2577

Patio Principal, Base Kyu, Althan

Las máquinas aparecieron. Las Hachas aplastaron. El Azul contra la Roja. Mientras el Oráculo conocido como Kai Argento exista, Ruby Valasek no puede escapar de los bucles. Y mientras que el Oráculo conocida como Ruby Valasek exista, Kai Argento no puede escapar de los bucles.

La vida de Ruby se desvaneció lentamente en los brazos de Kai a quien acariciaba su mejilla con mucho esfuerzo.

Kai Argento: (Sollozando) Quiero quedarme contigo hasta que mueras. Yo... Te quiero.

Ruby Valasek: Me alegra escuchar eso...

Kai Argento: Ya es la puesta del sol... Es hermoso...

Ruby Valasek: Que sentimental eres... Odio el cielo rojo...

Ella finalmente cerró sus ojos siendo la cara de aquel hombre lo último que vería. Kai, desde ese día, porta la misma armadura con la que luchó y peleó junto a ella distinguiéndose los colores azul y rojo. Azul era el color favorito de ella y él la portaría hasta que el mañana sea inalcanzable para él.


F I N

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